85. La Operación

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Jarod: No ha sido casi nada. ¿Sabés? El motivo por el que he venido es porque los estudios que realicé en el laboratorio han dado su éxito. Hay una cura para la diabetes... Desde el laboratorio me proponen ponerlo en marcha desde ya, hay que realizar un par de ensayos más y ya podremos hacerlo.

Mía: Espera, ¿Quieres operarme?

Jarod: Si tu quieres si.

Mía: Ahora no puedo pensar en mí, está Tyler, él me necesita ahora.

Jarod: Lo sé, será algo muy sencillo. Pero si asi lo deseas lo dejaremos para hacerlo más adelante. Estaré unos días dando clases en el hospital, pero tengo que volver a Tanzania y ya después volveré para el juicio.

Parece que se ha olvidado de que me prometió que estaríamos juntos y hasta ahora no está buscando ninguna solución para ello, y yo que estaba decidida a irme allí, ahora no podré hacerlo, mi hermano me necesita. Me siento un poco molesta con él.

Los días siguientes pasan igual que los anteriores. Me encuentro a Jarod por el pasillo.

Jarod: Han adelantado el juicio.

Mía: ¿Y eso?

Jarod: No sé, pero no me gusta nada. Creo que es porque saben que tú padre esta vivo.

Mía: ¿Que saben qué? Dime qué mi padre está fuera de peligro.

Jarod: Sí, perdona por ocultartelo, tu padre está bien escondido, tranquila.

Mía: ¿Y entonces?

Jarod: No sé cómo afectará. Si tienen pruebas me acusaran de haberlo tapado durante estos años, con lo que tendrían más pruebas para acusarme de traición.

Me pongo las manos a la cabeza.

Jarod: Lo peor es que si presentan pruebas, el juez va a querer que se presente en el juicio. Tu padre es capaz de venir para que yo no sea culpable, eso sí llega con vida...
Tienes que prometerme que no le dirás nada sobre cómo va el juicio a nadie, ni siquiera a Neema, a ella se le puede escapar. Jugamos con la ventaja de que tu padre se piensa que el juicio es más tarde.

Jarod me mira muy dolido y triste, no puedo pensar con claridad, me está diciendo de que probablemente pierda a alguno de los dos, a mi padre o a él. Nos damos un abrazo,  pero yo estoy más tranquila ya que mi padre y yo teníamos un plan del que Jarod no puede saber nada, solo espero que salga con éxito.

Jarod: Antes de que llegue el juicio me gustaría operarte. Los estudios han dado muy buen éxito, y no quiero pensar que después no pueda hacerlo. Quiero hacerlo por ti, he estado estudiando noches enteras para poder hacerlo y quiero librarte de esa enfermedad, aunque sea lo último que haga. 

Está convencido de que va a ir a la cárcel, pero conseguiremos que no sea así. De todas formas asiento, ¿Y si él lleva razón? ¿Porqué no consentirlo?

Jarod sonríe, mientras sus ojos se posan sobre los míos, me sorprende que vuelva a sonreír. Hoy estaba más triste que nunca.

Jarod: Lo prepararé todo para mañana o pasado.

Mía: ¿Mañana?

Jarod: Si, se hará en dos veces. Llego tarde, después hablamos.

Jarod se va por el pasillo y yo no puedo evitar sentirme nerviosa por la operación, sé que a las malas, si no me curo, no me pasará nada, no tiene consecuencias negativas.

El día de la operación llega, me acompaña Sofía al hospital, Jarod pidió permiso para poder operarme allí, y el técnico del laboratorio ha venido también. Los tres esperamos a Jarod en la sala de espera del hospital.

Mientras esperamos alguien me toca en el brazo.  Cuando me arrodeo, veo un rostro familiar, es Davis, el militar con el que fui esa noche de cena en la que discutí con Jarod.

Davis: Hola Mía, ¿Que tal? He venido varias veces a verte, me han dicho que estabas de viaje.

Mía: Hola Davis, he estado de vacaciones en Europa.

Decido mentir, no quiero decir nada de Tanzania, seguramente quiera sacarme información para contársela a su padre.

Davis: Siento lo que paso, me gustaría que volviésemos a hablar.

Mía: Lo siento Davis, ahora no es buen momento.

De repente Jarod se acerca a nosotros y empieza a hablar con Sofía mientras nos observa a Davis y a mí. Davis también observa a Jarod con mucha insistencia, no se como interpretar esa mirada.

Davis: Está bien, me marcho.

Antes de que se arrodee, le hablo.

Mía: Me van a intervenir, y estoy nerviosa. Otro día hablamos.

No quiero ser borde con él, es verdad que conmigo se portó bien, y aunque no lo veo igual que su padre, no me puedo fiar de él.

Así que se marcha y nosotros entramos para adentro, siguiendo las indicaciones de Jarod. La operación ha salido bien, solo queda esperar, a que las células empiecen a funcionar y vuelvan a generar insulina. Ahora tengo que tener estricto control ya que voy a tener bajadas de glucosa.

Estaré un par de días de reposo y lo haré en casa de mamá cuidando de Tyler, en 4 días volveré al quirófano para la segunda intervención y después estaré otros 3 días de reposo, justo antes del comienzo del juicio. 

Los días posteriores mis células están empezando a funcionar, así que Jarod y yo estamos super contentos por el éxito de la operación.  El día del juicio llegó por fin y me siento muy nerviosa y aunque Jarod no quiere que asista, tengo que asistir, aunque en un primer momento mi presencia perjudique el juicio.

Llego por mi cuenta más de media hora antes, aún no está Jarod pero si hay gente esperando. De repente veo rostros conocidos, los militares, están acompañados del que parece su abogado, están repasando algunas cosas. Justo el abogado se gira sobre mí y lo que veo me deja helada: Chuck.

Jarod - Blue Swan (Is it love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora