32.

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Luke POV

Mía se veía radiante ese día, no sé si se debía a que era su cumpleaños pero tenía un brillo especial, no podía apartar mi mirada de ella.

Miraba hacia su dirección cada vez que tenía oportunidad de hacerlo mientras conducía de vuelta a casa, regresábamos de la playa y a pesar que se había puesto litros de bloqueador tenía la nariz y parte de las mejillas rojas.

Se veía adorable y no pude evitar sonreír, tenía puestas unas gafas de corazón y dos trenzas en su cabello, estaba recostada del asiento con los pies apoyados en la ventana mientras bebía cola de cereza y leía su libro.

Ella me hacía ver la vida de color rosa, era como si le diera ese toque de humanidad a mi alma, no sentía empatía por nada ni por nadie pero por ella...estaba perdidamente enamorado y me preguntaba cómo fue que pasó.

Recuerdo cuando subí a su departamento, el primer día que me la encontré desesperada por entrar a su edificio, entró a mi radar, la quería para mí, pero fue cuando nos miramos directamente a los ojos que supe que ella sería la excepción.

Y me entró esa extraña necesidad de protegerla...de protegerla de mi mismo.

Nunca había sentido nada parecido, Mía me complementaba.

Tuve miedo de perderla cuando le confesé quien era realmente, era la primera vez que sentí miedo de perder algo. No me sorprendió que me haya aceptado, ella era igual a mí, tenía una hermosa cara de muñeca de porcelana, pero su corazón era negro como el mío.

Como las muñecas que salen en las películas de terror.

Reí ante mi pensamiento tan absurdo y ella giró su cara para verme.

—¿Qué sucede?.

—Nada.—negué mirándola con una sonrisa y volví mi vista al camino.—¿A qué hora es que tenemos que estar en el club?.

—A las diez.—respondió acercando una mano hasta mi rostro y comenzó a acariciar mi mejilla.—Pareces modelo de comercial de gafas o algo así.—se echó a reír acomodándose en su asiento.— El sunset te da directo en la cara y estás como de foto.

—Tú estabas como de foto hace rato.—la miré de nuevo.—O como de película de los sesenta.

Model shop.—rió subiéndose las gafas a la cabeza.—Yo me obsesioné con esa película por un tiempo y quise aprender francés para ser como Lola...a veces creo que mis fracasos amorosos se deben a que intento encontrar esa idea absurda sobre el amor que hollywood me vendió, quería ser como Lola y...—hizo una pausa arrugando ligeramente su ceño y me miró fijamente.—¿Has visto la película?.

—Creo que no.—negué apartando un momento la vista del camino para mirarla.—¿De qué trata?.

—Bueno en realidad no es la mejor película del mundo, tiene su encanto, cómo todas las películas clásicas, pero es un drama romántico medio cliché.—hizo una mueca frunciendo sus labios.—El protagonista se llama George y es arquitecto...—asentí lentamente y sonreí.— Y se enamora de una bella modelo francesa llamada Lola.

—¿No te parece curioso que tú quieras ser Lola y yo arquitecto?.—comenté mientras le acariciaba la pierna y ella se echó a reír.

—Lo sé...acabo de notar esa linda coincidencia.

—Admite que soy tu otra mitad, no te hagas la difícil, Mía

—¿Voulez-vous coucher avec moi ce soir?

Sʏᴍᴘᴀᴛʜʏ Fᴏʀ Tʜᴇ Dᴇᴠɪʟ | L. HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora