Un asesino serial mantiene aterrorizada a la ciudad de San Francisco, y Mía, una chica aparentemente normal, empieza sentir simpatía por él.
❝El demonio es real, yo lo he visto, es hermoso, me besó en los labios y bailamos toda la noche❞
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Desde que le había dicho a Luke que lo amaba él se había puesto en modo romántico, yo no creí que pudiera amarlo más hasta que descubrí que podía ser tan cursi.
Y es que eso era lo fascinante de Luke Hemmings, estaba lleno de matices diferentes que cada vez que descubría uno, me sentía más enamorada que antes. Era romántico pero no a ese nivel empalagoso y al ser una fiel devota de las películas clásicas de Hollywood, estaba más que encantada.
Estábamos metidos dentro de mi bañera, luego de una sesión de sexo rudo, salvaje y hasta algo morboso, nos encantaba meternos en la tina para relajarnos.
Éramos extraños pero así funcionábamos.
Estaba entre sus brazos, leyendo un libro mientras sentía sus caricias en mi abdomen sumergido bajo el agua. Se encontraba callado porque sabía que me gustaba estar en silencio mientras leía, pero no podía dejar las manos quietas y reía cada vez que lo sentía tocar de más.
—No puedo concentrarme si metes tus dedos ahí.—murmuré mientras pasaba la hoja de mi libro y él rió.
—Te estoy dando masajes para que te relajes.—sacó sus dedos de donde los tenía y apoyó su mentón en mi hombro.— Narraciones extraordinarias...—canturreó pegando sus labios en mi oreja, me estremecí porque su voz era tan ronca y melodiosa que me ponía los vellos de punta.
—¿Lo has leído?.—pregunté apartando mi vista del libro para mirarlo.—No tenía idea de que te gustara el romanticismo norteamericano.
—De hecho es mi genero favorito.—sonreí mirándolo a los ojos, había descubierto otra cosa increíble de él.
—El mío también.—besé sus labios lentamente y él comenzó a masajear mis pechos.
Al separarse, besó mi sien y subió de nuevo a mi oreja, comenzó a besarla y a morderla con suavidad ,cerré los ojos lentamente.
—Dijo señalando al cielo...la palidez de ese astro me conturba; huyamos pronto de aquí, pronto, es preciso...Y de sus alas recogió las plumas con intenso terror, y sollozando, presa de pronto de invencible angustia, pegó las alas, hasta el polvo frío...—habló en un susurro y giré mi cara sin poder apartar la mirada de sus ojos, estaba completamente extasiada, escuchar ese fragmento con su voz tan aterciopelada era un orgasmo auditivo.—Tranquilicé mi psiquis, y besándola, de su mente logré apartar sus inquietudes y sus zozobras disipé profundas, y convencerla que siguiera hasta el final pude...
Concluyó su fragmento de poesía besando mis labios, sosteniendo mi mejilla con tanta delicadeza, como si tuviera miedo de que me fuera a quebrar.
—Mi hermosa Ulalume... —musitó contra mis labios.
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—No es apropiación cultural si tengo ascendencia asiática.—dije mostrándole el kimono que había confeccionado a Luke y se echó a reír.
