Sʏᴍᴘᴀᴛʜʏ Fᴏʀ Tʜᴇ Dᴇᴠɪʟ | L. Hemmings

49.

⚠ᴘᴀʀᴇɴᴛᴀʟ ᴀᴅᴠɪѕᴏʀʏ: ᴇxᴘʟɪᴄɪᴛ ᴄᴏɴᴛᴇɴᴛ⚠

Ｄｏｎ'ｔ Ｂｌａｍｅ Ｍｅ

❝ My name is whatever you decide
And I'm just gonna call you mine
I'm insane, but I'm your baby  ❞

🔪

Después de probar lo increíble que se siente, no pude parar, sentía como si estuviéramos viviendo en una simulación.

Ya entendía a Luke cuando me describía lo que sentía y aseguraba que era mejor que el sexo. Estaba de acuerdo con él, no tenía comparación, nada en el mundo se comparaba con la sensación que te embriagaba al ver como la vida de alguien se iba lentamente entre tus manos.

Éramos lo dioses de la muerte, reclamar almas era nuestro pasatiempo y lo disfrutábamos más que cualquier otra cosa. Nos volvimos imparables, nos sentíamos superiores, los reyes del mundo, éramos la pesadilla viviente de todo aquel que se nos cruzara en el camino.

Habíamos creado algo único, el mundo era nuestro y veíamos a los demás como seres inferiores.

Lo mejor de todo era saber que nuestro vínculo se había fortalecido, él complementaba mis fantasías más despiadadas y yo complementaba las suyas y juntos las hacíamos realidad. Era poético, cuidábamos nuestras espaldas y los dos estábamos seguros de dar la vida por el otro.

Si él era el diablo, le había vendido mi alma y con todo el gusto, estaba rendida a sus pies, para mí, él era la representación de un dios en la tierra y entendí que mi único propósito en la vida era servirle a él.

Estábamos convencidos de que el mundo en realidad era el infierno, el concepto que todos tenían de un lugar lleno de fuego y criaturas de toda clase, para nosotros era un mito, el mundo era ese infierno al que todos le temían y nosotros éramos los encargados de liberar las pobres almas.

Se convirtió en nuestra filosofía. El mundo estaba tan podrido y enfermo que pensar que había otro lugar peor que este era imposible.

Amaba los juegos de roles y a uno de nuestros sponsor, le encantaba donarnos bastante dinero por videos exclusivos y los actos de sacrilegio eran sus favoritos. Él era muy especifico con lo que quería, detallaba todo con lujo y detalle y a Luke y a mí nos parecía fascinante.

Su petición de esa semana fue mi favorita.

Tenía que disfrazarme de monja y Luke tendría que ser una especie de demonio. Que acertado había sido eso.

El video comenzaba conmigo haciendo una plegaria pidiéndole perdón a dios por lo que estaba a punto de hacer, de rodillas, con las manos juntas y un crucifijo alrededor de ellas, rodeada de velas y con un altar lleno de diferentes figuras religiosas.

Luke se paró frente a mí, sujetó mi mentón y acarició mi mejilla sutilmente con su pulgar. Lo miré a los ojos y le sonreí, se bajó la cremallera de sus pantalones y como si estuviera a punto de recibir la ostia, abrí la boca esperando por él.

Introdujo su pene en mi boca, muy despacio y con sus manos comenzó a guiarme. Mis ojos se mantuvieron cerrados mientras mis labios se movían por toda su deliciosa erección saboreando todo a mi paso.