TRES

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Capítulo tres: Eres tú o él.




 -¡NO!- mi gritó se escuchó haciéndo un eco en toda la oficina, mis cuerdas vocales dolieron, mis manos estaban hechas puños y mi respiración era errática

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-¡NO!- mi gritó se escuchó haciéndo un eco en toda la oficina, mis cuerdas vocales dolieron, mis manos estaban hechas puños y mi respiración era errática. Pensé que esto era una buena idea, solo quería que Pilar se fuera de mi vida. Alejarla de mi. Ella me dolía.


Carajo dolía como una gran mierda.



No pensé que esto se saldría de control en menos de dos horas, solo unas fotografías de Pilar siendo acompañada hacía la salida por mis guardias, de ella llorando y luego subiendo a su auto ya sacaron conclusiones. Y por más que me gustaría negarlas eran malditamente ciertas.


Claro que eran ciertas, la infidelidad estaba.


Por buena suerte no supieron de qué parte era, solo están haciendo teorías y por lo que la prensa está diciendo al parecer yo soy el maldito infiel y Pilar la pobre mujer cornuda cuando es al revés.


- cálmate- Noah estaba como un loco, él es mi hermano menor, siempre supo que Pilar era una maldita y me lo decía cada vez que nos veíamos pero yo no lo escuchaba solo por que era el más pequeño, ahora tiene veintidós y por más estupido que parezca él siempre fue más maduro que yo.


- es que no puedo Noah- suspiré y pasé mis manos por mi cabello, esto no estaba bien. Si Pilar salía a hablar... no, no estaba bien.- Tenias razón.


Él abrió sus ojos azules mientras se quedaba callado y solo me observó por unos segundos para luego mover la cabeza.

- ¿con quién?- no podía decirle, no podía hacerlo. Paul siempre fue muy querido por todos en mi casa, mi madre lo trataba como su hijo a pesar de todo y Noah lo quería como a su hermano. Esto sería un golpe muy fuerte para ellos, luego inventaré algo menos sensible para decirles que ya no somos mejores amigos.

- con un hombre que no se ni siquiera su nombre, en mi casa Noah. En nuestra puta cama- él se levantó enojado y pateó una silla haciendo que yo me levanté de la silla.

- ESA MALDITA MUJER- negó con la cabeza y sonrió sin humor, me acerqué y le toqué el hombro dandole palmadas- nos peleamos por su culpa Matthew, tu te alejaste de nosotros, aún recuerdo a papá insultando a esa arpía y a mamá llorando por qué sabía que esa oportunista te apartó de su lado.


Me sentí como una mierda al saber eso, cuando me arreglé con ellos hace un año solo fue cuando les dije que Pilar y yo queríamos tener un bebé. Bueno yo quería...ella me decía siempre que no estaba lista y lo respetaba, solo esperaba con ansías el momento que ella me diga que quería tener un bebé a mi lado.


Nunca la forcé a que acepté tener un bebé, esa era su elección no mía. Yo solo le di una idea para que lo piense, si ella me decía que no quería tener niños lo iba aceptar. Carajo, de ella aceptaba hasta sus caprichos solo quería verla feliz y que este a mi lado.


- Matt por qué siento que no me dices todo...- suspiré y miré a mi hermano con pesar, tenía que decirle lo que hice hace dos horas atrás. Pero mis palabras no salían de mi boca.


Si, me arrepiento de a ver metido a otra persona en el problema mío y de esa mujer, solo que en ese momento no supe que hacer. Estaba pensando en mi, quería lejos a Pilar, si ella seguía aquí podría cometer una locura que de seguro luego sería muy tarde para dar marcha atrás.

- yo también engañé a Pilar...- no, no lo hiciste.


Si, bien, no lo hice, claro que nunca lo hubiese hecho. Pero nadie iba a saber la verdad solo yo... y claro la señorita Feraud.


***




- ¿me llamas cuando llegues?- asentí mirando al frente solo escuchando la puerta del auto al abrirse y cerrarse, mi hermano bajó corriendo hacia su casa por la fuerte tormenta.


Hoy no es un buen día.


Frote mis ojos intentando mantener la calma pero eso no funcionaba, estaba exhausto. El whisky estaba haciendo sus estragos ahora y mi cabeza estaba recibiendo sus golpes. La maldita resaca era un dolor espantoso pero soportable, solo necesitaba un baño y mi cama.


Claro que tire las sábanas y regalé el colchón, no quería esa mierda en mi hogar.


Que digo, apenas tuve el valor de sacar las cosas de Pilar de la casa, si no hubiese sido por las mucamas y el equipo de limpieza seguiría tirado en el sillón bebiendo como un maldito lunático en una taberna de mala muerte.

Comencé a conducir hacia mi casa pero una persona en una esquina llamó mi atención, su cabello estaba mojado, tenía la ropa desaliñada y varias bolsas grandes de compra.

Me acerqué a donde estaba ella y estacioné bajando el vidrio haciendo que unas gotas mojen el asiento, acerqué mi cuerpo allí para hablarle o más bien gritarle.

-SUBA- Sus ojos celestes me observaron con detenimiento y observó fijamente su ropa y sus bolsas

- Estoy hecha un desastre, dejé, esperaré el autobús- negó con la cabeza y varios pelitos de su cabello castaño se pegaron a su rostro. Sonreí y bajé del auto mientras me acercaba a ella sin importarme mojar mi ropa o el auto cuando subamos, ella al parecer no le agrado eso por que abrió sus ojos como platos y chilló como una niña- ¿Qué hace?¿está loco?¿qué le pasa?

- si usted no sube por cuenta propia entonces no me quedaba otra opción que obligarla- contesté serio pero no duró mucho al ver su expresión, me pareció demasiado adorable e inocente - vamos Bella sube.

Nunca me dijo que la podía tutear pero ella es demasiado joven para que la trate de usted. Note un pequeño sonrojo en su rostro pero no duro mucho cuando su mano me tendió la bolsas compra.

- hecho- dio media vuelta y se subió al auto logrando que una sonrisa pequeña tire de mis labios. Abrí la puerta trasera y metí las bolsas para luego cerrarla y correr al lado del piloto.

- como llueve- dije ni bien entrar pero la castaña no me contestó, solo asintió y miró hacía el frente. Estaba esperando que me diga su dirección pero no hablaba solo miraba las pequeñas gotas deslizarse por las ventanas del auto. Bajo la mirada y algo que salió de su boca me hizo tensarme.


- cuando descubrí a mi ex prometido con esa persona creí que era el fin del mundo...- ella río entre dientes y me miró, sus ojos celestes parecían más llamativos bajo la pequeña iluminación del auto mostrando ese dolor que hoy quise ver cuando me lo dijo pero que no logré encontrar, la sonrisa que poseía no mostraba gracia solo un sin fin de emociones distintas mientras que su cuerpo estaba apoyado en el respaldo del asiento mostrando su relajación- era muy joven en ese momento, creí estar enamorada de ese hombre, crei conocerlo bien solo por que crecimos juntos y fuimos amigos siempre, pero no fue así. Apenas tenía unos veinte recién cumplidos cuando sucedió, pensaba que era el fin de mi vida. Sin embargo...sólo fue el comienzo de algo asombroso.


- ¿cómo logró salir de ese dolor tan... grande?- ambos seguíamos en ese lugar desierto. Ella guardó un minuto de silencio y yo solo la observaba esperando ansioso por su respuesta.


- alguien me dijo Eres tú o él, decide. Y ahí lo supe, estaba destruyendo mi vida por una persona que no supo valorarme y amarme como yo lo merecía. Viví en Paris con mis padres hasta los veintiuno en el Boulevard Saint Michel. Un buen lugar, muy hermoso. Pero no aguante el hablar de la gente y me vine a aquí, a la ciudad de Nueva York a comenzar otra vez de cero.


Cada palabra que se salía de su boca dejó una fuerte tormenta en mi interior, la de afuera no se comparaba con lo que yo sentía. Ella tiene razón. No podía seguir así. Esto me estaba consumiendo, solo estaba sufriendo por algo que quizás no valía la pena aunque encontrar a dos personas que amas y confías engañándote solo deja un hoyo oscuro en tu ser.


- se que podrás salir de ese dolor Matt, solo necesitas tiempo... aclarar tus ideas y volver a ser tú.

***



Hola personitas hermosas... Para lxs que vienen de litnet saben que en este capítulo deje mi primera nota.

Bueno esta va a ser una nota medio corta.

Ya deje dos canciones con las que me inspiró demasiado para escribir.

Soy fan de One direction, la canción que más me gusta es Story of my life. (re Sad la mina pero es mi favorita)

Y bueno con Luciano Pereyra hay canciones que me ayudan a escribir partes ya sean tristes o llenas de amor.

Besos y buena lectura.





Trató Señor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora