capítulo 45: La venganza de Agreste.

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6 meses después.

Finalmente parecía que las cosas estaban marchando bien, Luka y Lila eran más unidos que nunca. Incluso Marinette y Lila se llevaban bien, aunque Marinette no había olvidado que tenía que encontrar las joyas. Ésta noche abría una verdadera oportunidad.

- Entonces... ¿Cuál ponemos?- dijo la de cabello castaño mientras les pasaba unos DVDs a las chicas.

- Heathers. - dijo Alix.

- Amo el musical - comentó Juleka.

- Sí, realmente tienen buenas canciones. ¿Tú ya lo viste amor?- preguntó Luka mientas acariciaba el cabello de su novia.

- Mh... No...

- Algún día lo veremos. Es más, te prometo que algún día conseguiré entradas para verlo en vivo.

Marinette sonrió, ahora que sabía que no había peligro, que Luka disfrutara de su felicidad era de lo más lindo.

Adrien y ella habían vuelto hacía un par de meses, aunque había temas que estaba prohibido tocar, cómo su padre o la amistad que ella estaba forjando con Lila.

- voy al baño. - informó la azabache.

- Sip, al fondo a la derecha... Cómo casi todos los baños - sonrió Rossi.

- Okay.

Cuándo estuvo fuera del alcance visual de todos le permitió salir a Tikki.

- Busca en dónde puedas, yo iré por ahí - dijo señalando alguna habitación.

Cuándo estaba buscando escuchó su nombre y se sobresaltó:

- Marinette - afortunadamente, sólo era Tikki - encontré algo.

Siguió al kwami hacia lo que parecía ser la habitación de Rossi.

Señaló un cajón, el cuál Marinette abrió con cuidado. Ahí estaban, los dos. Marinette rápidamente los guardó en su bolso, dejó todo como estaba y fue al baño.

Una vez ahí se colocó las joyas.

- ¡Marinette!- exclamó Dusuu.

- ¡Señorita Marinette!- dijo a su vez Noroo.

Ambas criaturitas le abrazaron.

- ¡Shhh!- la chica se llevó un dedo a los labios en señal de silencio - pueden escucharnos. ¡Ay no saben lo feliz que estoy de al fin poder recuperarlos!.

Metió las joyas de nuevo en su bolso y fue con los chicos a ver la película, tratando de fingir la mayor tranquilidad que le era posible.

Cuando todo terminó, Lila fué a revisar el cajón en dónde guardaba los Miraculous. Al no encontrarlos entró en pánico. Se le vino a la mente cuando Marinette preguntó dónde quedaba el baño, claro que fue ella.

Respiró hondo, de todos modos no parecía que pudiera encontrar una manera para poder usarlos pronto para el único propósito que se había planteado en los últimos meses: revivir al padre de Luka.

Pero no quería robar la vida de nadie y reglas son reglas... Lo único que podía hacer es explicarle a Marinette el porqué los había guardado.

~•~

- Entonces, ¿Prometes que no te vas a alterar o algo? - cuestionó ella.

- Sí te lo prometo - respondió el rubio rodando los ojos con una sonrisa en los labios.

- Bien...- dijo ella sin poder apartar de su mirada la preocupación. - cierra los ojos.

Chat le hizo caso.

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