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Le sonreí a Noah al oírlo nombrar a mi hermana, él estaba muy entusiasmado por conocerla. Los presente en un momento cuando estábamos por subir al avión y ambos hicieron un clic. Como si ambos estuvieran destinados, ninguno pudo dejar de hablarse, Noah por suerte entendía el francés y mi hermana estaba muy contenta al hacer un amigo casi de su misma edad.
- Honey es muy agradable- susurro él haciéndome sentir ternura, Noah es un buen chico, dulce y tierno
Él y Honey serían una pareja perfecta.
- Ella es hermosa y muy amistosa, seguramente se caerán bien...
- ¿quién es la abejita? - una voz a nuestro costado nos hizo voltear enseguida hacia donde sonaba. Will Butler sonreía con ironía y burla, ese hombre era así, casi nada le importaba, se tomaba todo a juego solo los malditos tratos le interesaban.
Yo creo que eso no tiene nada que ver Bella...
Se que no, pero el fue el de la idea absurda si no fuese por este hombre... yo...
Tú no te estarías enamorando de Matthew Butler.
- no te entiendo primo- yo tampoco lo entiendo Noah. y por muy malo que suene no quiero entenderlo.
- Honey... Honey... Honey, ya me llama la atención ese nombre. ¿Quién será la abejita?- él se río y yo sentí todas mis terminaciones nerviosas ponerse en alerta, mis brazos apretaron las ramas que tenía para hacer un pequeño fuego, muy fuerte escuchando el crack de estas al romperse.
Noah notó mi incomodidad por que al instante le dijo a Will que busque más ramas para hacer un fogón. Cuando el aceptó me senti un poco más aliviada pero aún seguía en alerta.
Will Butler era una amenaza para cualquiera mujer, y Honey no iba a ser ese tipo de mujer.
No lo permitiré.
- ¿qué tal?
Miré a Matthew mientras se sentaba a mi lado, el fuego nos protegía de la fría noche en California, al parecer la idea de excursión se convirtió en acampar a la intemperie improvisada mente.
- Hola- susurré, casi todos estaban durmiendo. Excepto algunos primos de Matthew quien estaban por salir, por lo que me dijo este había un club nocturno muy cerca de aquí y ellos caminaban todos juntos en manada hacia ese lugar.
- ¿te está gustando este lugar? ¿Te sientes cómoda?- asentí mientras miraba las chispas del fuego, fue un buen día. Comimos carne asada, luego los tios de Matt que son reposteros prepararon un rico malvavisco con galleta de chocolate y una buena bebida caliente, estuvo rico.
Las tías de Matt me hablaban y hablaban, yo solo las escuchaba reírse y opinar sobre cosas de la familia, mientras Artemisa me sonreía y decía que me tranquilicé y no este tan tensa.
- tus tías son...
- ¿muy parlanchinas? - me interrumpió y yo me reí mientras le daba un empujoncito con mi hombro
- iba a decir agradables.
- ya, claro...- él se quedó callado y yo sentía mucha paz al no estar en el ruido despampanante de Nueva York.
Esto era hermoso, las estrellas, los ruidos de la naturaleza, el fuego, el lugar...
Matthew...
Él es un hombre increíble, y fantástico pero... tarde o temprano nuestro momento pasará, todo lo que fue lindo se acabará, Matthew volverá a su vida de lujos y comodidad para salir con cuanta mujer se le plazca sin tener a una víbora como esposa, sin tener a una novia falsa que lo observe como una desesperada por su atención, sin tener responsabilidades amorosas.
Él jamás sabrá que te gusta. Jamás sabrá que te gusta demasiado...incluso más que eso.
Sentí una lágrima caer por mi mejilla y solo la quite disimuladamente mientras me levantaba de mi lugar estirandome, maldita sensibilidad, odió ser tan sensible.
Bostezó y les sonrió a los pocos que están despiertos. Iba a ir a una tienda de acampar que los Butler trajeron.
Al parecer ellos sabían que esta excursión iba a durar, pero para mí fue improvisada e imprevista.
- hora de dormir- sonrei forzadamente y me estaba por marchar pero un brazo me detuvo haciendo que voltee enseguida.
Unos labios suaves y calientes me saboreaban con delicadeza pero al mismo tiempo con fiereza logrando que un pequeño quejido salga de estos, el sabor a menta y chocolate me encantaba, más si era de la boca de Matthew Butler.
- que descanses cariño...- mis ilusiones se quebraron en mil pedacitos cuando noté a los primos de Matthew a nuestro al rededor, él lo hizo por ellos. Y lo sabia. Ya que el castaño no me observaba especialmente a mí. Si no a ellos, junto con esa mirada cargada de soberbia y auto suficiencia
No dije nada solo lo miré mal y me marché de allí pisando fuerte, estaba enojada lo admito, pero estaba más dolida.
Llegué a la tienda de acampar, estaba a oscuras y era de un tamaño normal, suficiente para mí y para mi novio como dijo el abuelo Butler, aunque en estos momentos no quería estar con ese hombre. Solo quería que me trague la tierra y me escupa en Francia.
Me acosté en el colchón inflable a tientas por qué no veía nada y por muy estúpido que suene no tenia una linterna, o alguna luz para alumbrarme, cuando apoyé mi cuerpo en el lugar cálido y cómodo sentí mis párpados pesados. Estaba cansada, física y emocionalmente.
No supe en qué momento el castaño llegó a mi lado, en que momento entró a la carpa, mucho menos en que momento comenzó a besarme con desesperación ni en que momento yo dejé que él haga lo que se le plazca conmigo.
Solo lo dejé ser.
Cuando ya habían pasado unos minutos así estando uno al lado del otro, solo sentía el calor subiendo por mis piernas las imágenes de todos viéndonos y de él fingiendo me regresaron a la realidad.
- no, no, no- susurré alejándome de su calor, aunque no podía irme demasiado lejos. En ese pequeño espacio entraba el colchón y las mochilas.
- Bella...
- no hay nadie para vernos Matthew, no tienes por qué besarme- le dije molesta y desilusionada, me sentía un pedazo de cosa, aunque hace bastante comencé a sentirme así, hoy lo supe. Soy un medio para un fin, y odio serlo.
- Bella si fue por lo que pasó afuera yo...
- Matt ya basta, solo me lastimas. - le dije, estando a oscuras no podía verlo así que mi lengua solo soltaba las palabras que en mi mente se escuchaban como una canción repetida, torturandora y sofocante
- no quiero hacerlo- él apoyo su mano en mi cintura y me atrajo a su cuerpo, estando ambos de lado fue fácil hacerlo. Parecíamos un sándwich estando así de pegados-- yo no quiero lastimarte, me gustas Bella.
Sentí mi corazón agitarse, yo... a él le gustaba, por un demonio les gusto.
- ¿qué?- sentía que no había escuchado bien, no podía verlo pero sentia su respiración en mi rostro, sentía mis labios temblorosos al igual que mis piernas.
- Me gustas bella, me encantas, aunque no sepa como pasó esto. Pero si se que cuando te veo un cosquilleo muy fuerte se apodera de mi.
Carajo
No supe que decir solo me quede callada, sentía mis manos temblar, mi lengua no se movía y mis ojos estaban con lágrimas, maldita sensibilidad.
- Matthew yo...
- Bella me gustas, eres genuina, hermosa y no hablo de lo exterior, aunque también lo eres. Hablo de lo interior. Eres perfecta y tan malditamente dulce.
Quise decirle todo lo que sentía, quisiera poder ser genuina como él decía que era, me encantaría poder ponerle nombre a lo que siento. Por qué se que no es un simple gusto obsesivo que intentaba convencerme que era.
Se que es amor, maldita sea se que estoy enamorada de Matthew Butler.
Y por más que lo niegue se que voy a sufrir demasiado por ese maldito error.
CORTITO PERO NO UNICO. ESPERO QUE LES GUSTE, GRACIAS POR LOS MSJ TAN LINDOS.