💥

2.6K 348 14
                                    

Cuarenta y uno

— Muy bien bebé, es hora del baño así que por favor trata de no moverte tanto.

Jimin tenía al pequeño bebé en sus brazos, iba a ser el primer baño fuera del hospital. Yoongi estaba a su lado sacando unas cuantas fotos antes de ayudarlo un poco.

— Ese paño pásalo por todo su cuerpo,  lavas la cabeza, le sumerges al agua por unos minutos y ta-dah.

— Eso no suena difícil, pero la práctica lo es.

— Ya sabes, la práctica hace al maestro.

Deslizó suavemente el paño por el cuerpo de bebé que lloraba con todas las ganas. Yoongi sospecha que salió con los pulmones de acero de Jimin.

— ¿Por qué no lo haces tú?

— Sabes que soy bruto y que no tengo paciencia.

— Amor, no eres bruto y lo de poca paciencia es verdad, sin embargo, debes hacer un esfuerzo, cuando deba volver al trabajo no podré ayudarte, — le lavó la cabeza con un poco de jabón anti-lágrimas.

— Voy a ir a casa de mis padres cuando eso suceda, es que tengo miedo de hacerle algo, míralo, es tan indefenso que me dan ganas de comerlo o guardarlo lejos de lo peligroso.

Sumergió al bebé con cuidado, éste pegó una sacudida y volvió al llanto más fuerte.

— Creo que está bien.

Al final, el bebé bañado y con un enterizo de animales se quedó dormido.

— Me siento en depresión, — murmuró Yoongi sobando su vientre

— ¿Qué? ¿Estás hablando enserio? — preguntó su novio bruscamente.

— Shh, no dramatices, y no miento.

Jimin flexionó sus piernas para quedar enfrente de Yoongi en el sillón.

— Tienes depresión post parto, Dios, no.

— Ay, no. Solo que, uhm, se siente raro no tener nada pateando tus órganos en la madrugada o las ganas inmensas de ir al baño de repente. Extraño eso, nada más.

— ¿Me estás pidiendo indirectamente una hermana para nuestro bebé?

— No jodas con eso, acabo de salir de uno y ya quieres otro, deja respirar estúpido.

Jimin hizo un puchero, mas sonrió coqueto.

— ¿Cómo sobrevivirás cuarenta días sin sexo?

— Tengo una mano y no voy a dudar en usarla. Además la herida tarda aproximadamente diez días en cicatrizar, pero para asegurarme lo dejaré en quince, — extendió sus manos hasta apretar las mejillas de su novio—, no me tientes pequeño.

La risa risueña del contrario le hizo estirar su rostro con cuidado para besarlo.

— No me odies si admito que me encantaría volver a los tiempos en que me atabas las manos y me dabas tanto.

— ¡No, basta! — chilló Yoongi y al instante se arrepintió al oír a lo lejos un llanto—, ¿viste lo que causaste? Pobre bebé, lo traumaste.



CebollitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora