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Mía POV

—¿Supiste lo que pasó?.—dijo Mike apenas le contesté la llamada.

—¿Qué pasó?.—dejé mi teléfono sujetado con mi hombro mientras buscaba en mi closet.

—Encontraron a Stella...bueno, parte de ella.

—Oh por dios, ¿Qué estás diciendo?.—intenté sonar lo más preocupada posible, era momento de estrenar mis dotes de actriz.

—Calum acaba de llamarme, la policía encontró su tórax, la reconocieron por sus tatuajes.

—Qué horror...—tomé la prenda que estaba buscando para terminar mi conjunto y la puse sobre mi cama junto a las demás prendas.—Pobrecita, ella me caía demasiado bien, me siento terrible, Mike...¿cómo está Cal?.

—Lo sé, parece una jodida pesadilla...Está muy mal, sólo hablamos por teléfono pero su voz se escuchaba terrible, él aun tenía esperanzas de encontrarla viva.

—Pobrecito, pasaré más tarde a visitarlo...ahora tengo más miedo que nunca de andar sola por ahí.

—Todo esto es una locura, cada vez desaparecen más chicas...deberías estar atenta, Mía, me muero si algo te pasa.

—Sé defenderme, gracias a ti.—sonreí.—Me descompuse horrible con esa noticia...ella me había dicho, el día que fuimos al parque, que le gustaban los asesinos seriales y que la historia del carnicero le parecía cautivadora, que haya muerto en sus manos es casi poético.

Luke venía entrando a mi habitación, con una toalla rodeando su cuello y el cabello completamente húmedo. Dios mío, como disfrutaba verlo salir de la ducha.

Le sonreí y él hizo lo mismo.

—Pues...aún no se sabe si fue el carnicero.—dijo Mike en un susurro.

—¿Cómo que no?...es obvio, o sea que haya aparecido su cuerpo de esa manera con un asesino suelto, que precisamente descuartiza chicas, todo apunta hacia él.

—Lo sé pero, Stella no cumple con el perfil y además la forma en que la encontraron fue diferente, falta hasta su cabeza.

—Quizás ahora no tiene un perfil si no que ataca a chicas al azar.

—Quizás...—se quedó callado un momento.—¿Estás con Luke?.—me pareció extraña su pregunta.

—Sí.

—Mándale mis saludos.

—Lo haré...¿Irás a verme en la facultad de diseño?

—Claro, no me perdería eso por nada.

—No lo habría logrado sin ti, gracias por apoyarme siempre.—sonreí—Te quiero, nos vemos allá.

—Te quiero, cuando sea grande quiero ser como tú.—me eché a reír y colgué la llamada.

Dejé mi teléfono sobre la cama y me dediqué a observar a Luke que se vestía tranquilamente frente al espejo, él era un deleite para la vista y podría pasar todo el día observándolo.

—¿Quien era?.—preguntó mientras me observaba por el espejo.

—Mike...—suspiró y tomó la camisa para colocársela.—Me estaba contando que ya encontraron a Stella.—me acerqué hasta él ayudándolo con los botones.—No nos van a atrapar, ¿Cierto?.—alcé la cara para mirarlo.

—¿Confías en mi?.

—Ciegamente.

—Entonces no preguntes tonterías.—dejó un beso en mi frente y sonreí.—Hablemos de cosas más importantes como el porqué aún no te has vestido.—reí mirándolo de nuevo y me paré en la punta de mis pies para robarle un beso.

—Iba hacerlo pero me distraje contigo...—besé su pecho antes de abrochar el ultimo botón.—Pero esto también es importante, fuimos los últimos que la vimos con vida y tengo miedo de que sospechen.

—Sólo tienes que relajarte y apegarte a lo que dijimos...ella salió del club junto a ti pero sólo le dimos el aventón hasta su casa y de ahí no supimos más.—asentí mordisqueando mi labio.—No te pongas nerviosa ahora, ve a vestirte.

Había repetido esa historia tantas veces en mi cabeza que ya hasta me la estaba creyendo.

Decidí apagar mi cerebro por un momento y concentrarme en arreglarme, hoy era la presentación de mi tesis ante el comité de la universidad de diseño y mis nervios estaban por las nubes.

Si aprobaban mi proyecto y les encantaba la mini colección que había creado, me darían el titulo para por fin sentirme realizada.

Había invitado a mis padres aunque no estaba segura si irían.

También me sentía nerviosa porque iba a presentarles a Luke y no sabía hasta que punto ellos aprobarían eso, después de todo, Luke seguía siendo aquel niño de quien cuidaba y eso podría parecer raro para algunas personas, comenzando por mis padres que a pesar de que no eran conservadores tendían a ser algo moralistas.

Me vestí con un enterizo negro, que se anudaba en mi cuello y tenía una hebilla plateada con el logo de mi marca, en la parte de la cintura. La tela era de gabardina, hasta la cintura para entallarla y el resto era de una tela holgada que le daba movimiento al pantalón.

Era uno de mis diseños más básicos pero también era de mis favoritos, lo complementé con unos tacones del mismo color del enterizo y un abrigo estilo capa.

Me sentía Carolina Herrera.

A Luke le había confeccionado una chaqueta, con la misma tela de gabardina y le había bordado con hilo dorado unos detalles en las solapas, idénticos al bordado que estaba en las prendas de mi colección.

Le quedaba hermosa y complementaba excelente con todo, parecía un modelo sacado directamente de la pasársela.

—Te ves...wow.—dije mientras lo miraba de arriba hacia abajo.—Ni siquiera tienes que engañar a las chicas para subirlas a tu auto como lo hacía Ted Bundy, con sólo verte se suben sin preguntar.

—Tú tampoco estás tan mal, quisiera ser asesinado por ti en cualquier momento.—reí y me acerqué hasta él para abrazarlo por el cuello.

—Estos chistes internos me están gustando...

—Entre psicópatas nos entendemos.—me inclinó un poco hacia atrás depositando un beso en mi cuello.

¿Será eso cierto?, ¿Me había convertido en una psicópata?, la verdad es que no podría afirmarlo y tampoco sabía hasta que punto me sentía influenciada por él. No es como sí lo responsabilizara, lo que había hecho lo hice con alevosía y sin ningún tipo de remordimiento, pero hasta que puto lo había hecho para gustarle a él, no lo sabía.

Tal vez una parte de mi estaba en busca de su aprobación, de encajar en su vida, de ser parte de él.

O tal vez le estaba poniendo excusas a mi comportamiento y en realidad siempre fui una sádica y dejé salir ese lado de mi cuando me sentí en confianza con alguien.

—¿Ya estás lista?.—preguntó mientras dejaba besos en mi cuello y negué.

—¿Podrías bajar las cosas al auto mientras termino aquí?

—Te espero abajo.—besó mi frente un par de veces y asintió.

Lo vi salir de mi habitación y suspiré.

Estaba loca por él, en todos los sentidos de la palabra. Lo peor de todo era que yo sabía que estaba mal, sabía que era descabellado, sabía todas las consecuencias y ni así me importaba.

 Lo peor de todo era que yo sabía que estaba mal, sabía que era descabellado, sabía todas las consecuencias y ni así me importaba

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Sʏᴍᴘᴀᴛʜʏ Fᴏʀ Tʜᴇ Dᴇᴠɪʟ | L. HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora