Katia no demora ni diez segundos en arrojarse a mi cuello en cuanto cruzo la puerta de la pizzería. Es incómodo, no me gusta que me toquen, salvo ciertas personas puntuales con las que existe confianza, o alguna chica que me guste, claro.
Le doy un leve golpeteo en la espalda y la aparto suavemente.
— Siempre tan frío — murmura a mis espaldas.
Los chicos tienen un gran escándalo, todos se ponen de pie para recibirme, recibo falsos halagos sobre lo guapo que estoy y golpes brutos en mi espalda.
— ¿Cuántas vaginas probaste en la universidad? — hombres, esto funciona así, o te adaptas o mueres.
— Algunas — respondo para no dar una respuesta certera.
— ¿Algunas? — Leo casi que grita — Estudiaste Deportes, todas las chicas de tu clase deberían tener un cuerpo perfecto.
— Pues sí, había chicas muy bonitas — la verdad es que estos años en la universidad me divertí mucho, aunque el hecho de jugar en el equipo universitario no dejaba mucho lugar a las salidas nocturnas y el alcohol, cada tanto lo hacía y no me quedó experiencia por vivir.
— Me las presentarás, a todas — asegura Enzo estirando un vaso con cerveza para mí.
— Claro que no, donde come el capitán… — Benjamín, mi antiguo mejor amigo les quiere hacer recordar la frase que inventé para que no se metieran con Kiara, mi exnovia, ni con Emily.
— No comen marineros — completa Leo entre risas.
— Eso es una tontería — me burlo de mi antiguo yo, las chicas no son cosas, antes no lo tenía tan claro —. Además ya no soy el capitán, soy el chico nuevo ahora.
Ben también está en el equipo, Leo y Enzo ya no juegan basquetbol.
— Lo serás pronto — asegura mordiendo un trozo de pizza y solo sonrío en respuesta.
La verdad no me importa, solo quiero jugar, ese siempre fue mi objetivo, entrar a la cancha y olvidar la realidad.
Los ojos de todos se voltean a la puerta, Katia y Sam murmuran algo por lo bajo y los chicos se golpean entre ellos mientras ríen.
Ella, la pequeña chica molesta está aquí. Dios, ahora la veré en todos lados.
Me genera curiosidad saber por qué todos la miran, no es exageradamente llamativa así que algo tiene que haber pasado.
— ¿Quien es? — pregunto haciéndome el tonto, como si no supiera que se llama Alegra Bennett, doble ene doble te, y que su trasero se ve perfecto con bragas rojas.
Sí.
Vi la foto.
Solo por curiosidad, de camino aquí.
Tiene un buen trasero, solo eso.— Alegra Bennett — responde Ben.
— ¿Y qué con ella? ¿Por qué todos la ven?
— Chismes de chicas, nada importante.
— No, dime, quiero saber — creo que estoy demostrando demasiado interés, pero cuando lo noto ya es tarde.
— Se fue todo el fin de semana a la playa con los Romano y los Evans.
— Ajá ¿Y qué con eso? — Dios, me fastidia que me cuenten las cosas en cuotas, que hable de una vez.
— Dicen que anda tras el Evans pequeño por su dinero.
Ruedo mis ojos, eso es ridículo. El hermanito de Liam es gay. No lo diré, porque al parecer no es de público conocimiento, pero por lo general los chismes no tienen ningún fundamento.
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Aroma a felicidad
Teen FictionDespués de varios fracasos amorosos y familiares, Lucas siente que la felicidad solo existe en el imaginario de las personas. Perder su tiempo intentando alcanzar algo que nunca llega ya no le parece una buena idea, así que se resigna a transitar es...