CAPITULO 6 "La traición"

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Al día siguiente un pequeño camión nos llevó hasta el pueblo al q íbamos y muy contentos empezamos a subir por la montaña ya q la finca quedaba en la cima de ésta. Después de casi 90 minutos caminando habíamos llegado a la casa de los abuelos de kagome.
A unos 100mts de la casa había un corral enorme con al menos un centenar de vacas, toros y terneros, habían árboles frutales y a unos 200mts podía divisarse un río q bajaba desde la parte más alta, por otro lado habían cerdos, gallinas y al rededor de 12 perros. Saque mi celular y tome muchas fotos, nunca había estado en un lugar como ese, era muy bonito, la calma de aquel lugar sólo era interrumpido por las voces de mis amigos.
Nos recibieron muy bien, nos dieron de almorzar y luego salimos a recorrer el lugar, llegamos al río y nos dimos un baño, me sentía en la gloria hasta q ví al infeliz de Koga arrodillado pidiéndole disculpas a kagome; al parecer ella lo disculpó por que se puso de pie y le dió un beso en los labios, maldito sarnoso acababa de echarme a perder la tarde.
-quieres?- voltee y era Miroku q me ofrecía una fruta q seguramente había cortado de algún árbol cercano; la tome y me fui a un lugar más sólo.
Tenía q tomar una decisión, no podía seguir torturandome de esa manera, cada vez q los veía besarse mi sangre hervía y esto me estaba llenando de ira cada día más. Si no hacía algo pronto terminaría peleando con el infeliz y perdiendo la amistad de kagome.
-te molesta verdad?- la voz de Bankotsu me sacó de mis pensamientos y asentí automáticamente. -te puedo recomendar algo?- volví a asentir, necesitaba un consejo de mi buen amigo. -vámonos a estudiar en el turno sabatino, así no tendrás q verla con ese idiota todos los días- Bankotsu tenía razón nuevamente, esa podía ser la solución a mis problemas.
-pero no quiero dejar de verla- respondí, no es q fuera masoquista pero quería estar cerca de ella, la quería tanto q no quería dejar de verla así me mataran los celos cada q la veía con el sarnoso.
-las clases comienzan al fin de este mes, piénsalo bien- dió media vuelta y se fue. Quizá no era una mala idea, después de todo ella me veía como un amigo "su mejor amigo".
Dos días después decidimos ir a dormir a una cueva donde según nos contaron los abuelos de kagome habían elfos q salían en busca de niños de 2 a 6 años y se los llevaban a dicha cueva, ya ahí los elfos les daban leche y comida para q los niños no lloraran; cuando los padres de esos niños los encontraban contaba la leyenda q los niños perdían la voz y no volvían a recuperarla.
Quizá la leyenda era cierta pues en la finca habían 3 hombres q trabajaban como ordeñadores y de niños habían sido raptados y encontrados en la cueva y ninguno de los 3 hablaban; eran mudos.
Como todo adolescente la curiosidad nos embargó y decidimos ir a dormir a la dichosa cueva, entramos y vimos una mancha de ceniza, en el centro de la cueva y al rededor de esta 5 piedras planas q parecían ser asientos.
-5 puntos- dijo Kagura analizando el lugar. -estan justo en la posición de un pentagrama- argumentó cruzada de brazos.
-a q te refieres?- preguntó Kohaku un poco intrigado.
-me refiero a la estrella de 5 puntos o pentagrama satánico- respondió Kagura, ella llevaba mucho tiempo en el rock y conocía todos los símbolos.
-vamos Kagura, ya vas a asustar a los nenes- dijo sarcásticamente mi ahora amigo Inuyasha quien también llevaba tiempo en el rock y me explicaba cosas q yo desconocía sobre eso.
Todos nos echamos a reír y empezamos a acomodar nuestros sacos de dormir por toda la cueva.
En la madrugada escuche pasos y abrí los ojos, sin moverme de mi lugar ví salir a Ayame de la cueva, no presté atención y volví a cerrar los ojos, quizá iría a hacer pipí como ella decía. Sin darme cuenta me quedé dormido otra vez y volví a despertarme al escuchar sollozos afuera de la cueva, me senté de golpe cuando me di cuenta de q Bankotsu no estaba a mi lado donde había puesto su saco de dormir.
Sin hacer ruido me levanté y salí de la cueva encontrandome con q kagome lloraba amargamente abrazada a Bankotsu.
-q demonios pasa?- pregunté preocupado acercándome a ellos; kagome me miró y se lanzó a mis brazos ahogada en llanto. No podía hablar, el llanto no se lo permitía. -q pasó?- volví a preguntar desesperado, mi niña amada lloraba y temblaba y yo no entendía por qué.
-yo sospechaba q algo pasaba- dijo Bankotsu bajando la cabeza.
-q demonios sospechabas? Habla ya!- dije exasperado por tanto misterio. Si ese maldito sarnoso había obligado a kagome a hacer algo; no iba a salir vivo de esa finca.
-lo ví levantarse y salir de la cueva y detrás de él salió Ayame... Minutos después me levanté y los ví q caminaban de la mano hacia el río... Volví por kagome y los encontramos haciendo...
-maldito hijo de perra!- grité furioso, como demonios se había atrevido a engañar a kagome con una de sus amigas! Solté a kagome pero ella me tomó por la camisa con fuerza.
-no vayas Sesshomaru- me dijo en tono suplicante y lo mismo me dijo Bankotsu. Kagome volvió a abrazarme y continuó llorando, nos sentamos, me recosté en una enorme roca abrazándola hasta q se quedó dormida en mi pecho a las afueras de la cueva.
Me sentía mal por ella por q yo sabía perfectamente q ella lo quería pero por otro lado me sentía feliz por q finalmente ya no estarían juntos. A decir verdad tenerla así; dormida sobre mi pecho me hacía sentir el hombre más dichoso sobre la tierra.
Pasé toda la madrugada observándola dormir sobre mi pecho, era como un sueño hecho realidad, de vez en cuando fruncia el entrecejo y con su mano apretaba parte de mi camisa, seguramente estaba soñando con el imbécil ese por q rebeldes lágrimas resbalaban de sus ojos cayendo y mojando mi camisa blanca.
Muy despacio y con cuidado de no despertarla la bese en la frente, sintiendo mi corazón rebozar de alegría; así era como debía ser, ella debia estar conmigo, abrazarme sólo a mí, dormir sólo conmigo, en ningún momento pensé en algo sexual, mi mente estaba anclada en los sentimientos... En bellos momentos como ese y no como el infeliz de ojos azules q solo pensaba en sexo.
-pero q...!- exclamó Sango tapando su boca con sus manos por el asombro al vernos recostados juntos y abrazados. Le hice un ademán para q se callara pues deseaba estar así con ella el mayor tiempo posible. Se acercó y muy alarmada me susurró. -si Koga te ve así con ella te va a matar!
-ni menciones al estúpido ese, luego te cuento- respondí en un susurro, no quería q kagome despertara y me dejara; si por mi fuera habría pasado así el resto del día. Pero como no todo dura para siempre, ella despertó y muy sonrojada se disculpó conmigo, me encantaba verla así, era una niña muy dulce y tierna.
Regresamos a la casa y los abuelos de kagome nos dijeron q tanto Koga como Ayame habían tomado sus cosas y se habían ido. Era obvio q aquel par de traidores no iban a tener el valor de enfrentar a todo el grupo y menos a kagome q aunque su aspecto era el de una dulce y tierna niña realmente poseía un entrenamiento capaz de noquear incluso a un varón pero ese era un secreto entre ella y yo ya q no le gustaba llamar la atención... Esa tarde mientras kagome platicaba a solas con sus abuelos, Bankotsu y yo les contamos a los demás lo ocurrido entre Ayame y Koga y decidimos por prudencia no tocar el tema hasta q ella quisiera hacerlo.

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