14 - Conexión

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LUCAS

Paz. Es tan difícil de conseguir... ¿Ahora ven por qué no creo en la felicidad? Estas a punto de llegar, y entonces algo pasa y caes al suelo otra vez.

— Tiene un hijo — dice Sam delante de Alegra, luego de que me negué a hablar con ella a solas —. Tiene tres años, ella dice que es tuyo pero que no te lo dirá porque ya le dejaste claro que no la quieres, pensé que deberías saberlo… Tiene tus ojos…

Ni siquiera sé qué decir, ni qué pensar, ni qué sentir.

Como no hablo Sam se va sin decir más nada.

Tiene que ser mentira, no es mi hijo, siempre me cuidé, no fallé ni una sola vez ¿O sí? Mierda, me hacen dudar de mí mismo. Éramos una pareja estable, pero yo sabía que no podía confiar en que ella se cuidara porque siempre fue muy mentirosa y manipuladora, así que nunca dejé de usar condones. Soy muy responsable con eso, estoy seguro de no haber fallado… aunque tal vez… en esos tiempos tomaba mucho alcohol, tal vez no puedo recordarlo por eso.

Pero, ¿por qué no me lo diría? Ella me conocía bien entonces, sabía que yo no la dejaría sola.

Ni siquiera puedo voltear a ver a Alegra, sé que sea verdad o mentira lo nuestro está arruinado. Ahí está la puta felicidad otra vez escapándose de mis dedos. Quiero llorar, pero ni siquiera me sale eso, no me puedo mover.

Entonces siento su mano acariciar suavemente mi espalda y su cabeza recostarse en mi hombro, ¿por qué aún no se ha ido?

— ¿Crees que puede ser verdad? — pregunta con calma.

— Yo… siempre me cuidé, pero pasaron muchos años… no lo sé.

Se pone de pie y se sienta sobre mis piernas, para que nuestros rostros queden a la misma altura.

Pone su mano sobre mi mejilla haciéndome levantar la mirada para verla a los ojos.
— ¿Qué haremos?

Las lágrimas pican en mis ojos y estoy haciendo un gran esfuerzo por no dejarlas salir.

— ¿Haremos? — pregunto y trago el nudo en mi garganta.

— Claro, ¿crees que me iré por esto? Estas equivocado…

Cierro los ojos y suelto el aire en mis pulmones, aparto su cabello y escondo mi rostro en su cuello para sentir su aroma, ¿cómo es que está allí aun cuando ha transpirado? Comienzo a creer que no es un perfume si no su aroma natural, suave y dulce.

— ¿Aunque sea verdad? — la idea de que ella se vaya me entristece más de lo que quiero asumir.

— Te dije que quiero estar contigo y eso incluye los momentos felices, pero también los momentos difíciles. Si tú me dices que quieres estar conmigo enfrentaré contigo lo que venga.

Yo queriendo llorar como bebé, y ella tan madura y sensata. ¿Dónde estuviste toda mi vida?

— Quiero estar contigo, no tengo ni una pequeña duda de eso.

Deja un beso a un lado de mi cabeza y me abraza.

— Entonces a ponerle el pecho, que el mundo es de los valientes.

Luego de esa pequeña conversación ella se ganó mi confianza absoluta, si no se fue ahora ya no se irá. Hablaba en serio cuando decía que no estaba jugando y me siento un tonto por haber desconfiado.

Se fue a bañar, llegó la hora de cerrar y ya no queda nadie.

Cierro todas las puertas y ventanas, apago las cámaras de seguridad y me siento a esperarla.

Aroma a felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora