Fuego

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Ven acompáñame, que te quiero arder,
acompáñame, que te quiero arder,
te quiero ver, con la luz en tu piel
te quiero ver, con la verdad propagándose.


Con el fuego puedo, mirarte cada humo, 
con el fuego se te desvanece todo el pudor
con el fuego puedo, mirarte cada humo,
con el fuego y con el fuego.


Ven acompáñame, que te quiero arder,
acompáñame, que te quiero arder,
te quiero ver, revuelto en tu placer,
te quiero ver, ser real una vez.
Así ha surgido de la nada, ha surgido la llamarada.
Toda la pasión guardada, no es más grande, es efímera.
Toda tentación pensada, no es real, es quimera.
Toda frustración agrandada.

Estoy ardiendo, desprendiendo, 
arder el tiempo, entro
en mi, veo el fuego,
que belleza fraccionaria, 
ahora mi vista esta en duelo,
destrucción no imaginaria.
Se me desprenden ráfagas,
se queman las maderas,
este glorioso espectáculo,
convertido en el averno,
la luz de la belleza, se ha convertido en un triste negro.
Quise ser apasionado, al último tiempo,
con el veneno se hace el antidoto,
con querer a dar todo hiciste veneno.

Fuiste fuego, pero nunca quisiste ser las cenizas, 
quisiste arder de más y te consumiste a toda prisa,
fuiste luz, pero a ninguno alumbraste.
Mucho quisiste arder, pero solo te acabaste. 







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