Sʏᴍᴘᴀᴛʜʏ Fᴏʀ Tʜᴇ Dᴇᴠɪʟ | L. Hemmings

39.

❝Dear diary, I don't know what's going on, but something's off...❞ 

🔪

—¿Qué haremos con ella?.

—No lo sé, tú piensa en algo, fuiste tú la que planeó todo esto.—me apoyé del mesón observándola.—Piensa rápido...

—¿Me estas poniendo a prueba?.

—Más o menos.—Sonreí.

—Arrojémosla a un pozo o que se yo.

—¿Tan cliché?, piensa en algo más divertido.

—Mmmm...—escudriñó los ojos observando el cadáver de Stella por un rato.—Y si la cortamos en varios pedazos, enterramos las partes con una nota dando pistas para encontrar la siguiente...como una búsqueda del tesoro pero más macabro.—reí cubriéndome la cara con una mano mientras negaba.

—Podría ser pero descuartizar ensucia mucho, si lo vas hacer, te sugiero que no lo hagas aquí en tu departamento.

—¿Yo lo voy hacer?.—llevó una mano hasta su pecho mirándome con una ceja levantada.

—Todo esto fue tu idea, pensé que tenías un plan.

—Te dije que actué sin pensarlo...me cegaron los celos.—se mordió el labio bajando la mirada.

—Debes controlar esos impulsos o nos meterás en problemas.—me acerqué a ella y sujeté su barbilla haciendo que alzara la cara.—Esperemos a que sea un poco más tarde y me ayudas a bajarla hasta el auto.—besé sus labios cortamente.—Ahora somos cómplices y el hecho de que ni siquiera te inmutas ante todo esto, me excita.

—A mi me excita verte cubierto de sangre...—murmuró sobre mis labios y rodeó mi cuello con sus brazos.—Quiero preguntarte algo.

—Pregunta lo que quieras.—toqué su nariz con la mía y ella sonrió.

—Cuando me confesaste tu carrera de pornstar...me suscribí a la página y vi tus videos.—asentí escuchándola con más atención.—¿Las torturas que le hiciste a Vanessa, en ese último video, son reales?.—se mordió el labio.

—No, todo estaba planeado para que pareciera real.

—Ya...—asintió paseando sus manos por mi pecho.—¿Y te pagaban bien?.

—Bastante.—sonreí porque ya sabía por dónde iba la cosa.—Por video podía ganar hasta veinticinco mil dólares y por los exclusivos hasta cincuenta.

—Rayos...la gente en serio está enferma.—me eché a reír y asentí dándole la razón.—¿Cómo haces ahora que te quedaste sin compañera?.

—Estoy haciendo casting para buscar otra...—susurré acercándome a su hombro y dejé un par de besos.—¿Te interesa la vacante?.

—Resulta que si me interesa, no le hago el feo a ningún trabajo y eso lo sabes.—elevó sus cejas y me eché a reír.—Me resulta entretenido follar contigo como normalmente lo hacemos y forrarme de billetes en el proceso.

—Buena respuesta.

.....

Bajamos el cadáver de Stella por las escaleras, esperamos hasta una hora en la que sabíamos que nadie estaría viéndonos y la metimos en la cajuela de mi auto.

Luego subimos al departamento y limpiamos toda la cocina a fondo, utilizando bicarbonato para limpiar todo el rastro de sangre. Después de eso, fuimos juntos a la bodega abandonada donde normalmente cometía mis asesinatos.