- Deberías estar tranquilo...- él susurró fue suficiente para el hombre que estaba parado allí, todo fue de mierda a mierda peor cuando esa mujer comenzó a gritar que el bebé estaba viniendo.
- Estoy nervioso y es lo más normal que puede haber...
- No es tuyo, no deberías preocuparte.
- Cállate.
El gritó que escuchó en la sala de espera fue lo suficiente para volverse aún más loco de lo que ya estaba.
- siete meses...- murmuró aquel chico sentado en esa sala mirando al castaño con ojos detonantes- siete meses para descubrir que ese bebé no era tuyo Matthew.
- Pilar...ella...- balbuceó e intento justificarla pero sabia que era imposible. No sabían donde estába el padre del bebé, aún no llegaba y estos se ponían cada vez más tensos.
- no entiendo que haces aquí, deberías estar...
-¿¡Donde!?¿¡En París!? - grito con cólera Matthew Butler frunciendo el ceño y pasando sus manos con desespero por sus cabellos oscuros.- ¿o qué joder?¿debería estar buscándola? Por qué no me interesa buscar a alguien que se esconde bajo las piedras.
- Ni siquiera sabes donde mierda está pero si... deberías haberla buscado, pudiste ir a verla cuando... sucedió...- ambos se mantuvieron callados, Will Butler ya estaba cansado, sus ojos pesaban y su corazón estaba dividido, ya no sabia que ocurría con él pero aún tenía tiempo para reprocharle a su estupido primo lo que hacía y lo que dejaba de hacer.
- ella no murió Will- susurró intentando creer eso, intentando pensar que esos ojos celestes no pueden estar cerrados para siempre.
- No.. no lo hizo Matthew... solo que no sabes donde está y eso, para tu jodida desgracia, es tu culpa. Siempre será tu culpa.
El peso cayó sobre los hombros del hombre haciendo que tragué en seco y sienta un nudo muy fuerte en el estómago. Quiso hablar pero sabía que era así, siempre sería así.
Bella desapareció.
- Ella se marchó por qué quiso...
- ella merecía irse, ser feliz lejos de tanta desgracia. Ser una persona libre, sin que nadie le imponga y sin preocupaciones. Se lo merece. Y siempre supe que Bella Feraud era demasiada mujer para alguien quien solo sabia compararla.
Matthew no supo que más decir, estaba callado, intentaba pensar frente a tanto silencio pero... eso lo alarmó. No había gritos, no se escucharon llantos de recién nacido. No se escucho nada.
- ¿por qué no...
Ambos vieron a un hombre entrar corriendo desde la calle, sus ojos mostraban el entusiasmo que este tenía en su cuerpo. Su sonrisa resplandecía con genuina alegría haciendo que ambos hombres se preocuparan más al no notar que nadie salía de esa sala.
- ¿dónde está Pilar? ¿y mi hijo?
La voz de ese hombre sonó con emoción ignorando el hecho que Matthew y Will Butler estaban tensos. Demasiado tensos.
- Matthew ¿Pilar ya está en trabajo de parto? Salí lo más rápido del trabajo pero el tráfico... es..una...- balbuceaba Paul pero su voz se fue apagando cuando escuchó demasiado ruido y muchas enfermeras entrando a esa habitación donde tenían a la mujer.
El hombre se acercó hasta detener de un brazo a una mujer que estaba saliendo de allí.
- Señora ¿qué pasó?¿por que hay tanto ruido? Mi hijo... ¿él.. ya nació?- la chica no dijo nada pero al ver el rostro preocupado de ese hombre de ojos azules supo que si se lo ocultaba era capaz de entrar a la sala de partos
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Trató Señor.
DragosteMatthew Butler quiso fingir que su directora de diseñó era su amante. No sabía que hacer en ese momento pero luego lo supe. Nunca debí decir si.