OCHO

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Capítulo ocho: No todo es maravilloso.




 No debí quedarme a oír lo que él tenía que decir, estaba shockeada

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No debí quedarme a oír lo que él tenía que decir, estaba shockeada. Este hombre era idiota o qué. Acaso era tan fácil manipularlo que lo único que los demás querían siempre hacerlo con él. Claro un imbecil millonario es una presa fácil para cualquiera.


- dígame que es una broma y no es lo que estoy pensando- él se quedó callado mientras su ceño se fruncía. Yo solo esperaba que se me ría en la cara y salga una cámara escondida diciendo caíste ingenua esto es una broma para Showmatch.



Pero sorpresa no pasó.



- señorita Bella se que esta enojada- elevé mi mano y lo hice callar. Su mirada se veía esperanzada, a caso este hombre no sabe decir no a una mala idea.

¿Cómo maldita sea era un millonario y una gran mente del siglo veintiuno si se deja manipular por cualquiera?


- no estoy enojada... estoy furiosa- intente abrir la puerta del coche otra vez pero nada sucedió, estaba frustrada. Esto me estaba consumiendo. Era una carga demasiada pesada para mí.



- se que esto es una mierda, hoy lo viví pero si acepta le prometo que será condecora y...



- ¡no!- chille, yo no quería nada de eso, solo quería que mi vida vuelva a ser la misma donde si la gente me miraba de mala manera era por qué me envidiaban por mis logros no por qué pensaran que me acostaba con el puto jefe - eres un egoísta, piensas que todos somos como tú, mira Butler no me conoce y eso se nota si no sabría que yo antes que nada tengo dignidad, hacer esto es como dejar mi dignidad en el suelo y pisotearla. No gracias.



Su silencio me hizo observarlo fijamente sabía que esto era cruel pero si el no pensaba en mi yo no tenía por qué hacerlo, era mi vida, mi libertad la que estaba en juego. No es una broma de mal gusto.



- nadie pensó en mi dignidad cuando me hicieron eso Bella- me sentí mal por el. Era cierto.


¡No es tu maldita culpa! No tienes por qué sentirte mal.



Mi mente me gritó y si era verdad, no era mi culpa pero... aún así me sentía mal, se lo que sentía ser engañado y lastimado.


- no todo es maravilloso Butler.





***




- piénselo- bajé del auto para solo azotar la puerta del auto mientras me daba la vuelta para ir hacia mi departamento, quería subir e ir hasta mi habitación con un dulce y dormir por horas.


Necesito reposo, comida y una buena cerveza para aclarar mis pensamientos, nunca pensé que Butler me pidiera una locura como esa. Claro dejarse manipular es fácil al parecer para él por qué no se negó mucho ante la idea de que todos pensarán que él y yo teníamos una relación.


- si claro, Matthew Butler con una mujer francesa como yo- sonreí ante los estupidos pensamientos de él y yo saliendo juntos, tomados de la mano, comiendo helado, yendo al cine y paseando como una pareja normal.


Eso si que no, no creo que pasé. El castaño y yo somos muy diferentes, el es demasiado dulce, enigmático y centrado, yo soy un desastre constantemente. Jamás funcionaría este plan.




¿Que estas pensando Feraud? Borra esas ideas. Nunca saldremos con un estirado como Butler.



Al entrar al departamento dejé mi cartera y me saqué mis zapatos por cualquier lugar, todo era un caos pero era mi caos. Porky estaba acostado en su colchón, sus ojos se abrieron un poco al verme entrar pero ese gato es demasiado perezoso para ir hasta mi y recibirme como es debido.




Maldito gato rosa.




Si, mi gatito es de un color rosa, o eso quiero pensar. Su pelaje es suave y de un color natural, grandecito pero demasiado adorable, un ser dulce pero perezoso ya que su lado de garfield gana siempre que llegó por qué no se acerca a recibirme como hace tres años cuando lo adopté. Era pequeño, muy tierno con sus ojos verdes y sus bigotes rosas, sus pequeñas patitas y su cola llena de pelos.


Ese era porky.


El teléfono de la estancia sonó haciendo que saque la mirada de porky, escuche ese tono tan particular del aparato avisandole que mi madre me estaba llamando.


¿cómo lo sé?


Fácil, ella era la única que me llamaba de esta línea. Después Ashley, Michelle y las demás personas me llamaban de mi celular. Corri hasta el teléfono y contesté con alegría en mi voz mientras sonreía como una niña.


- Bonjour maman.- Nadie me contestaba en el otro lado de la línea solo había silencio hasta que un llanto se escuchó a través de esta.



- Mamá- dije desesperada y ella volvió a llorar haciendo que una parte de mi se sienta muy ansiosa más lo nerviosa que ya me estaba poniendo. Mis manos temblaban al igual que todo mi cuerpo, sentía la necesidad de querer gritarle para que me contesté.



Estaba aún escuchando su llanto hasta que su voz se escuchó haciéndome saber que algo andaba mal.



- hija mía....







Lo siguiente que pasó no fue algo que me gustaría repetir....





Trató Señor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora