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El crimen es, o debería de ser un arte. Tal vez no uno de los 7 establecidos, pero un arte al fin y al cabo. Y el de cometer un crimen debería reservarse únicamente a los individuos considerados individualmente superiores ❞- Jimmy Stewart (La Soga)


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La cabeza me iba a estallar, no podía ni abrir los ojos porque sentía que el mundo se me iba a venir encima, odiaba la resaca, era por esa razón que no me gustaba beber.

Abrí un ojo para mirar la hora en el reloj despertador y bufé, eran las doce del medio día. Ni siquiera sabía cómo había llegado a mi habitación, pasé mis manos por mi cara para tratar de despertarme y pestañeé un par de veces antes de abrir los ojos.

Estaba desnuda, en el medio de mi cama, sola.

Me pareció extraño, lo poco que recordaba anoche era que había tenido sexo con Stella y luego con Luke, pero sólo eran imágenes que iban y venían a mi cabeza.

Traté de levantarme y gruñí, la cabeza me dolía horrible, sentía que se me iba a desprender del cuello. Me levanté como pude de la cama y caminé hasta el baño sujetándome de las paredes.

Vomité hasta la bilis en mi inodoro, que resaca tan terrible, juro por dios que no volvería a beber nunca más en la vida. Me lavé los dientes y me metí bajo la ducha con agua helada para tratar de despertar mis sentidos y que el malestar se esfumara un poco.

Hacía demasiado calor así que el agua fría era un alivio. Salí de la ducha mientras me envolvía en mi toalla y un olor a tocino y huevos fritos me abrió el apetito.

Caminé hacia la cocina para ver de quien se trataba y me sorprendí al ver a Stella, en ropa interior, cocinando.

-Buenos días.-dijo con una sonrisa.

-Buenos días...-respondí mirando la mesa repleta de comida.

-Me pareció mal irme así nada más, así que pensé que si te hacía el desayuno sería una buena despedida.-arrugó la nariz.

-Es un lindo detalle, de hecho.-reí tomando asiento y tomé una de las tostadas untándole mantequilla.-¿Y Luke?.-pregunté mientras masticaba.

-No lo sé.-se encogió de hombros y se acercó hasta la mesa con la sartén en la mano para servir los huevos fritos en mi plato.-Desperté y ya no estaba.-se sentó a mi lado sirviendo el café en dos tazas.-¿Cómo tomas tu café?.

-No me gusta el café.-me miró totalmente escandalizada y me eché a reír por su expresión tan graciosa.-Me desagrada el sabor, sólo compro porque a Luke le gusta mucho.

-Eres la primera persona que le escucho decir eso...¿Cómo no puede gustarte el café?.

Reí encogiéndome de hombros.

-Todos me ven como un bicho raro.-le di otra mordida a mi tostada.-A mi mamá no le gustaba mucho el café tampoco y a mi abuela menos, creo que es hereditario.

-¿Eres china?.-preguntó curiosa.

-Japonesa...bueno, mi madre lo es y mi papá es de aquí.-sonrió apretando los labios.

-Eso es muy Cool.-se mordisqueó el labio mirándome fijamente y luego suspiró.-¿Qué significa tu tatuaje de la muñeca?.-señaló mi tatuaje mirándome curiosa, reí mientras masticaba y le di un sorbo a mi vaso de jugo para bajar la comida y poder responderle.

-Es mi nombre Japonés, Keiko Hikaru y está escrito en kanjis, Keiko también es el nombre de mi mamá y mi abuela, ambos nombres combinados significan, mujer feliz que brilla con luz propia.

Sʏᴍᴘᴀᴛʜʏ Fᴏʀ Tʜᴇ Dᴇᴠɪʟ | L. HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora