PERMUTACIÓN CAP I. LAPSO

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Hoy día 20 de agosto del 2019 nace Emilia, hija de los Acevedo, fue un parto complicado, la madre se mostro inestable, pensaban que la iban a perder, pero desde que dio a luz regresó a la normalidad. Elena no paró de luchar, quería seguir con su parto natural, quería seguir viviendo, ama tanto a su hija, desde antes de que naciera, lo único que quiere es poder verla crecer junto a ella. Luego del parto ha permanecido más débil de lo común, pero le ha pedido a Francisco, su esposo que lo mantuvieran en secreto, que no quería apartarse ni un momento de su hija. Cada vez que Elena cargaba a Emilia se sentía viva, llena de fuerzas como si a los 34 gozara de un cuerpo de una joven de 16.

Elena es española y Francisco es dominicano, viven ahora con Emilia en su casa en la ciudad colonial de Santo Domingo, República Dominicana, en la calle José Reyes. Ambos tomaron la decisión de que Elena dejara el trabajo para dedicarse a Emilia, su pequeña, que tan solo con 2 semanas de vida ya tiene una melena rubia, igual que la madre, unos ojos cafés con destellos verdes por el centro, igual que su padre, ya es capaz de identificar formas y colores, goza de una alegría que la propaga a las demás personas.

Desde el nacimiento de Emilia, sus padres se sienten más saludables y felices, así ha pasado con todos los que visitan su casa. Lo que era una pequeña hiedra termino arropando toda la casa, en tan solo dos semanas; comenzaron a llegar agricultores y empresarios para hacer preguntas por lo rápido que ha crecido la planta trepadora, así pasó un mes, en donde el timbre solo sonaba, Elena solo cuidaba a su hija y Francisco se dedicaba al trabajo, se gana la vida como consultor autónomo de empresas y emprendiendo una pequeña fabrica a alioli con la receta familiar de su esposa, trabaja junto con los hermanos de ella, venden en pequeños mercados y esperan poder expandir como marca exclusiva en algún supermercado. Elena esta molesta con Francisco, se pasa todos los días fuera de casa y nunca llega a pasar un buen rato con su hija, como que todo lo demás es más importante que su familia. Discuten sobre el tema, pero de nada le valió a Francisco ocultar lo que verdaderamente estaba haciendo, tuvo que decir la verdad, desvelar la sorpresa, porque no quería estar mal con su esposa, le dijo que estaba ahorrando y preparando las cosas para que se mudaran a una cosa más grande y céntrica. Elena se sorprendió, igual siguió molesta porque era algo que debía de hablarlo con ella.

Un sábado en la noche la madre de Emilia, se mantuvo con ella, intentando dormirla, eran las 23 horas y su esposo todavía no aparecía, tampoco había tenido noticias de él. Elena dormitando y aún intentando dormir a Emilia, sintió una luz fuerte que le molestaba en los ojos, eso hizo que se despertara, vio unos ases de luz que salían de las palmas de Emilia, ella se extrañó, se estrujo los ojos y pensó que era que la vista le fallaba por durar tanto tiempo viendo la televisión y la pantalla de su celular. Francisco llego a la casa, encontró a Elena dormida en el sofá y a Emilia en su cuna. Se le acerco a Elena para decirle:

– Amor, ven, despierta y vamos a la cama, allí duermes cómoda – usando un tono suave.

– Esta bien – con un tono adormecido, se levantó y fue a la cama con Francisco.

Al amanecer Francisco no está en la cama, estaba en la cocina preparando un desayuno para los dos, Elena lo sorprende.

– ¿No podías esperar en la cama? Ahora ya no va a ser tan romántico – sonrió al terminar de hablar.

Ella le devuelve el gesto, mira por la ventana y ve todo muy desolado, ve muchos colores verdes que no provienen de la hiedra, se estruja los ojos como lo hizo en la noche, pero vuelve a ver lo mismo.

– Francisco podrías ver por la ventana y decirme lo que ves, que creo que debería visitar un oftalmólogo – dijo desorientada.

– Ahora voy, déjame ver... Estoy viendo un bohío, y a varios tainos – dijo anonadado.

– ¿Qué dices? – pregunto histérica sin poder creerse lo que dijo Francisco.

– Así mismo, no veo ningún otro edificio. ¿Qué esta pasando? – dijo alterado, alzando la voz con cada palabra.


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