te cuidaré

capítulo 11: Baegaboo

Félix y Kagami estaban sentados en clase de esgrima, contemplaban la batalla que tenía Adrien Agreste en medio del patio.

- Está mal ubicado - comentó ella - le está facilitando las cosas.

En efecto, el contrincante atacó y por un momento Félix pensó que ganaría el punto, lo cuál hubiera pasado si Adrien no fuera lo suficientemente veloz.

- Vaya... Eres excelente. - le sonrió.

- Él también... Últimamente creo que se le está haciendo muy pesado.

- Se está distrayendo demasiado. - comentó seriamente con desprecio - Algo me dice que contigo eso nunca pasó.

- No, las cosas eran muy diferentes.

- No entiendo por qué el te cambiaría por alguien tan corriente como Marinette.

Ella rió.

- No conoces a Marinette, esa chica no es para nada común y corriente.

- Hace ropa sí, ¡Felicidades!, Pero tú eres mucho más fuerte, hábil, son tan afines.

- Creo que ese fue el problema. El necesitaba quién lo complementara.

El rubio emitió un quejido.

- Por favor, también hay parejas con mucho en común y funcionan.

- Supongo que no es uno de esos casos.

- No entiendo, tú deberías estar molesta por eso.

Kagami volvió a mirar a Adrien, aún le dolía el pecho cada vez que lo veía, pero sólo quería que él fuera felíz, siempre quiso eso.

- No, tuvimos nuestro tiempo - comentó. - Sólo no nos tocaba y ya.

Félix no comentó nada más, sólo siguió pensando lo mismo, Kagami era la chica perfecta para Adrien, la chica que él merecía. Observaba cómo ella lo miraba a él, quizá no era imposible que volvieran.

Realmente no le gustaba la forma en la que Adrien se estaba comportando. Últimamente se desaparecía a quién sabe dónde y amanecía como si no hubiera dormido. Tenía la teoría de que salía a desvelarse hablando con Marinette por teléfono, ya que después no le quería contar nada de por qué se desaparecía así.

Nunca iba a entender el romance adolescente, ¿Cuál era el sentido de desvelarte con alguien?,De qué te contara todo lo que sucedía en su vida. Jamás había tenido novia, se le hacía una completa pérdida de tiempo.

Además, ¿Todo para qué?, ¿Para que no durara más de un año y te dejara una marca que jamás podrías borrar?.

- Me toca a mí - Kagami interrumpió sus pensamientos.

Su primo Adrien tomó el asiento que antes ocupaba la azabache sonriendo y respirando entrecortadamente por el ejercicio.

Él sólo le dirigió una mirada de indiferencia y volvió a ver a aquella chica de uniforme rojo. Sí su primo iba a perder el tiempo con alguien, quería que aquella chica estuviera a su altura.

Era tal y cómo le había dicho aquella chica de ojos olivo al ir por su primo y encontrarlo hablando con Marinette.

- No te agrada, ¿O sí?.

- Hum, no mucho, ¿Me dirás qué es una chica increíble, no la conozco y no sé de lo que hablo?

- No, de hecho, no me agrada Dupain. Es decir, ¿No crees que es mucha coincidencia que quiera ser diseñadora y qué su novio sea hijo del más famoso de París?