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Cincuenta y uno

— Es tan pequeñito, Jungkook, ven, míralo, —comentó Taehyung sosteniendo a Haeri que estaba profundamente dormido.

— Taehyung, no grites, vas a despertarlo, —lo regañó, suavemente le quitó el bebé, se giró ante la pareja que miraba muy, pero muy, desconfiadamente de él–, ahora sí está en buenas manos. Pueden ir a hacer nuevos bebés si quieren, o lo que sea, —se alejó metiéndose al departamento.

— ¡Más respeto a tus mayores, mocoso!—gritó Yoongi asomando su cabeza en el marco de la puerta, Jungkook levantó su cabeza sentado en el sofá y le sacó la lengua. El mayor ya estaba por ir a enseñarle el respeto, pero se contuvo, él debía dar el ejemplo, así que le sacó el dedo corazón asegurándose de que lo viera para después tomar la mano de su novio.

Por su lado Jimin estaba que llevaba al concierto a Haeri, pero el fuerte apretón que le estaba dando Yoongi le indicó que no era buena idea.

— Tenemos que irnos, —su chocolate blanco parecía triste.

Taehyung se compadeció de ellos—, va a estar bien, no se preocupen.

— Es difícil dejarlo, no lo digo porque no van a cuidarlo bien, sino que va a estar lejos, no vamos a saber cómo está.

— ¿Podríamos hacerte videollamada para saber cómo está? —propuso Jimin sonriendo fascinado por su idea.

— Por supuesto, no se preocupen, voy a cuidarlo como si fuera mi hijo.

— No digas eso, —se quejó Yoongi, iba a comenzar a quejarse, pero estaban llegando tarde y no iba a dejar que el dinero que le costó comprar los boletos se desperdicie—. Bueno, nos vamos.

Llevó a Jimin casi arrastrándolo ya que comenzó a decirle cómo le gustaba la leche al bebé, literalmente estaba gritándole las indicaciones a Taehyung, y el otro también respondía desde el balcón alzando la voz.

— ¡No le pongas azúcar, nunca!

— ¿¡Son cucharas colmadas o llenas!? ¿¡La de café o la sopera!?

— ¡Tiene su propia dosificadora dentro!

— Ya Jimin, no grites.

— Pero le estaba diciendo algo importante.

Desbloqueó el coche y se adentraron.

— Entiendo eso amor, pero uno de los vecinos podía salir y tirarte una maceta o algo peor.

— Pero yo solo quería decirle a Taehyung qué cantidad de leche tenía que poner.

Yoongi le acarició la cabeza suavemente sonriendo.

— Vale, no había pensando otra forma de decírselo.

Arrancó el coche sintiendo la mirada de su novio sobre él, seguía con la sonrisa, obviamente para molestarlo.

— ¿Por qué siento que te estás burlando de mí?

— Claro que no, ¿qué dices?

Yoongi se quejó una y otra vez cuando tuvo que estacionar dos cuadras lejos del estadio donde iba a ser el concierto porque no había espacio.

— De verdad, no entiendo qué le ven, sí tiene una linda cara y unos lindos abdominales, canta más o menos, pero, ¿ocupar todos los estacionamientos? O es que todos se compincharon para salir.

— Debo corregirte, canta espectacular, y se te olvidó decir que mueve las caderas como tú quisieras hacerlo.

— ¿¡Yo!? —chilló horrorizado fingiendo estar ofendido.

— Te vi practicando la danza del vientre frente al espejo, tontito, —gritó entre risas viendo lo avergonzado que se puso.

Yoongi no dijo nada porque prefería ignorarlo por ahora. Al llegar a la fila, Jimin lo dejó unos minutos para comprar algunas cosas, más o menos sabía qué. Al regresar lo encontró con dos varitas con luces de muchos colores y unas cintas con brillantina que decía "Te amo Taemin".

— Esto va en la cabeza, esto tiene tres patrones de luz, para la primera canción usas la...—

Asentía escuchando a medias, no iba a hacer sentir mal a su novio. Sabía lo mucho que le costó comprar los boletos, con la llegada de Haeri los gastos ascendieron bastante, ya no podían darse los lujos de antes.

Entraron al estadio, había muchísima gente. Todos estaban emocionados, bueno, no alguno que otro no, pero el ambiente pululaba, Yoongi abrazó por la espalda a Jimin descansando la barbilla en su hombro. Sintiendo la manera en que gritaba por una persona que ni lo conocía, pero lo estaba haciendo feliz en ese momento.

— ¡Taemin-oppa lo quiero en mi cama!

Cuando las luces del escenario se encendieron notó como sacaba su móvil para hacer una video llamada con Taehyung.

— ¿Ya comenzó? —tenía una mascarilla puesta.

— Justo a tiempo, ¿dónde está Haeri?

— Está con Jungkook.

— Oye, cuidado con ese, —intervino Yoongi desde atrás.

— Tranquilo Hyung, está en muy buenas manos, ambos notaron que su amigo estaba yendo a donde probablemente estaba el bebé–, ¡Oh!

— ¿¡Qué pasó!? —gritaron los dos comenzando a asustarse al ver la cara arrugada de Taehyung.

Yoongi ya estaba a punto de salir corriendo, pero su mirada se agudizó cuando enfocó en la oscuridad a su bebé profundamente dormido junto con Jungkook. Su amigo se retiró de ahí, apareciendo de nuevo los ojos aguados y la mascarilla estropeada.

— Creo que me entró un poco del exfoliante en los ojos, —se quejó.

— Yo quería que Haeri también se sintiera parte del concierto, —se quejó.

— ¡Oh! ¿Ese no es el tal Taemin moviendo las caderas?

— ¿¡Dónde!? —gritaron los dos fanáticos, a uno casi se le cae el móvil, el otro casi despierta a medio vecindario.

Esta sería una larga noche...


CebollitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora