Cuarteto

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Me dijo para hacer un cuarteto,

estabas tú, estaba yo

y entraste a tu miedo y tu ego.

No es la típica relación de cuatro.

No se esfumo con una noche.

Lo hacíamos en la cama, en la cocina, en la ventana y en el coche.

De pronto el miedo y el ego comenzaron a ir más aparte,

a combinar sus partes.

Tú te juntabas más con ellos, el miedo te dio hacia el cuarteto.

Un día me dijiste que el ego te hacía más feliz,

que yo era un aburrido, que él te hacía sentir.

El mensaje de las penumbras comenzó su manifiesto.

El dolor quiso entrar a nuestra relación,

pero sentí que no tenía lugar,

pues decidiste ir por detrás de tu ego y tu miedo

y ellos dos siempre van agarrados de las manos.

Sé que no me vas a escuchar, no sé donde estas.

Pero quiero decirte que en nuestro cuarteto

Solo sobró una cosa, y era lo que estaba de por medio,

nos sobraron letras entre nosotros, nos sobraron espacios.


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