capítulo 37: preguntas

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Adrien llegó al hotel, estaba muy cansado y no estaba de humor. Eran cerca de las once de la noche. Se había pasado horas buscando, para al final no encontrar nada, absolutamente nada.

- ¿Dónde estabas? - dijo Félix - Estaba preocupado, sólo no llamé a la policía porque Emilie me lo impidió.

- ¡Félix, ya basta!, ¡No eres mi niñera!

Félix nunca había visto a Adrien tan enojado, ni cuándo le advirtió que le diría a Marinette lo que había pasado con Ladybug.

Miró el mueble al lado de la cama de su primo, con la medicación intacta.

- No te tomaste la medicina - observó.

Adrien rió.

- La medicina... - repitió. - ¿Sabes que es eso?, Es una especie de droga que me ayuda a sentirme menos miserable con mi vida. Es patético, ¿Sabes?, Tener eso para que me ayude a sentirme feliz porque yo sólo no puedo.

Félix se sentó al lado suyo.

- No es patético. De hecho es algo muy complicado ser felíz. Y más en tu situación - dijo abrazándolo.

Adrien correspondió a la muestra de afecto, a decir verdad la necesitaba.

- ¿Qué pasó?- le preguntó Félix - Creí que ya estabas mejor... O al menos parecía que ya ibas a estar mejor.

- Si te lo digo empezarás a hacerme un montón de preguntas.

Félix alzó la mano derecha en señal de juramento. Si su primo se sentía más cómodo sin que me hiciera preguntas, no las haría. Para él era más importante Adrien que su curiosidad.

- Está bien, juro no hacerte preguntas ésta vez, sobre éste asunto.

Adrien suspiró.

- Bueno. Los héroes descubrieron en dónde había arrojado la sospechosa los miraculous. Entonces... Fuí a buscarlos.

Félix estuvo a punto de abrir la boca, pero recordó su juramento.

- Bueno, para que sepas... Los miraculous tienen seres que habitan en ellos... Kwamis, no son humanos, pero son seres con conciencia. Y pensé que tal vez su testimonio ayudaría a comprobar si mi padre era inocente o culpable.

- Y no los encontraste - afirmó.

Adrien sonrió de lado.

- Me había prometido no pensar más en papá. Pero... Tengo sentimientos encontrados. Lo odio, pero a la vez... Lo quiero. Me siento tonto.

- No es para nada tonto, es tu padre.

Se dieron otro abrazo.

- Jamás te sientas culpable de sentir lo que sientes - dijo Félix.

Adrien no pudo evitar soltar unas lágrimas.

Luego de unos segundos Félix se cohibió.

- Eh... Bueno... Dale de comer a ese animal - dijo viendo al hámster - debe estar muriendo de hambre.

Adrien rió limpiándose las lágrimas.

~•~

Hace tres horas

Ladybug entró a la estación de policía. Esperaba que eso no se hiciera costumbre.

- No encontré nada - les dijo al abogado y al detective.

- Hum, después de todo, puede que esa niña nos haya mentido - comentó el abogado del señor Agreste.

- O que alguien los haya tomado o que ya anden en medio del océano - comentó el detective. - se le olvida que pasaron días antes de empezar la búsqueda.

Edmond suspiró:

- Está bien, el juicio será el miércoles a las cuatro de la tarde - le dijo a Ladybug. - no falte.

- ¿Yo?, ¿Porqué?

- yo y la abogada Bérénice Bonnet tenemos preguntas que hacerle. Aunque sí no le molesta que las hagamos ahora...

L

adybug miró la hora en un reloj que estaba colgado en la pared. Ya era tarde.

- Eeeeeh... Hoy no puedo. ¿Qué le parece si lo veo aquí, mañana a las cuatro de la tarde?

El abogado asintió.

Ladybug se dirigió a la puerta de la estación.

- Oiga... Y si puede... Dígale a Chat Noir que también venga. También quiero hablar con él.

Ladybug volteó a verlo de nuevo, con ojos tristes.

- El caso de Chat Noir... Es complicado...

- Por eso digo que "sí puede" hacerlo.

- Trataré - cortó Ladybug y se fué a casa.

~•~

El lunes, Marinette llegó temprano a la escuela.

Ahí ya estaba Adrien. Se armó de valor, hace tiempo que no hablaban, pero debía de hacelo.

- Adrien - lo llamó acercándose.

El la miró asombrado, nunca pensó que volvería a hablarle después de todo.

- Marinette...

- Escucha, sólo... Ayer fuí a la estación de policía y el abogado de tu padre me pidió que te dijera que tiene unas preguntas para tí... Iríamos a las cuatro de la tarde.

El asintió al cabo de unos segundos.

- Está bien, iré...

Marinette asintió también y le dió la espalda para irse.

- Marinette. - la llamó Adrien.

Ella volteó de nuevo.

- Quiero decirte qué... Lamento como te he tratado, si alguna vez te hice sentir mal por comentarios que hice cuándo estaba enojado. Nada de ésto es tu culpa, es sólo qué... Necesito un tiempo para estabilizar mis emociones después de todo esto...

- Tranquilo - le sonrió con compresión - entiendo. No te preocupes.

Marinette sentía las enormes ganas de darle un abrazo, pero no tenía el valor de hacerlo.

Adrien se sintió tan feliz de ver de nuevo esa hermosa sonrisa... Ella era tan hermosa.

- Bueno, ya me voy. Te veo allá - dijo Marinette.

- Nos vemos.

~•~

Ladybug llegó a la estación, Chat Noir llegó segundos después. Ahí los recibió una mujer alta, de unos treinta años y muy hermosa.

- Ladybug, Chat Noir, yo soy Bérénice Bonnet, soy la abogada que irá en contra de la defensa de Gabriel Agreste. Seré la encargada de poner a Hawk Moth tras las rejas... O qué reciba su castigo.

Ladybug y Chat Noir se miraron algo preocupados. La situación en sí era un problema, ¿Acaso uno puede apoyar un sólo lado cuándo conoce toda la historia?

Autora: otra vez capítulo corto, pero no he pensado en las preguntas de Bérénice Bonnet, sólo en las de Edmond Allard y no sé cómo voy a llegar al punto del juicio que ya tengo planeado (que les dará varios infartos).

Ya se me ocurrirá algo.

te cuidaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora