30 minutos

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5/10/2019 Hoy es otro día normal para Francisco, está estancado en el trafico como todos los días para ir a su empleo. Siente vértigo, piensa que alguien dentro de toda la gente lo está mirando, fijamente y sin parpadear, como si pudiera sentir calor debido a eso. Duró 30 minutos para llegar a su trabajo.

– Emma... este... buen día. ¿Me tienes el correo en mi escritorio? – pregunta Francisco hablando pausadamente.

– Buen día, señor. ¿Cómo amaneció hoy? – responde Emma con un tono de voz dulce y amable.

– Eh, bien, bien... ¿Están o no están? – dice apresuradamente.

– Sí, al igual que su café señor. ¿Por qué tan apresurado? – dice preocupándose por él.

– Nada en especial, solo quiero comenzar – responde sin mirarle a la cara.

– Por cierto, señor Francisco, vino alguien preguntando por usted pocos minutos antes de venir – informa ella.

– Bueno. ¿Y por qué no me dices quien es? – se nota enfado en su voz.

– Porque no dijo nada de eso señor, solo vino y preguntó –.

Francisco se dirige a su escritorio, con una preocupación por dentro que no sabe como la controla para dejarla salir con sus actos, pero así la mantiene. Han pasado 30 minutos desde que llegó a trabajar y no ha hecho nada, es como si por algún movimiento que haga pueda manifestar toda su preocupación, ha falsificado varios papeles de sus clientes para conseguir más dinero, a algunos ha sido en poca cantidad, pero sumándole cada vez más granos de arroz al costal, cuando carga más de lo que puede el costal se rompe y se desparrama.

Vuelve a sentir que lo estaban observando, ahí su aparente calma ya no está por resistir, se va corriendo al baño haciendo volar papeles de sus inferiores. Cierra la puerta del baño con seguro y se encierra en uno de los inodoros y sube los pies para que no se vieran, comienza a balancearse preocupado. Se acaba de producir un inmenso silencio hasta que le tocan la puerta, alguien le pregunta si todo estaba bien, Francisco responde que sí, que solo necesitaba tiempo, ese era solo el conserje. Aun estando tan encerrado sigue sintiendo que lo están observando, como que le están haciendo presión con algo un poco caliente. Vuelven a pasar 30 minutos en el baño, aún siente lo mismo. Se apagan las luces, vuelven a encender, pero ya no está en el baño, está en un cuarto blanco, se escucha una voz.

– Yo no soy la causa de tu malestar, pero te puedo dar la respuesta – voz de mujer.

Francisco está muy nervioso, solo está pensando en como salir, no se dio cuenta ni de que estaba agarrado en una silla, cuando lo supo comenzó a gritar, pero no se escucha su voz.

– Necesito que te tranquilices, no tengo que ver con ninguno de tus "negocios", soy más importante que eso –.

– No he embarazado a nadie, no recuerdo la última vez que hice algo – piensa Francisco.

– Es cierto lo que dices, lo único que haces es trabajar y robar. Mira hacia al frente y cállate, hazme las cosas más sencillas –.

Comenzó a verse toda la vida de Francisco, todos sus recuerdos, todo lo que estaba en su mente, toda su vida, algunos recuerdos se pasaban más rápido, todos esos son recuerdos repetitivos, sin importancia, así pasaron sus 39 años, en un instante.

– Felicidades Francisco, has desperdiciado toda tu vida, tus 39 años pasaron en menos de 30 minutos, lo cual es deprimente, tu vida a los 10 años ya debía de haber pasado la hora, y tú has hecho un récord, no tienes ni un minuto por año. ¿Qué piensas hacer al respecto? –.

Vuelve a la oscuridad, está en el tráfico de camino al trabajo, mira su reloj desconcertado... 2/8/2005



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