Un asesino serial mantiene aterrorizada a la ciudad de San Francisco, y Mía, una chica aparentemente normal, empieza sentir simpatía por él.
❝El demonio es real, yo lo he visto, es hermoso, me besó en los labios y bailamos toda la noche❞
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Hice una burbuja de aire con mi chicle acercándome a sus labios y él la hizo explotar mordiéndola, reí besando sus labios repetidas veces y volví hacer otra burbuja.
Convencí a Luke que viniera conmigo a una especie de cita triple en el parque de diversiones, estaba tonteando con él, como siempre, mientras esperamos que la cita de Calum llegara.
—El domingo es tu cumpleaños, Mía, ¿qué casa vas a tirar por la ventana?.—miré a Calum mientras mantenía a Luke abrazado por el cuello y reí.
—Ni me lo recuerdes, voy a cumplir veintisiete, casi piso los treinta...para el domingo ya tendré canas y manchas en las manos.—escuché la risa de Luke contra mi mejilla y Calum también se echó a reír.
—¿Vas a cumplir veintisiete?.—preguntó Crystal, sorprendida.
—Sí.—asentí regalándole mi mejor sonrisa.
—No parece, pensé que tenías menos, como dieciocho.
Vaya, a pesar de todo Crystal no era tan mala, ya me caía bien.
—Gracias, me acabas de subir el autoestima.—ella se echó a reír al mismo tiempo que yo y miré a Luke.—¿Escuchaste? me veo de dieciocho.—subí mis cejas de manera juguetona.
—A decir verdad, todavía te sigues viendo como de quince...como cuando me cuidabas.—sonrió de una manera demasiado sexy y negué cubriéndole la boca con una de mis manos.
—No lo digas, quedamos que no hablaríamos de eso.—se echó a reír y estaba a punto de responderme otra cosa pero Calum anunció que su cita había llegado y la atención de Luke se posó totalmente en ella.
—Chicos, ella es Stella.—dijo Calum presentándola.
Era linda, tenía el cabello ondulado y bastante largo, lo tenía pintado de un tono lila pastel, traía una falda y noté que tenía las piernas llenas de tatuajes, era el tipo de chica que a Calum le gustaba.
Saludó a todos amablemente y se paró junto a Calum entrelazando su mano con la de él.
Dejé de mirarla para ver a Luke, estaba mirándola fijamente mientras la chica hablaba con el resto del grupo, sus manos se apretaron en mi cintura y sus hombros se tensaron, parecía como si le costara respirar, su corazón se aceleró. Ni siquiera se había dado cuenta de que lo estaba observando, fue cuando posó su mirada en mi que supe de que se trataba.
Esa mirada no significaba nada bueno.
—Mía...—Mike llamó mi atención.—¿No van a venir?.
—Adelántense, ya los alcanzamos.—asintió lentamente mirándonos a ambos de manera intermitente, como si supiera que algo no andaba bien.
Crystal comenzó a halarlo del brazo para que caminar y fue cuando se alejó, no sin antes volver a girar su cara para verme.
—Luke...—lo llamé para que abriera los ojos y me mirara.—No la vas a lastimar.—negué acariciando su nuca.—¿Recuerdas lo que me prometiste?.
