CUARENTA

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 Miré por la ventanilla intentando que mis ojos no muestren lo que en verdad sentía

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Miré por la ventanilla intentando que mis ojos no muestren lo que en verdad sentía. Este hoyo en mi estómago y ese nudo en mi pecho solo dolían cada vez más y más.

Observé a Honey quien solo miraba fijamente la ciudad seguramente grabando cada parte de esta en su mente, era la primera vez que salía de París y estoy segura que estaba emocionada. Como lo estuve yo cuando llegué aquí.


- Miel...- susurré y ella suspiró haciendo que me ponga más nerviosa, Honey no era así, no aparecía de la nada sin avisar. No era mandada, menos que menos tan arriesgada. Como se enfrentó a Matthew fue algo que me dejó atónita, esta chica no es de gritar menos de maldecir.

- Papá esta mucho mejor, Bella. Mamá intentó comunicarse contigo desde hace días para avisarte pero tu no contestaba, ni una video llamada ¿Donde estabas? - Se notaba asustada y muy confundida, se que a ella le parece extraño esto, yo no soy de desaparecer sin avisar, quizás antes lo hacía pero desde que estoy por Nueva York intento avisarles, aunque no sepan, donde estoy y con quien.

- fue un viaje relámpago Honey. Mi jefe y yo tuvimos que salir de la ciudad para ir a California a ver unas modelos y más cosas de modelaje- menti y solo me dolió más mi pecho al hacerlo a ella.


Sus ojos avellanas mezclados con verde me miraron con precaución buscando algún rastro de mentira, y algo que me fastidiaba era estar volviéndome experta en eso.


- esta bien. Creo que no... debí enojarme tanto.- ella se iba a disculpar pero negué mientras le tocaba el hombro, el chófer que manejaba no entienda lo que decíamos ya que hablamos en Francés.

- lo lamento por no avisar Honey.- susurré y ella sonrió un poco, quería decirle la verdad. Decirle que el dinero que conseguí para los tratamientos de mi padre era por hacer una farsa con mi jefe. Suspiré mientras la observa con premura- de todas formas... ¿qué haces aquí Miel? Tu no eres de...


- discuti con mamá- murmuró entre dientes, mientras agachaba la cabeza y veía como se ponía tensa, Honey no es de pelear con mi madre. Menos que menos hacer una locura como discutir y escapar.

- Eso no es motivo para que tomes un avión y te vayas a otro continente.


Ella se río al igual que yo, y la vi menos nerviosa y tensa. Bufo y se acostó sobre el asiento acomodando su cabello corto.


- dice que debería casarme con Tyler- abrí mis ojos como platos al oírla, sabía que mamá quería que Honey se casé algún día. Pero decirle que se debería casar con ese chico. Ya es demasiado.

- puedes quedarte, aunque no entiendo como dejaron viajar sola. - ella negó y sonrió un poco, la vi morderse el labio inferior con nerviosismo.

- Dígamos que...

- ¿qué sucede? - le pregunté y ella se ruborizó haciéndome acordar a la niña que aún es.


- Digamos que no vine sola...- ¿qué?

No entendía nada pero lo descubriría.

- Honey- murmuré con los dientes apretados esperando que ella note mi enojo y escupa la verdad.


- bien...-se rindió y me miró varios segundos con miedo, lo notaba- vine con... Tyler.



Por Dios.









- No te puedes enojar por eso- hace dos horas habíamos llegado al departamento y Honey me seguía diciendo eso y yo solo me enojaba más.



Hipócrita.


Se que no debería estar molesta pero lo estoy, y la niña no ayuda al molestarme y no dejarme estar con la computadora, Porky estaba a mi lado en el sofá y se frotaba en mi muslo para que lo acaricie


- ¿dónde está?- le pregunte al fin dejando de lado todo y viéndola a los ojos. Su semblante cambió y se movió nerviosa.

- en un hotel- miente, lo sé por qué toco su cabello corto e hizo un gesto con la nariz

- ¿no sabes donde está Tyler? - me exalte y ella se movió nerviosa, pobre chico. Sabia que la amaba pero no pensé que tanto como para aguantar esto.


- lo buscaré.

- mas te vale.

La dejé sola para que este tranquila y busque a ese muchacho, suspiré mientras entraba a mi habitación y me recostaba en la cama pensando en todo lo que había pasado estos días. Por un demonio, me acosté con mi jefe y descubrí que tengo malditos sentimientos por el.


¿Que haremos?


No lo sé. Joder, no lo sé. Esto me molesta, me carcome viva en solo pensar en él con otra, y me jode de mil maneras que a Butler le sude todo esto.


Me jode mucho su indiferencia con todo esto





Me jode mucho su indiferencia con todo esto

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Miré las gráficas con el ceño fruncido mientras tocaba mis sienes para relajarme un poco, aunque eso parecía no ayudar, dejar la empresa sola fue una mala idea. No fue un pequeño problema, fue uno grande. Y al parecer el que estaba al mando no supo que hacer.


- Señor...- susurró Felisa y yo la miré, la pequeña pelirroja estaba rara, hace unas semanas la notaba más perdida de lo normal y no sabía por qué. Quería preguntarle pero no quería estar metiéndome en su vida.


- la persona que yo deje al mando... ¿acaso no se dio cuenta de esta mierda? - ella negó, y se sentó frente a mí escritorio. Dejando aún más papeles al lado del montón.

- Intenté comunicarme con usted estos días... pero no respondía, se que en California no es muy normal la señal para los celulares pero lo intente. Y no supe que hacer, no era mi responsabilidad.


Asenti y quise quejarme como un niño, odiaba cuando los problemas estaban a la vuelta de la esquina y yo no sabía que hacer para detenerlos. Me sentía exhausto, agotado y cansado.


¿Que hay de Bella?


Maldición, quería llamarla, escuchar un minuto su voz por lo menos, que me diga que le gusto otra vez y que me haga sentir un maldito afortunado.


- señor Butler...


- esta bien señorita Johnson... vaya tranquila a su hogar, es tarde. - dije y me acosté en la silla giratoria de mi despacho apretandome los ojos esperando que esto sea un mal sueño. Quería despertar y que todo este en orden.



Despertar al lado de una castaña con hermosos ojos celestes.


Sonrei un poco al recordar estos días junto a ella, fueron buenos y malos pero me encantó estar con Bella. Ella es perfecta, hermosa y... magnífica.



¿Cuando le dirás que te encanta?


- esta bien señor, intente descansar. Mi abuela decía que estar descansando ayuda al cerebro a pensar y al corazón a decidir. Se que si descansa sabrá que hacer.


La pequeña pelirroja se marchó dejándome solo con una idea descabellada y que podría funcionar, que haría que la castaña me perdone.



Una cita.


Bella se la merece y yo le daré la mejor cita que haya tenido en su vida.

***



Hola mis amores ¡ Tengo noticias!



¡La historia de Noah y Violeta ya tiene su sinopsis! Los primeros capítulos serán subidos a mi cuenta de Wattpad, por varios motivos que contaré luego.


Espero que estén bien y que les guste este capítulo. Apareció la pequeña Honey, y para varias personas será un problema, para otras una solución y para mi un hermoso caos.


Eso es todo, besos y buena lectura.

Trató Señor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora