DIECISÉIS

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Capítulo dieciséis: Él siempre fue así..



 Sonreí mostrando el poco, casi nada, de afecto que le tenía al ser humano que estaba frente a mi

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Sonreí mostrando el poco, casi nada, de afecto que le tenía al ser humano que estaba frente a mi. Mikael Floyd es alguien a quien admiraba mucho, ya sea como empresario a como ejemplo cuando era solo un joven. El tiene casi mi misma edad para no decir que es un viejo por qué el perfectamente podría ser considerado un hombre de veinticinco años y no uno de treinta y cuatro.

Todo esa admiración murió cuando me ofreció una gran cantidad de dinero a cambio de mi asistente.

- no me gusta que estés muy cerca de mi pequeña, Matthew, ya lo sabes- negué con la cabeza mientras hacia una mueca de disgusto. Él tenía un fetiche muy raro con esa pelirroja, desde que la conoció fue así. Lo más extrañó es que Felisa haya aceptado ser su compañera o pareja de este sujeto que solo le interesa su propio beneficio.

- es mi secretaria Mikael, tengo que estar cerca de ella- frunció el ceño y con una mano tecleó en su celular mientras con la otra hacia un gesto raro.

- no, no tienes- su tono autoritario y demandante me hizo elevar una ceja, se que Floyd es un hombre celoso por naturaleza y que cualquiera que esté cerca de su Pareja debe volverse un enfermo a la hora de proteger su terreno - yo también tengo secretaría Matthew y no por eso me le pego como una lapa.

Para Mikael es difícil aceptar que esta enamorado de Felisa, lo conozco desde que era un niño ya que crecimos juntos prácticamente, al ser nuestros padres tan amigos, él era mayor y lo veía tan entusiasmado queriendo aprender del negocio de su progenitor, aún recuerdo el día que se fue a la empresa y volvió como lo es ahora.



Él no era así. Era un joven con pasión y orgullo de todo lo que consiguió a tan poca edad.


Las cosas cambiaron mucho, él se volvió un hombre que no deja que nadie le mande, un hombre demandante, sin compasión ni cuidado.



- Estas siendo injusto - susurré y miré los papeles que tenía que enviar hacia el editor para que haga el trabajo pesado.


- ¿yo? Dime una cosa Matthew...acaso a ti te gustaría que se acerquen a algo que es tuyo- lo mire elevando una ceja mientras apretaba los puños.


- no, pero ahí está tu error Mikael- suspiré y lo miré con el enojo recorriendo mis venas- Felisa es una persona no una cosa, ella no le pertenece a nadie. Menos a un idiota que no sabe valorar lo que tiene en frente.


Veía como sus ojos me fulminaban y su rostro se volvía como el de un toro enojado, sabía que estaba apunto de estallar pero él debía entender que Felisa era una persona con sentimientos, emociones y pensamientos propios, aunque diga que no entiendo por qué ella aceptó esto se que debe tener sus motivos y es algo que respetó.


- Solo mantente alejado Butler. No querrás que tu imperio caiga solo por no obedecer.- maldito enfermo.


Cálmate, cálmate. Mi cabeza me gritaba que me calme pero mi cuerpo quería saltar sobre ese hombre y golpearlo hasta dejarlo morado como una uva.

- ya tienes los putos papeles de marketing, lárgate ahora- le contesté y antes de que pueda decir otra cosa el salió de mi oficina azotando la puerta.


Apoye mi cabeza sobre el mueble mientras soltaba una maldición ante este altercado, escuche que la puerta fue abierta y me recompuse muy rápido haciendo que el asiento se vaya un poco hacia atrás.


- sabes... siempre me sorprendió que puedas enfrentar ante Floyd sin temblar- su voz me hizo sonreír un poco, la oración logró que me carcajee negando con la cabeza.


- Floyd es solo un hombre solitario y amargado- murmuré viendo como Bella se movía lentamente hacia mí escritorio para estar frente a mi.


- pero hace que todos tengamos miedo...- su susurró me hizo fruncir el ceño, crei que ella no le temía a Mikael pero veo que ese hombre hace que hasta el mismísimo diablo tiemble.


- Él siempre fue así..- mentira. Lo sé pero ella no tiene que saber eso.




Es un tema de Mikaek Floyd y él deberá explicarlo en su debido momento.




Trató Señor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora