CAPITULO 41 "Lo más seguro es que él quiera estrenarla"

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El día lunes ví a Kagome llegar a la universidad, se veía hermosísima, traía el cabello planchado, un pantalón blanco q se ajustaba a su figura y una blusa roja.
-hola mi amor, te ves preciosa- quise acariciar su rostro pero ella tomó mi mano antes q pudiera tocarla.
-sesshomaru- pronunció mi nombre con un tono frío y cortante.
-q sucede?- era muy extraño, estaba seria, fría, no me había dado mi beso y por lo visto no me lo daría.
-tengo q hablar contigo- me soltó la mano, empezó a caminar con dirección al auditorio, la seguí completamente desconcertado y al llegar al auditorio cerró la puerta y continuamos hablando.
-kagome, no entiendo q está pasan...- se abalanzó sobre mí y rodeó mi cuello con sus brazos para halarme y besarme con frenesí, la tomé por la cintura y la pegué a mi cuerpo sintiendo mi corazón acelerado... Poco a poco deshizo el beso y comenzó a hablar.
-sesshomaru... Recuerdas q el viernes q llegaste a la tienda recibimos un pedido de pantalones y cosméticos?- asentí pues recordaba q le habían llevado un par de cajas y la habían metido a la bodega. -el ejercito interceptó ese camión y adivina q...- negué con la cabeza sin comprender. -era tu papá y sus secuaces, no era una revisión sino una trampa; metieron dos tacos de cocaína, uno en cada caja y el sábado llegó tu papá con sus hombres y revisaron todo buscando la droga y cuando la encontraron aún donde la habían dejado nos amenazó a Yura y a mi con llevarnos detenidas- no podía creer lo q ella me decía, sacó su celular y me mostró un par de fotos q había logrado tomar Yura.
-pues yo... No sé q decir kagome, estoy...- suspiré pesadamente con ambas manos sobre mi cabeza, esto ya estaba llegando a otro nivel.
-yo te amo Sesshomaru pero...- puse mi dedo índice sobre sus labios y no la dejé terminar de hablar.
-no lo digas, no quiero q por él me mandes al diablo, yo... Déjame resolver esto- salí del auditorio y escuché sonar el timbre q anunciaba q era hora de la primera clase.
Esa noche saqué copias a unos documentos q había robado hacía algunos meses y q usaría en caso de q mi papá rebasara el límite. Fui a casa de dos de mis amigos y le entregué copias de los documentos y una copia a cada uno de un vídeo adjunto.
Dos días después fuí a denunciar a mi papá; llevé tanto los documentos como el vídeo q evidenciaban q mi padre junto a sus camaradas habían interceptado un furgón a 10 km de la frontera y habían decomisado 400 kilos de cocaína y casi medio millón de dólares. Ellos habían dejado ir a los traficantes, se habían quedado con la droga y el dinero y habían firmado un documento donde constaba q ellos habían vendido la mercancía y no podían tocar a los compradores. El general mayor estaba en shock al ver el vídeo y los documentos, no podía creer q mi padre a quien consideraba un gran amigo y compañero haya hecho todo eso. Inmediatamente giró una orden de captura para él y sus hombres... Eso me hizo sentir más tranquilo pero las cosas no salieron a como pensé pues cuando lo agarraron lo metieron a la cárcel y en menos de 15 días estaba fuera por falta de pruebas; sobornando a más de uno habían desaparecido el vídeo y los documentos...

(Narra kagome)
Llegué muy temprano a la universidad, estaba nerviosa por la exposición q tendría ese día y no hacía más q leer y releer la información, estaba sentada sobre mi motocicleta esperando se llegara la hora de entrar.
Las primeras dos clases transcurrieron con normalidad y en la tercera estamos al frente con mi grupo de expositores conformado por 2 chicas más y Sesshomaru; hice la presentación y empecé... Minutos después de haber empezado a exponer sentí vibrar mi celular en mi bolsillo derecho pero no presté atención, no iba detenerme por una llamada.
Cuando terminé de exponer siguió una compañera y volví a sentir mi celular vibrar... Me paré detrás del grupo y vi las 3 llamadas perdidas de Yura y un mensaje q decía "Ven rápido, la policía está destruyendo la tienda" no necesité más; salí corriendo del aula de clases y Sesshomaru me gritó desde la puerta pero no le presté atención, llegué al estacionamiento y salí a toda velocidad en mi moto.
Llegué a la tienda y eso estaba lleno de oficiales, busqué al infeliz de Touga Taisho; él debía estar detrás de esto, los policías destruían las ventanas, las vitrinas, los espejos, los productos cosméticos, los maniquíes, todo a su paso. Ví a Yura llorando rogando por q se detuvieran pero sus súplicas eran ignoradas; todo nuestro esfuerzo estaba siendo destruido por aquel grupo de delincuentes con uniforme... Salté sobre el escritorio el cual estaba lleno de vidrios y llegué al área de caja, abrí la última gaveta y saqué el revólver lo metí en la parte trasera de mi pantalón y volví al frente.
-quien demonios está al mando?!- al escuchar mi grito uno de los tipos dió media vuelta.
-yo estoy al mando niña- me entregó un documento y lo tiré al piso para rápidamente sacar el revólver y apuntarle.
-dígale a todos q se detengan, larguense de aquí, nosotros no hemos hecho nada malo y se q vienen por orden de Taisho!- el tipo levantó las manos declarándose a mi merced y mirándome fijamente a los ojos, yo estaba furiosa, esos malditos habían causado grandes daños. -Digales q se detengan o le juro por lo más sagrado q voy a disparar!!!- volví a gritar y una maldita sonrisa se dibujó en el rostro del comisionado, fruncí el ceño muy molesta y de repente... Un fuerte golpe en la cabeza me hizo perder la conciencia...
Desperté en un lugar un poco oscuro, olía horrible, estaba atada a una silla y oí varias voces masculinas detrás de mí.
-tan chiquita y tan altanera...- no reconocí la voz, no era Taisho.
-chiquita pero deliciosa, me gustaría pegarle una buena cogida- dijo otro y escuché risas, no dije ni media palabra, solo esperaba a escuchar un nombre, un apellido, algo q pudiera recordar para proceder en un futuro.
-estas loco?! Lo más seguro es que no se ha estrenado- fruncí el ceño muy nerviosa.
-hay q esperar a q él de la orden, aunque lo más seguro es que él quiera estrenarla- me asusté mucho, eso quería decir q iban a violarme! Solo estaban esperando una orden para hacerlo o quizá vendría Touga a hacerlo.
-sueltenme!!!- grité horrorizada. -sueltenme malditos bastardos!!!- empecé a retorcerme en la silla para tratar de soltarme pero fue imposible.
Varios tipos encapuchados me agarraron y uno de ellos me inyectó algo en el cuello... CONTINUARÁ...

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