NUEVE

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Capítulo nueve: trató señor.



 Sequé mis lágrimas con la manga de mi suéter mientras mis dientes mordían mi labio inferior para que mis sollozos no se escuchen tan alto, parecía una niña

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Sequé mis lágrimas con la manga de mi suéter mientras mis dientes mordían mi labio inferior para que mis sollozos no se escuchen tan alto, parecía una niña.

Sabia que parecia una niña pero no me importaba en estos momentos, estábamos hablando de mi padre, el ser más trabajador, amable, dulce y considerado que puede existir en este mundo. Tenia derecho a llorar y gritar con dolor mientras me retorcía por no poder estar ahí con mi madre, con Honey y con Gael.

- no llores hermana, mamá, Gael y yo vamos a hacer todo lo posible para conseguir ese dinero....- sabía por experiencia propia que mi hermanita era muy dulce y considerada con todos. Solo decía esas cosas para que no me sienta peor de lo que ya estaba.

- No mientas Miel- susurré y solo escuche un sollozo de su parte haciendo que mi corazón de un vuelco. Mi pecho dolía como los mil infiernos y todo en mi cabeza dolía demasiado.

- no quiero mentirte Bella pero...- su sollozo se hizo más fuerte y yo solo senti como mis lágrimas caían como cataratas - pero... con Gael no sabemos que hacer para contener a mamá Bella. Mon Dieu, C'est des conneries.

Ella seguía llorando haciendo que una griete se forme en mi corazón al oír los sollozos muy desgarradores, sabía que Honey era sensible y delicada, y no solo habló de sentimientos.

A los tres años a mi hermanita le salió un tumor en el corazón, los doctores no sabían si podría seguir con vida después de aquella arriesgada operación, solo tenía un diez porciento de probabilidad de que todo salga bien y que mi hermana pueda continuar con su vida. No de una forma agitada ni muy rápida pero si podía estar tranquila sin futuros altercados, su cirugía fue a corazón abierto dejándole una marca en su piel mostrando lo fuerte que esa pequeña niña había sid


- no llores Miel, por favor hermanita... yo les prometo que de esta saldremos, si hace falta trabajar doble para mandar dinero...- mi celular vibró callandome, tenía que ver si no era Michelle, le había mandado un mensaje de que si me podía conseguir un pasaje para Paris ahora, lo saqué con mi corazón bombeando rápido... no era mi amigo, el mensaje solo tenía dos palabras que me hicieron abrir los ojos.


Piénsalo Bella.


El número era desconocido pero no debía ser Stein y mucho menos el FBI para saber de quién se trataba, Matthew Butler parecía no rendirse, pues que siga insistiendo y que espere mi respuesta sentado por qué parado se va a cansar.

Suspiré y le iba a contestar para mandarlo a la mierda pero una de sus frases que me dijo en el auto me resonó en la cabeza.


Serás condecora



Él... se refería a dinero, de eso estaba segura. Y por más que quiera negarme es lo que ahora más que nada necesito.


¿¡En qué carajos estás pensando Bella!?



Es una maldita locura...pero es mi padre del que estoy hablando. Mi vida está en juego pero la de mi progenitor está colgando de un puto hilo. La mía solo será un juguete unas semanas no obstante la de él podrá ser salvada, y no solo la de mi padre, mi madre y mis hermanos están metidos. Ellos son mi familia, nunca podría dejarlos varados.



- Honey les mandaré el dinero mañana mismo. Dile a mamá que avisé al doctor que empiecen con la terapia y le den la medicación a papá. Yo pagaré todo.




Si tengo que venderme, no lo haré ni por él ni por mi. Lo haré por alguien que lo vale. Valdrá cada puta mentira.




Mi padre lo vale.



Mi familia lo vale todo.


***




- ¿Bella?¿Qué hace aquí?- su mirada estaba mezclada entre la confusión y la intriga. Sus ojos oscuros me observaban de arriba a abajo mientras que su mano sostenía la puerta de color caoba, estaba vestido con una remera clásica blanca y un pantalón negro junto con pantuflas azules.



- Trató- fue lo único que logré decir mientras inclinaba mi cabeza hacia abajo, mis ojos estaban cerrados con fuerza para no llorar por mi orgullo destruido y mi dignidad que acaba de ser enterrada al estar parada frente a Matthew Butler.


Mis labios temblaban entonces los mordía, mis manos estaban en mi bolso y lo estrujaban con fuerza logrando que este haga un ruido, no tan fuerte pero se podía oír al estar ambos en silencio y no haber autos ni griterío.



- ¿qué?- su susurro pareció una daga más en mi dignidad que estaba ya muerta.




- Trató señor - dije con ímpetu y firmeza elevando mi rostro mostrándome decidida aún cuando quería que la tierra se abra y yo caer hasta estar muy lejos de aqui.




- hora de empezar con el show Butler.



***





Trató Señor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora