27.

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Mi sentido común se había esfumado, lo hizo justo en el momento en que ayudé a Luke a deshacerse del cadáver de su baño. De hecho, fui yo quien le dio la idea de envolverla en plástico de burbujas y arrojarla al mar.

Lo convencí de que no le hiciera nada más, no quería que le hiciera más nada a su cuerpo y él me hizo caso.

Envolvimos a Liliam en el plástico, usando guantes de látex, la metimos en la cajuela de su descapotado y una vez estuvimos en el puente, la arrojamos al agua.

—¿Tienes hambre?.—preguntó mientras íbamos en su auto de vuelta a casa y negué.

—Ya va a amanecer, será mejor que volvamos a casa.—apoyé mi cabeza en su hombro y suspiré.—Necesito que me prometas algo Luke...

—¿Qué cosa?.—levanté mi cara apoyando mi mentón de su hombro.

—No lastimes a más chicas, hazlo por mí.—intenté buscar su mirada pero él la mantenía fija en el camino.

—¿Cómo le pides a un niño que no coma dulces, a un ebrio que no beba, a un adicto que no consuma?...no es tan sencillo, Mía.

—Dijiste que yo te hacía reprimir ese impulso.

—Lo haces.

—Hazlo por mí, por favor...

—Mía.—negó mirándome por fin.

—No quiero que te metas en problemas.

La sinceridad con la que decía todo aquello, me sorprendió, no le pedía que parara porque lastimaba a chicas inocentes si no porque no quería que lo atraparan y lo alejaran de mi.

Estaba comenzando a sentir simpatía por el mismo demonio.

No dijo más nada hasta que estacionó frente a mi edificio, apagó el motor del auto y se quedó mirando hacia la nada por un rato.

—Lo intentaré.—sonreí y giré su rostro haciendo que mirara.

—¿Qué es lo que tanto te atrae?.

—Me gusta el olor de la sangre.—respondió mordiéndose el labio y no pude evitar bajar la mirada hacia ellos.—La sensación es agradable.

Volví a mirar sus ojos y me acerqué lentamente hacia él para besar sus labios. Deslicé mi mano hasta su nuca y la apreté delicadamente atrayéndolo hacia mí, nuestras lenguas hicieron contacto y su sabor se mezcló con el mío.

Me subí sobre su regazo, sujetando con firmeza sus mejillas, el beso se fue volviendo más pasional, su boca se devoraba la mía y yo no me quedaba atrás. Nos separábamos sólo medio segundo para respirar y volvíamos a atacarnos como si necesitáramos de nuestros labios para poder sobrevivir.

Sentí mis labios hinchados, al punto de dolerme, pero no me quería detener, ni siquiera lo hice cuando rasgó con sus dientes mi labio inferior y el beso tomó un sabor especial, metálico.

Estábamos en una especie de frenesí.

Me separé de sus labios sólo cuando sentí que no podía más, los labios me dolían y estaba sangrando, miré los de él y estaba exactamente igual, pasé mis dedos por ellos humedeciéndolos con su sangre y luego los llevé a mi boca.

Luke sonrió.

—Creo que encontré como alejarme de eso.

—Acabamos de hacer un pacto de sangre.—sonreí del mismo modo que él lo hacía y pasé mi lengua por sus labios.

.....

—Mía.—Mike llamó mi atención pasando una mano frente a mi cara y espabilé sacudiendo la cabeza.

Sʏᴍᴘᴀᴛʜʏ Fᴏʀ Tʜᴇ Dᴇᴠɪʟ | L. HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora