11 - Miedos

6.3K 739 204
                                    

ALEGRA

Ni yo me creo lo que acabo de hacer. Le dije a mi papá que Lucas es mi novio, él no parece saber lo que eso significa y no tiene por qué saberlo aún.

Detiene su auto a un lado del parque, no hace preguntas solo espera a que yo hablé y no sé por dónde comenzar.

— Cuando yo tenía cuatro años mi mamá y Tony se mudaron juntos. Él fue mi papá mientras yo era una niña, siempre me cuidó, siempre estuvo para mí, con él era con quién jugaba básquetbol en el patio de mi casa.

Él esboza una media sonrisa recordando que le dije que era con mi mejor amigo.

— Mentirosa — murmura, comienzo a acostumbrarme a que me llame así, de hecho me agrada.

Le doy una pequeña sonrisa y continúo con la historia.

— Cuando yo tenía catorce años mi mamá descubrió que él nunca había dejado su pandilla, de hecho ahora la lideraba. Fue un gran lío familiar que terminó con que se separaron y lo corrió de la casa. Él nunca perdió el contacto conmigo, aunque mi mamá no lo sabe y me tiene prohibido verlo.

Él asiente pensativo y lo dice nada. Hubo algo que me sorprendió muchísimo de haberlo llevado allí, y fue que él no mostró su miedo o su inquietud en ningún momento. Se mantuvo protector y desafiante, incluso se animó a empujar a Max cuando se puso idiota.

Al parecer lo único que lo asusta es el amor.

— ¿Una pandilla de qué? ¿Qué es lo que hacen?

— Carreras clandestinas de motocicletas.

Esboza una media sonrisa, no parece para nada sorprendido ni asustado.

— De verdad eres una chica mala...

— No — me apresuro a responder —, yo no estoy involucrada en nada, él ni siquiera me deja ir a verlo allí.

Observa mi rostro con detenimiento, y yo simplemente lo miro esperando que diga algo.

No lo había notado hasta ahora pero estoy nerviosa.

— Me gustas, Alegra. Nada cambiará eso, ni siquiera el hecho de que te hayas acostado con el idiota ese, ¿Qué pasaba por tu cabeza?

Su comentario me hace reír, y hace que los nervios desaparezcan.

— Oh, lo siento por no serte fiel desde antes de conocerte... — respondo con ironía.

— Mereces cosas mucho mejores...

Elevo mis cejas mordiendo mi labio inferior y liberándolo lentamente.
— ¿Como a ti?

Su sonrisa arrogante me provoca mucho, quiero besarlo otra vez pero no sé si puedo hacerlo.
— No sé si tanto...

— No decías lo mismo hoy en tu habitación.

Se encoge de hombros y pone el auto en marcha nuevamente.
— No dije nada hoy en mi habitación.

Es verdad, no dijo, hizo.

Necesito más, estoy ansiosa por volver a besarlo pero no sé cuándo pasará eso.

Llegamos a mi casa, el sol ya está bajando, tengo que hacer la cena y dormir, de verdad necesito dormir, hasta ahora no había notado lo cansada que estoy.

— Acuéstate temprano, mañana paso por ti a las siete.

Me da pereza de solo pensarlo, así que obviamente me dormiré temprano.

— Me debes un churro — le recuerdo y sonríe.

— No lo he olvidado, mañana, lo prometo.

Nos miramos a los ojos por unos segundos, creo que no sabemos cuál es la forma correcta de despedirnos. Sería extraño besarlo en la mejilla cuando hace unas horas tenía su lengua en mi garganta, pero si lo saludo con un beso en la boca significa que ahora siempre lo haré así.

Aroma a felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora