capítulo 10: why

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Lila:

- ¡Aaagh!, ¡Esos malditos héroes!

- Bueno tienes suerte de que los demás no acudieran a su llamado, es raro que alguien se transforme cuando no hay medios que informen sobre lo que pasa...

- ¡Exacto!, Estaba tan cerca - la chica se cruzó de brazos.

- Quizá lo hubieses logrado si no estuvieras tan ocupada en la tortura física.

Recordó los gritos de dolor de Marinette, pensó "eso te pasa por arruinarme las cosas con Adrien".

- ¿Por qué odias tanto a Ladybug?- preguntó con curiosidad la mujer.

- Todo el mundo la admira, cuando ella no lo merece, es decir, ¿Qué clase de heroína puede ser sí me gritó delante de Adrien?- dijo con furia.

- Debes entenderla un poco, tenía catorce, quizá trece años y era la primera vez que se enamoraba. Además descubrió que mentías y así te ganabas la admiración de todos, debió ser frustrante para ella.

- ¿¡De qué lado estás!?- cuestionó la castaña.

- Del tuyo, sólo por qué quiero... Que Gabriel vea cuánto lo amo.

- Entonces no me cuestiones, yo estoy a cargo - le recordó Lila. Miró el reloj, eran casi las doce, cómo siempre, su madre aún no había llegado. - Bien, tenemos suerte, pero debes irte, puede que tarde unos minutos en llegar

- ¿Que pasaría si tu madre nos atrapa en plena akumatización?- preguntó Nathalie.

-Eso jamás pasará, ella no está durante el día y ahora... Fue un caso especial, ¿Okay?.

La mujer sólo asintió y salió de aquella casa.

Lila se paró a calentar el estofado que su madre le había dejado antes de irse. Suspiró.

Hace 10 años.

Miraba a los niños de su escuela salir, sus mamás los recibían con enormes sonrisas y abrazos. Miró a Stella darle el dibujo que habían hecho en clase a su madre.

- ¡Lo hice para tí!, ¡Éste es papá, soy yo y esa eres tú! - señalaba la pequeña niña rubia con su dedo.

Lila miró su dibujo, eran su mamá y ella tomadas de la mano, sonriendo bajo un día soleado, tan poco apegado a la realidad. Volvió a poner los ojos verdes sobre la escena.

- ¡Es hermoso, amor!, Eres una gran artista, ¿Quieres que vayamos por un helado?.

Tardó unos cuarenta minutos más en que su madre llegara por ella.

- ¡Lila!, Disculpa corazón, mami no pudo salir temprano del trabajo ésta vez hoy - tomó de la mano a la pequeña niña sin siquiera mirarla - Hoy vas a tener que quedarte con la abuela, Mami tiene que volver al trabajo.

No le sorprendió en lo absoluto, la mayoría de veces así era.

- Mamá ... - la pequeña niña apretó un poco la mano de aquella mujer casi desconocida, quería mostrarle su dibujo.

- Espera, amor, deja tomo el taxi y en un momento te atiendo.

Los ojos tristes de la pequeña volvieron a mirar el dibujo.

-¡Me lleva...!- gritó la mujer de vestido blanco al ver que no pasaba ningún taxi, miró el reloj, estaba retrasada.

Lila observó con atención, pues no había nada más en que fijarse, y aún que lo fuera, nada podía levantar aquellos ánimos.

Mellea Rossi dejó ver aquella hermosa sonrisa al ver pasar un vehículo. Cuando se detuvo Lila corrió para subir detrás de ella.

- Hola, hacia el centro - indicó y después sacó un termo de café de una bolsa que llevaba.

te cuidaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora