Hoy vengo a contarles un pequeño cuento sobre el fuego y el agua, no es el típico cuento sobre que son opuestos y se atraen y buscan siempre la forma de estar juntos, lo intentan varias veces, aunque siempre se hagan daño, no, ese no es el tipo de cuento que quiero contar, quiero comenzar diciendo algunas cosas que hace cada uno: el agua da vida, el fuego destruye, el agua cura, el fuego calienta, el agua ahoga, el fuego cocina, etc.
El agua es conocido por todos, podría decirse que está en todas partes, casi siempre está tranquilo, es muy conversador, suele llegarte hasta el cuello con todos sus temas de conversación, siempre está para pasar el rato o lo que quieras, si no es que esta ocupado haciendo su ciclo; luego, el fuego, él ya es más por momentos, aparece cuando quiere, suele estar hasta que se acaba la llama, puede ser efímero, fugaz, pero todos intentan seguir avivándolo, aunque se quemen, suele tener novias, las conocen como pirómanas, suelen salir heridas. A el agua solo le gusta una chica, se llama la tierra, puede que el agua este en todo el planeta, que él la mantenga siempre feliz, pero la tierra quiere conocer a fuego, quiere sentir algo nuevo, a eso que le dicen sol andante, para llamarlo sol terrestre. El agua siempre estaba ahí, hasta que a la tierra la comenzaron a llamar planeta azul, pero la tierra ya estaba aburrida de agua, le parecía muy cansino alguien que siempre le apoyara en todo, que siempre le cuidara, entonces se aventuro con el fuego sin pensarlo dos veces, el fuego la trató como a todas, la hizo sentir única, protegida, cálida, hasta que espero el momento perfecto para calentarla aún más, hacerla adicta al calor, para él no desaparecer y para consumirla a ella, la tierra comenzó a quemarse poco a poco, ya no se sentía tan bien como al principio, por la calle todos la veían a ella como alguien importante, pues estaba saliendo con el fuego, el chico más popular de todos; la tierra solo pensaba en agua, en sus tiempos con él, como la trataba, pensó en fuego y le cruzó por la mente ese "no sé qué" que no entendía muy bien, pero del que no podía desapartarse. La tierra siguió con fuego, él le hace sentir cada día como el último, con pasión, siempre nuevo, aunque en el fondo pensaba que hubiese sido mejor seguir con agua.
Pues el fuego solo la consumía y el agua la quería ver crecer, aunque ella fuese mayor que él.
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Pensamientos inéditos
PertualanganEsta es la portada de un reto que me he propuesto, 365 días escribiendo algo todos los días, tiene que ser escrito el mismo día en que se publica, con tema libre y género libre, puede ser un texto, un poema, una conversación, etc. Se llama pensamien...