CAPITULO 53 "El regreso"

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(Narra kagome)
Después de aquella confesión todo había mejorado, había logrado q papá me dejara usar la tablet y había hablado con Sesshomaru, le había pedido disculpas por haber dudado de el y aclarado todo, habiamos vuelto.
Deseaba volver, quería verlo, abrazarlo fuertemente y no separarme de él nunca más, había hablado con papá y él me prometió que volveríamos a Japón muy pronto.
-papi hermoso, salgamos a conocer la ciudad, estoy aburrida; de la academia a la casa, esto no es vida!- me queje haciendo un puchero y él sonrió.
-mi amor- susurró acariciando mi mejilla con cariño, dió un par de pasos alejándose de mi y volteó. -te vas a quedar ahí o vamos a ir a conocer la ciudad?- sonreí muy contenta y lo seguí, tomé su mano y caminamos por algunas calles hasta llegar al parque Güell un sitio muy bonito donde pudimos apreciar el atardecer y luego fuimos a casa a cenar.
Tenía días de estar escuchando murmullos a media noche, me levantaba y me acercaba a la puerta de su habitación y lo escuchaba llorar; lloraba por su novia, obviamente estaba triste y no la había olvidado. Sabía q era un hombre muy dulce, tierno y q cuando amaba entregaba el corazón por completo. Me quedé ahí hasta q los murmullos cesaron y deduje q se había quedado dormido, entré y para mí sorpresa estaba solo con su pantalón de pijama, sin camisa y con una botella de whisky vacía al lado... Me llevé la botella para mí habitación, tenía q hablar con él, esto no podía seguir así.
Al día siguiente hablé con él antes de irnos a la academia y me dijo q no volvería a hacerlo pero como era de esperarse volví a encontrarlo a media noche con una botella al lado, ésta vez no se la había tomado toda y el licor se derramaba sobre la cama... Volví a llevarme la botella y se me ocurrió una idea.
-papá, esto no puede seguir así, te estás volviendo un alcohólico! Se q amas y extrañas a esa mujer pero no puedes echarte a morir por alguien q no confió en ti! Te vuelvo a ver tomando y te juro q te reviento la botella en la cabeza para q entiendas! Yo te amo, te necesito bien! Aquí tu y yo estamos solos, me tienes a mi, yo nunca te dejare solo papá... Te propongo algo... Saca todo ese coraje, esa tristeza de una forma sana... Entrenemos ésta noche aquí- lo ví tomar unas pastillas para la resaca y sonrió.
-esta bien kagome, tienes razón, vamos a sacar todo deportivamente- dió media vuelta y se metió a bañar para irnos a la academia.
Esa noche empezamos a entrenar, lo insultaba para q atacara en serio ya q solo estaba bloqueando mis ataques y eso me frustraba.
-eres débil! Eres un maldito cobarde! Te la pasas llorando por q no tienes el valor de enfrentar tus problemas! Alcohólico de mier...- soltó una potente patada giratoria q por poco impacta en mi cara, me había agachado y al ponerme en guardia sonreí complacida, eso sería más entretenido ahora.
-cierra la boca niña insolente!- dió un paso al frente y esquivé su patada descendiente.
-muy bien, así me gusta- me lance al ataque con buenas combinaciones y después de hora y media terminamos tumbados sobre la alfombra empapados en sudor, muy cansados pero más desestresados. Así pasamos varias noches entrenando hasta q una noche me atacó con una combinación de patadas q no logré esquivar y todas me impactaron en las costillas, brazos y piernas, caí al piso y rápidamente se acercó a mí para ayudarme a levantar.
-no me toques!- grité furiosa conmigo misma y me puse de pie.
-princesa...- se acercó a mí y lo empujé pero al verlo volver a intentar acercarse me molesté más ya q eso me hacía sentir derrotada y odiaba perder. En fracciones de segundos giré la cadera y le lancé una patada lateral q impactó justo en su boca.
-ay Dios! Papá!!!- grité asustada al verlo sostener su boca con su mano y al quitarla la sangre brotaba de sus labios, dió media vuelta molesto y se encerró en su habitación.
Días después estábamos en la academia, era día de combates y él escogió a mi contrincante; una chica de aproximadamente 18 años de complexión delgada y alta. Todo iba bien, la chica era muy buena y habíamos intercambiado golpes y patadas por un par de minutos hasta q ella logró derribarme y accidentalmente calló sobre mi causandome una lesión en la rodilla derecha.
Después de eso pase varios días encerrada sola en casa ya q no podía ir a la academia a entrenar.
Quería volver a Japón, no aguantaba el aburrimiento, pasaba viendo tv y sentía q en cualquier momento me iba volver loca, le rogué a papá para q volviéramos pero el maldito médico dijo q no era conveniente viajar, q me resultaría muy doloroso y lo postergamos varios dias... hablé nuevamente con papá y le dije q me ajustaría la venda, q no se preocupara por la lesión pero q no aguantaba más estar ahi, puse cara de perrito amarrado y él fue directo a comprar los boletos.
Unos días más tarde tomamos el avión, estaba muy feliz por q volvería a ver a Sesshomaru, a Kagura, a mi familia.
Papá estaba nervioso, se había puesto a leer un libro para entretenerse durante el viaje y yo escuchaba música con volumen bajo mientras pensaba en mi amado ojitos bonitos, recordaba sus labios sobre los míos, recordaba sus cálidas manos sobre mi piel desnuda la vez q habíamos estado a punto de hacer el amor, sonreí nerviosamente al recordar cómo me había asustado al tocar su miembro completamente erecto, Dios! Sentí mi rostro arder con esos pensamientos pero si, deseaba estar con él, ver su pecho desnudo, su abdomen, su...
-kagome?- la voz de mi papá me sacó de mis pensamientos. -estas bien?- quite mis audífonos y asentí. -estas... Roja- alzó una ceja y sonrió.
-no es nada papá- aseguré evitando su mirada con total vergüenza y miré por la ventana. -hemos llegado- dije al reconocer el aeropuerto.
El viaje había sido tranquilo, tenía un poco de sueño pero estaba relativamente bien, ahora quería ver a mi gente.
Vimos a la señora irasue, Kagura y sesshomaru esperándonos en el aeropuerto; sesshomaru sostenía un ramo de flores y marqué el número de Kagura para q llevara a la señora irasue a los baños ya q papá quería hablar con él a solas.
Dimos la vuelta para llegar hasta donde se encontraba sesshomaru sin q él nos viera y al estar detrás de él, papá le tocó el hombro y él volteó, papá lanzó una patada q quedó a unos centímetros de la cara de sessh y por los nervios soltó el ramo de flores y el celular q traía en las manos, el pobre estaba paralizado del susto viendo fijamente la suela del zapato Adidas de su futuro suegro.

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