36.

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Mía POV

—¿Me tienes miedo Mía?.—musitó mirándome a los ojos.

—No.

Respondí segura sin perder contacto visual con él.

—¿Confías en mi?.—asentí lentamente.

—Se que no me harías daño.

—Puedo despedazarte si quisiera...sólo que no quiero hacerlo.—habló contra mi mejilla mientras sentí su mano bajar peligrosamente por mi abdomen.

Me tenía acorralada contra la pared y a pesar de que era un sitio concurrido en donde pasaban personas a cada rato para ir a los baños a nadie le parecía interesar lo que Luke y yo hacíamos.

Su mano se coló por debajo de mi vestido y la subió lentamente por mi muslo hasta dejarlas en mi entre pierna, un gemido se escapó de mis labios al sentir sus dedos hacer presión sobre la tela de mis pantis y sonreí completamente excitada.

Apartó la tela e introdujo dos de sus dedos dentro de mí, abruptamente y gemí de nuevo arqueando mi espalda, lo escuchaba susurrarme cosas al oído pero estaba tan excitada que sólo podía concentrarme en lo delicioso que se sentía sus dedos moviéndose en mi interior.

Intenté buscar sus labios para besarlo pero él se negó hundiendo su cara en mi cuello y comenzó a succionarlo, me estaba cohibiendo demasiado, quería mover mis caderas pero él tampoco me lo permitía.

Estaba torturándome, lo supe en el momento que sentí que estaba a punto de correrme y detuvo sus dedos, separó su cara de mi cuello y me miró directo a los ojos.

—Los orgasmos debes ganártelos.—metió sus dedos en su boca saboreándoselos y luego los metió en la mía haciendo que los succionara también.—Eres más deliciosa que el pastel...—presionó sus labios contra mi frente y se alejó de mi dejándome excitada y un poco más enamorada de él.

.....

Luke nunca se negaba a cumplir mis perversiones.

Las cumplía todas y cada una, sin escandalizarse, era por eso que no podía negarme ante su singular petición de que me acostara con Stella.

Él también estaba lleno de fetiches raros, uno de ellos era que le gustaba verme follar con chicas, él nunca participaba, sólo miraba, no era esta la primera vez que me pedía algo así.

Sentía que esa era la formar de controlar a la bestia, él veía a Stella como una más para su colección de fotos polaroid y de alguna manera, verme teniendo relaciones con ella apaciguaba un poco el psicópata que vivía en su interior.

Fue fácil pedirle a Stella que se viniera a casa conmigo, yo estaba ebria y cuando tenía copas encima la palabra pena eran sólo cuatro letras.

Aceptó sin pensarlo dos veces. Tomó mi mano para que la guiara fuera del club y llevarla a casa conmigo.

Mi novio estaba apoyado del capot de su auto, de brazos cruzados y al verme atravesar la puerta con Stella , sus ojos brillaron y una sonrisa perversa se le dibujó en su bella cara de ángel.

Stella entrelazó nuestros dedos y caminamos juntas hacia el auto de Luke, este se acercó para abrirnos la puerta trasera y le agradecí guiñándole el ojo antes de subirme con ella a su auto.

—Señoritas...—dijo con una sonrisa y cerró la puerta.

Besó mis labios fugazmente antes de subirse a su asiento y encendió el motor para huir juntos de ahí.

Sʏᴍᴘᴀᴛʜʏ Fᴏʀ Tʜᴇ Dᴇᴠɪʟ | L. HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora