ALEGRA
Necesito saber cómo le fue, pero tampoco quiero molestar. Estuve atenta a ver si lo escuchaba regresar a su casa pero no lo hizo, al parecer le dejó el departamento a Félix para que haga lo que sea que fuera a hacer con Diana.
Por la mañana ya no aguanto la ansiedad y voy a golpear su puerta.
Para mi decepción es Félix quien la abre.
— Princesa, ayer apenas te vi, te he extrañado mucho estás semanas — me estruja entre sus brazos — Ven... así te presento a...
— No me llames princesa frente a ella, la pondrás incomoda — lo regaño por lo bajo —. Y tampoco me toques tanto, se sentirá insegura y no quiero llevarme mal con ella también.
— ¿También? — pregunta confundido.
— Después te cuento — susurro porque ya llegamos a la cocina.
Digamos que Valeria no es mi persona favorita justo ahora ni yo la suya.
— Hola, eres Alegra ¿verdad? — pregunta con una sonrisa que dice claramente “pasé la mejor noche de mi vida”.
— Sí — sonrío y me siento junto a ella tomando un panecillo de la mesa.
— ¿Quieres que te prepare algo? — me pregunta Félix viendo que aún no desayuné.
— Sí — vuelvo a decir, él sabe qué, no necesito decirlo así que vuelvo mi mirada a Diana —. Lamento la breve presentación de ayer, estábamos teniendo una incómoda discusión.
Ella se ríe mientras él va por mi café con leche.
— ¿Problemas entre cuñadas? — eleva una ceja con curiosidad.— Oh, no en realidad. Lucas y yo no… Bueno sí, pero ahora ya no — balbuceo centrando mi mirada en el pan que estoy comiendo —. Aunque espero que pronto vuelva a ser un sí.
— Seguro será así, Félix dice que su primo está muy enamorado de ti.
La charla se tornó muy personal y eso no es mi estilo, así que obviamente desvío el tema de conversación.
— ¿Y tú? Félix dice que trabajas en la librería, ¿estudias algo además?
— Sí, el trabajo es sólo por las vacaciones. Estudio diseño gráfico.
Félix regresa y pone la taza frente a mí para luego sentarse a su lado y observarla hablar como un tonto. Se me hace raro, Félix nunca ha sido así, más bien era un soberbio descreído que subestimaba el amor.
— ¿Para publicidad? — pregunto quitando los ojos de mi mejor amigo y poniéndolos en ella.
— No en realidad, lo mío son los libros — responde y sus ojos también van a Félix, de pronto siento que sobro aquí, mejor me tomo el café con leche rápido.
— ¡Genial! Pasaré por la librería sin dudas, y llevaré a Félix para que pague — ella se ríe, lo que no sabe es que no es broma.
— ¿Sabes dónde está Lucas? — el café con leche quema mi garganta, pero igual lo bajo rápido.
Félix arruga su frente con gesto descreído.
— Está en casa de su padre, llámalo y deja de ser una tonta hazme el favor — desliza hacia mí el celular que dejé sobre la mesa al llegar —. Él no ha dejado de hablar de ti y tú no has dejado de hablar de él, ya dejen la pendejada.
Suena simple, demasiado simple.
— Peleamos otra vez ayer, bueno, no sé si fue exactamente una pelea pero no fue algo bueno — tomo mi teléfono y solo desbloqueo la pantalla.
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Aroma a felicidad
Novela JuvenilDespués de varios fracasos amorosos y familiares, Lucas siente que la felicidad solo existe en el imaginario de las personas. Perder su tiempo intentando alcanzar algo que nunca llega ya no le parece una buena idea, así que se resigna a transitar es...