24.

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Me hundí por completo dentro de la tina de mi baño conteniendo la respiración y me quedé ahí unos segundos, en un intento por relajarme y despejar mi cabeza, estaba tan traumatizada por el comportamiento de Luke que lo había estado evadiendo.

Cada vez que recordaba su rostro y la manera en cómo me habló esa noche me podía los vellos de punta. Nunca me lastimó, pero no fue necesario, su mirada de psicópata fue más que suficiente para mantenerme aterrada.

Mientras divagaba, recordé las palabras que Jack me había dicho el primer día que lo vi en la casa de Luke.

"Después del accidente, no volvió a ser él mismo".

En el tiempo que tenía siendo su novia, logré percibir ciertas conductas en él que no eran de un chico normal, sus cambios de humor constantes eran uno de ellos, no lo había visto alterado ni una sola vez, ni siquiera esa noche cuando estaba reclamándome lo de Mike.

Y eso me parecía un poco escalofriante, era como si no quisiera mostrar sus emociones o peor aún, carecía de ellas.

Me acordé que hace tiempo había leído en un foro sobre la historia de una mujer que fue operada de pólipos nasales, la operación salió mal y terminaron removiéndole algo en el cerebro.

La mujer desde entonces no volvió a ser la misma, se aisló, comenzó a tener episodios paranoicos, luego de tratamientos y diagnósticos falsos, la mujer terminó asesinando a sus padres, a su esposo y a su hijo.

Decían que antes de la operación era una señora completamente normal, con un excelente empleo, una hermosa familia y graduada con honores de la universidad.

Habían muchos casos similares a ese, el más famoso era el del tirador de la universidad de Texas, quien fue ex marine, asesinó a su esposa, a su hija y luego tomó un rifle, subió a lo más alto de la universidad y comenzó a dispararle a las personas a diestra y siniestra.

Cuando le hicieron la autopsia se dieron cuenta que tenía un tumor cerebral presionándole la corteza frontal del cerebro y por eso su nivel de sentir empatía fue de poco a nulo.

Salí corriendo de la tina, me envolví en una toalla y fui por mi laptop. Tecleé el nombre completo de Luke en el buscador y esperé los resultados.

Los primeros links eran de sus redes sociales, seguí bajando y encontré un artículo que hablaba sobre sus logros deportivos. Eran demasiados, surf, parapente, alpinismo, motocross, en todos se destacaba y según la pagina, Luke estaba entre los mejores.

Hasta que sufrió el accidente, cuando vi las fotos de cómo había quedado en el hospital me dieron ganas de llorar, era imposible que se salvara de algo así, sus lesiones eran muy serias pero la que me alarmó fue la de su cabeza.

Él me había contado que duró en coma, pero no me dijo en donde se había golpeado exactamente, quizás ese trauma explicaba su comportamiento. Estaba especulando pero es que no había otra explicación.

Tomé mi teléfono y lo llamé al fin luego de evadirlo por días.

—Mía...

—¿Estás en casa?.—pregunté tratando de que mi voz no se quebrara.

—Ahorita no, llego cómo en una hora...¿Por qué?.

—Quiero hablar contigo...—se quedó en silencio por varios segundos y luego escuché una pequeña risa que me inquietó.

—Siento que no son buenas noticias.

—Sólo ven, te espero aquí.

—Vale, nos vemos en una hora.

Sʏᴍᴘᴀᴛʜʏ Fᴏʀ Tʜᴇ Dᴇᴠɪʟ | L. HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora