Cuarenta y nueve
Yoongi se la pasó trabajando en los últimos meses. No pasaba mucho tiempo en casa, Jimin estaba preocupado, por suerte él tenía horarios flexibles que le ayudaban con Haeri. Odiaba la idea de que su hijo se sintiera abandonado por sus padres.
— ¿Quién es el bebé más hermoso de todos? ¿Quieres tomar la leche? —canturreó Jimin sosteniendo el biberón cerca de la boca de Haeri.
Yoongi estaba sentado al lado suyo con su portátil encendido, muy ensimismado, su novio le echó una mirada enojada.
— ¿Podrías darle la leche?
— Ahora no puedo, estoy contestando preguntas sumamente importantes.
— Regresaste hace como dos horas y no le prestaste atención ni siquiera por dos minutos.
— Jimin ahora no. Estoy trabajando para que no le falte nada, ni a tí.
— ¡Yo también trabajo! —gritó asustando al bebé que se atragantó.
Yoongi dejó rápidamente su portátil a un lado, alejó el biberón del bebé y lo tomó en brazos dándole palmaditas en la espalda.
— No puedes gritar cuando está el bebé.
— No trates de direccionar esta conversación, yo necesito al papá de mi hijo, quiero que estés con él, que formes un lazo.
— Jimin entiende que no puedo dejar el trabajo de un día para el otro, además, gran parte del sustento de la casa es gracias a mi sueldo, y no, no estoy menospreciando tu trabajo.
— ¿Entonces qué estás tratando de decir? — para esas alturas ya estaba dolido.
Yoongi liberó una de sus manos para tomar el biberón.
— Voy a ir con mi hijo a su habitación y cuando te tranquilices un poco hablamos, —no esperó a que contestara y subió las escaleras con cuidado.
Al llegar a la mecedora de Haeri se acomodó para traerlo a su regazo y darle de comer.
— Pobre bebé, no te estoy abandonando, yo te amo mucho, mucho, —le acarició la pequeña nariz con la punta de sus dedos.
Sonrió al verlo parpadear varias veces con esos ojos bien rasgados.
— Papá tiene que trabajar porque necesitas vestirte, comer, vivir cómodamente, y lo más importante comprar muchos juguetes.
Como si su hijo entendiera agarró su dedo índice con mucha fuerza. Cuando le sacó los gases, y ya estaba durmiendo, lo dejó en la cuna para ir junto a su novio.
— ¿Qué te pasa? —le preguntó ni bien lo vio tomando agua en la cocina.
— ¡No entres así como así, me asustaste!
— Tu asustaste a mi hijo hace minutos atrás, —lo acusó.
— ¿Ahora te haces de padre responsable?
Yoongi arrugó su cara incapaz de creer lo que oía.
— Yo lo atiendo todas las noches, cuando tu duermes.
— Eso es mentira.
— ¿Entonces Haeri se cambia el pañal solo o baja hasta la cocina a prepararse la fórmula? Uau, no sabía que teníamos a un prodigio.
— Eso no es verdad, yo tengo el sueño ligero y hasta ahora no te he sentido despertar.
Su novio se rio de la rabia y para no llorar, alzando los brazos al cielo pidiendo clemencia.
— ¡Tu jodidamente no tienes el sueño ligero! Tranquilamente un tractor puede pasar al lado tuyo y tú ni cuenta.
— Sólo me estoy viendo cada vez más estúpido, ¿no? —Yoongi asintió—. Lo siento mucho, me estoy descargando contigo y no es tu culpa.
Se acercó a su novio para darle un beso en el hombro.
— Estás estresado, —le dio otro beso—, necesitas salir con Seokjin-hyung y Taehyung.
— ¡Si, por favor!
Yoongi le sonrió y le hincó con su dedo índice en medio de la frente.
— Te irás por todo el día mañana.
— Pero mañana es domingo y está todo cerrado, —se quejó.
— Ve mañana y puedes llevar mi tarjeta, o otro día, pero sin la tarjeta.
Jimin frunció el ceño enojado, pero no iba a desaprovechar la ocasión, había visto catálogos infantiles de algunas tiendas que su bebé tenía que vestir sí o sí.
— Tú ganas.
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Cebollita
FanfictionMin Yoongi es todo un hombre duro y fuerte, con los brazos más cálidos para proteger a su novio del malicioso mundo, hasta que por la culpa de su mismísimo querido novio, Jimin y su jodida insistencia, cambian de posición. De ahí aparece una Cebolli...