9.

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Luke era raro, sentía que tenía dos personalidades. A veces era dulce, tierno, divertido y otras veces era serio, callado y hablaba sólo para hacer un comentario tajante.

Quizás sean ideas mías y lo estaba sobre analizando todo buscando excusas para no salir con él.

Ni siquiera se preocupó por Vanessa, que se había ido a quien sabe dónde y no volvió más, habían pasado alrededor de cuarenta minutos desde su salida dramática.

—¿No te preocupa Vanessa?.—apoyé mis ante brazos del asiento delantero.—Se fue hace mucho y no ha regresado...

—Seguro se está maquillando.—respondió tranquilo mientras bebía de su refresco.

—Voy a ir a buscarla—él asintió sin decir más nada y me bajé del auto.

No sabía exactamente por donde buscar así que le pregunté a las personas que estaban ahí si la habían visto. El único que supo decirme algo fue un chico, me señaló el lugar donde se había ido y le agradecí siguiendo el mismo camino.

El lugar estaba oscuro porque tenían que mantener las luces apagadas para que el ambiente de cine se diera, así que era el doble de difícil buscarla. No pudo haberse ido sola, estábamos alejados lo suficiente de la ciudad como para que caminara hasta su casa.

La busqué en los baños, pero tampoco estaba, ni en el puesto de dulces, era demasiado extraño y me estaba comenzando a preocupar por ella.

—Creo que se fue...—dije volviendo al auto con Luke.

—Quizás tomó un aventón.

—Luke, ¿en serio no te preocupa?.—lo miré seria cruzándome de brazos.

—Mía, ella hace esos berrinches siempre y yo siempre voy como pendejo a buscarla, ya me cansé de hacerlo.—por fin estaba mirándome, se acomodó en el asiento dejando su espalda recta.

—¿Entonces para que la trajiste?, si tanto te molesta para que sales con ella.

—No lo sé.—negó mirándome a los ojos.

Se estaba comportando tan raro, este no era el Luke que tanto me encantaba, era frío y distante.

—¿No sabes por qué estás con ella?.—negó encogiéndose de hombros.

—Ni siquiera me gusta su compañía.—confesó y me sorprendí elevando mi ceja.

—Estás actuando como un idiota.—él sonrió de lado y soltó una pequeña risita, pero a mi no me daba risa nada de lo que estaba pasando.

—¿Tú y Mike tienen algo?.—su pregunta no me la esperaba para nada, fue muy repentina, arrugué la cara con asco y negué rápido.

—Claro que no.—asintió lentamente.

—Tenía curiosidad.—se mordió el labio y no pude evitar observar esa pequeña acción.

—¿Tú y Vanessa tienen algo?.—pregunté volviendo la mirada a sus ojos.

—No.—se limitó a responder mientras sonreía.

—¿Es tu amiga?.

—Tampoco.—negó y su mirada me estaba asustando porque ni siquiera pestañeaba.

—¿Entonces?.

—¿Entonces qué?.

Me estaba evadiendo y no entendía porque, el ambiente se puso demasiado extraño para mi, tragué espeso y dejé mi pequeño interrogatorio, para volver mi vista hacia la pantalla.

.....

Después de la película fuimos a comer hamburguesas y su humor había cambiado por completo, había vuelto a su estado normal, dulce, parlanchín, gracioso, lo prefería así, aunque no podía dejar de pensar en sus constantes altibajos.

Era en lo único que pensaba, de hecho, mientras él me hablaba sobre un tema bastante interesante yo no podía concentrarme porque mi mente sólo pensaba en el extraño momento del auto cinema.

—¿Te vas a comer eso?.—preguntó señalando mis papas con queso, negué cediéndoselas y él me sonrió dulcemente.—Gracias.—metió varias papas en su boca y le sonreí.

—¿Llamaste a Vanessa?.

Sé que estaba siendo una pesada, pero es que en serio me preocupaba la chica y más allá de eso me preocupaba la indiferencia de él.

—Cierto, lo había olvidado.—dijo bebiendo un sorbo de malteada y sacó su teléfono del bolsillo para marcarle.—No me quiere contestar...—miró extrañado la pantalla de su teléfono y marcó de nuevo.—Me envía directo al buzón.

—Dime su número, quizás no quiere contestar porque sabe que eres tú.—saqué mi celular y me dictó el número de teléfono que tecleé en mi pantalla. Esperé unos segundos y luego escuché su buzón de voz.

—Ya debió llegar a su casa, si quieres pasamos por ahí para que estés más tranquila.—estaba jugando con el popote de su malteada mientras me miraba.

—No, está bien.—negué terminando mi bebida.—Ya es tarde y tengo que hacer cosas mañana, sí tú dices que está bien entonces lo está.

Le estaba buscando la quinta pata al gato, si Luke decía que estaba bien y ni se preocupaba ¿Por qué yo tenía que hacerlo?, ni siquiera me caía tan bien.

Ya estaba un poco más relajada cuando decidí olvidar el tema del paradero de Vanessa y disfruté un poco más de mi momento con Luke en su auto escuchando música.

Teníamos nuestro pequeño concierto y era más divertido cuando las canciones eran en duo, él hacia una voz y yo hacía otra, Luke y yo éramos el match perfecto y yo era una estúpida por no querer admitirlo.

Me dejó en la entrada de mi condominio y se bajó del auto para acompañarme, cuando estaba abriendo la puerta principal, respiré profundo y me di la vuelta para mirarlo.

—¿Quieres subir?—estaba demasiado nerviosa, tenía las palabras de Mike dándome vueltas en la cabeza, él me gustaba demasiado y no podía seguir ignorando ese retorcijón de panza que sentía cuando lo tenía cerca.

—Hoy no puedo.—hizo un leve puchero guardando las manos en sus bolsillos.—Debo volver a casa...pero estaría encantado de subir otro día.—asentí bajando la mirada.

—Entonces, te veo después, igual no estamos tan lejos—guardé mis manos en la chaqueta y subí la cara de nuevo para mirarlo.

Por dios que si me moría por besarlo, todo el ambiente se prestaba, me sentía en una de esas escenas de película donde, después de una cita increíble, los protagonistas se besaban en la puerta.

—Me tengo que ir—anunció bajando un escalón, quedando más o menos a mi altura.

—Está bien.—asentí sin dejar de mirarlo, pero él no se iba, bajó otro escalón sin quitarme la mirada de encima y ambos sonreímos al mismo tiempo.

Él decía que tenía que irse, pero no se movía, estaba retrasando su partida y eso me parecía muy gracioso.

Ya no podía contenerme más, mi fuerza de voluntad no era tan resistente como creía. Lo abracé por el cuello aprovechando que estaba a mi altura y ataqué sus labios sin pensarlo dos veces.

Lo estaba haciendo, me estaba besando con Luke Hemmings.

Lo estaba haciendo, me estaba besando con Luke Hemmings

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Sʏᴍᴘᴀᴛʜʏ Fᴏʀ Tʜᴇ Dᴇᴠɪʟ | L. HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora