LUCAS
Félix insistió en venir conmigo, parece que el destino conspira para no dejarme a solas con ella. Igual tampoco es como si fuéramos a hacerlo en el auto, la próxima vez que la tenga a solas me aseguraré de que sea en un sitio en el que nadie nos pueda interrumpir.
— ¿Que pasó con Alegra? — pregunta luego de unos segundos.
— Pregúntale a ella.
Resopla y mira por la ventana.
— Ella no me dirá nada, pero de todas formas solo preguntaba por curiosidad.— Lo siento, no soy esa clase de chico.
Rueda los ojos pero no vuelve a insistir.
— Lo único que necesitas saber es que ella está conmigo — sé que sueno posesivo, pero por algún motivo no consigo confiar en él.
— Ya te dije que no hay nada entre nosotros, y no seas celoso que a ella no le gusta.
Odio que la conozca más que yo, y también odio estar en esta estúpida situación.
— Me gusta otra chica... — murmura dejando que su mirada se pierda.
— ¿Quien?
— No te lo diré, solo que me dejes en paz con Alegra. Es mi mejor amiga, no me alejaré de ella por ti.
— ¿Yo te pedí eso?
— No.
Entrecierro mis ojos con gesto arrogante.
— Entonces cállate.Él se ríe de mi actitud meneando su cabeza.
— No es conmigo con quién tienes que pelear, Lucas. Estoy de tu lado.¿Estoy entendiendo mal o él está insinuando que hay alguien más con quién sí debería pelear?
— ¿Con quién entonces?
Ahora es él quien me ve con arrogancia.
— No tengo permiso para contar eso, lo siento primito.Lo veo de reojo y resoplo. No sé si lo quiero o si lo odio.
Llegamos al parque, Alegra está sola, Valeria ya no está con ella.
Félix baja del auto, habla unos segundos con Alegra, ella le señala uno de los caminos del parque y él sale hacia allí.
No soy nada lento, aunque lo parezco. Comprendí todo perfectamente y solo diré que si es lo que estoy pensando voy a colgarlo de las bolas del árbol más alto que encuentre.
Bajo de mi auto también para ir tras él pero ella me detiene.
— ¿A dónde vas? — pone su pequeña mano en mi pecho como si pudiera detenerme con eso, me genera ternura su intento así que me detengo.
— Él no le pondrá una mano encima a mi hermanita, antes lo mataré.
Alegra muerde su labio inferior y entrecierra sus ojos.
— Vuelve al auto y no seas ridículo.Ella logra que por un momento sí me sienta ridículo, así que regreso al auto bajo protesta.
Su tono es desafiante y autoritario, me encanta así que la escucho.
— Tienes que dejar de ser un idiota porque está pasando algo serio, nada de impulsos, nada de violencia, nada de ser el estúpido héroe, acá necesitamos la mente fría.— ¿Qué pasa? — noto la seriedad del asunto así que trato de sonar calmado.
— Primero debes prometerme que no enloquecerás, y que la violencia es nuestro último recurso.
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Aroma a felicidad
Teen FictionDespués de varios fracasos amorosos y familiares, Lucas siente que la felicidad solo existe en el imaginario de las personas. Perder su tiempo intentando alcanzar algo que nunca llega ya no le parece una buena idea, así que se resigna a transitar es...