7.

1.6K 154 8
                                    

Luke POV

Mi vecina me había pedido el favor que revisara si había puesto los seguros de su puerta, ella era demasiado olvidadiza y cada vez que salía de su casa me llamaba para que le hiciera el mismo favor.

Cuando volví a casa me encontré a Mía sentada en mi sofá y sonreí como idiota. 

—No sabía que te gustaban los deportes extremos.—señaló mi estante lleno de trofeos.

—Son divertidos, me desestresan—tomé asiento a su lado y dejé mi brazo reposando en el espalda del sofá.

—¿Cómo fuiste a todos esos lugares?.—señaló los cuadros de la pared.

—Viajé por casi todo el mundo cuando competía, pero dejé de hacerlo cuando tuve un accidente, mi mamá no quiso que siguiera conduciendo motos y lo dejé para no mortificarla...—ella recostó su cabeza del sofá dejándola casi sobre mi brazo y me miró fijamente.

—¿Hace cuanto fue eso?.

—¿El accidente?.—asintió.— Tenía diecinueve, quise intentar algo muy estúpido y me caí, me fracturé como veinte huesos, igual no sentí nada porque me golpeé la cabeza y duré en coma como dos meses.—me miró completamente sorprendida y volvió a incorporase.

—Eso es horrible, Luke.—me abrazó y me tomó un rato responderle el abrazo porque no me lo esperaba.

La estreché contra mis brazos disfrutando cada segundo de ese momento.

—Lo importante es que estás bien y que lograste recuperarte, no imagino lo horrible que fue para tu familia—sus brazos seguían rodeando mi cintura y tenía su mentón apoyado de mi pecho, sus ojos me miraban con compasión y le sonreí.

—Lo importante es que estoy aquí contigo...

Y volvimos a vernos a los ojos, cómo esa noche en su departamento, sólo que esta vez estábamos a centímetros y la tensión sexual era tan obvia que ambos sonreímos cómplices.

—Quiero besarte, en serio, pero no dejo de pensar que sería extraño.—dijo alejándose de mi y rió nerviosa.

—¿Extraño por que?.—la miré ocultando una sonrisa ante su repentina confesión.

—No lo sé Luke, te conozco de pequeño y aunque ahora seamos adultos siento que igual sería incorrecto, a parte me recuerdas demasiado a tu hermano y aggg.—tapó su cara con uno de mis cojines.

—Entiendo.—Me levanté del sofá y fui a la cocina para buscar una cerveza—¿Quieres una cerveza?.—pregunté mientras destapaba la mía y ella se quitó el cojín de la cara para mirarme.

—Acabo de decirte todas esas cosas y ¿tú me ofreces una cerveza?.

—¿Qué más puedo hacer?.—dije dándole un buen sorbo a mi lata.—Tú tienes tus prejuicios hacia mi y no es como si quisiera seducirte o algo por el estilo.—me encogí de hombros haciéndome el desinteresado.

De hecho me moría de las ganas por arrancarle la ropa y follármela, pero sabía que ella no era esa clase de chicas fáciles y que no sería tan sencillo, Mía Renhart era todo un reto y a mi me gustaban los retos.

—No son prejuicios Luke.—aclaró poniéndose de pie.—Te leía historias para irte a dormir ¿Eso no te parece retorcido?.—negué encogiéndome de hombros de nuevo.

—No—bebí de nuevo y seguí mirándola, sonreí al notar que la estaba sacando de quicio, era tan sexy cuando se molestaba.—Tienes miedo porque crees que soy como mi hermano...y ni siquiera se porque estamos hablando de esto, después de todo es retorcido y tú eres la que sigue hablando, a mi me quedó claro que no te intereso y no es como si me voy a poner a llorar.

Mía estaba boquiabierta, abrió la boca un par de veces para decir algo pero al no tener que decir, la cerraba.

—¿Cerveza?.—pregunté de nuevo agitando mi lata y asintió, abrí la nevera para sacarle una y se la arrojé para que ella la atajara con agilidad.

—Pero es que no entiendo, o sea ¿cómo puedes si quiera pensar que podría haber algo entre los dos?, eres Luke, ese niño chiquito que jugaba videojuegos conmigo...soy una pedófila.

Reí fuertemente, ella aun seguía hablando del tema completamente indignaba y se rehusaba a dejarlo de lado, agitaba sus brazos en el aire mientras seguía dando argumentos y yo no hacía más que reírme.

—Mía...ya, ya entendí, me quedó bastante claro, ¿Por que sigues hablando sobre eso?, déjalo ir.

—Es que me haces exasperar.

—¿Yo? Ni si quiera he dicho nada, tú fuiste la que comenzaste a decir que querías besarme y luego diste como mil razones para no hacerlo.—bufó peinándose el flequillo hacia atrás y tomó asiento en uno de los bancos de la cocina.—Sólo he abierto mi boca para decirte que lo entendía y para ofrecerte una cerveza.

—Necesito dormir.—pegó su frente del mesón y suspiró pesadamente, me causaba demasiada risa verla así.

—Te puedes quedar en el sofá.—negó sin levantar la cara.

—No, me iré a casa...ni si quiera puedo verte a la cara, me muero de la vergüenza.

—Debería darte vergüenza, eres una pedófila.—me burlé y ella se echó a reír.

—¿Tienes algo más fuerte? ¿Vodka o veneno para ratas?.—levantó su cara apoyando los codos de la mesa y me miró por fin.—Quita esa cara Luke, agg.—volvió a recostarse del mesón .

.....

Preparamos una enorme jarra de margarita, hicimos palomitas y nos pusimos a ver videos graciosos en youtube. 

Mía se había relajado, tanto que mientras veíamos la pantalla de mi computadora recostó su cabeza de mi hombro.

Disimulé un poco y pasé mi brazo por su cintura, no sé si lo notó porque no dijo nada, estaba demasiado distraía mirando el documental y teníamos un mecanismo para comer palomitas, ella toma un puñado, me daba en la boca y luego se comía el resto.

—Ya es tarde.—dije mirando la hora en la pantalla de la computadora, eran casi las tres de la mañana.—¿No tienes que trabajar mañana?.—asintió.

—Por desgracia.—tomó más palomitas arrojándola a su boca .—Estoy cansada pero no quiero dormirme.—hizo un puchero acurrucándose en mis brazos.

—Y luego mañana andas como zombie.—negué acariciándole el cabello.—Vamos a dormir, anda...—me levanté cerrando la pantalla de mi laptop y tomé su mano para ayudarla a levantarse.—Si quieres duermes en mi cama y yo me quedo aquí.

—No seas tonto Luke, vamos.—dijo riendo y entrelazó nuestros dedos para ser ella quien me guiara hasta mi cuarto.—Podemos dormir en la misma cama, no es como si tuviera piojos.

—¿Viste que eres tú la que quieres seducirme?, yo queriendo mantener distancia para que no te sientas "rara" y tú eres la que se quiere meter en mi cama, que mal Mía, no pensé que fueras así.—negué haciéndome el ofendido y ella se echó a reír dejándose caer sobre mi cama.

—No seas idiota, ven aquí...—bostezó palmeando mi cama y se acomodo en ella quitándose los tenis con ayuda de sus pies.

Me quedé observándola un rato mientras se quedaba dormida lentamente en mi cama preguntándome cómo una chica podía ser tan hermosa.

Tenía un encanto natural que te hacía querer estar siempre a su lado, escuchándola hablar, su presencia llenaba todo el lugar y cuando se iba sentías un vacío, como si algo faltara.

Subí a la cama junto a ella y rodeé su cintura con mi brazo, su respuesta inmediata fue colocar su brazo sobre el mío y entrelazar nuestros dedos.

Sonreí como un idiota enamorado.

Sʏᴍᴘᴀᴛʜʏ Fᴏʀ Tʜᴇ Dᴇᴠɪʟ | L. HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora