LUCAS
Salida en parejas. No sé si es tan buena idea como parece; es sábado, el último fin de semana antes de que Alegra y Olivia comiencen la universidad, mañana tengo mi primer partido y en lugar de estar durmiendo en mi casa tengo una salida en parejas con mi hermosa novia, Olivia y Liam.
Liam y yo no nos llevamos bien, sé que él es un buen chico, pero no hay buena onda y creo que nunca la habrá. Los dos sabemos que solo venimos aquí porque a las chicas les hace ilusión esta incómoda situación, él está perdidamente enamorado de Olivia y haría lo que sea que la haga feliz. Ese es el único motivo por el que no me cae del todo mal, porque yo adoro a Olivia, es la hermanita de Emma y eso la convierte en casi mi hermanita.
Alegra estornuda varias veces antes de bajar del auto, suena como un dulce gatito y me hace sonreír.
— Te dije que no era buena idea que nos mojemos con la lluvia, ten, ponte esto — la regaño mirando lo desabrigada que está teniendo en cuenta que ya se terminó el verano. Le doy mi sudadera y ella la toma bajo protesta.
— No es resfrío, es alergia — rasca suavemente su nariz y se quita el pequeño top que trae quedando solo en sujetador.
— ¿Qué haces? — pregunto sorprendido.
— Mi mamá me dio un perfume que según ella no daba alergia pero no era cierto, por suerte solo lo puse sobre mi ropa — tira el top hacia el asiento de atrás y se quita también la falda que recorre el mismo camino.
Mis ojos están fijos en sus piernas, de verdad las quiero morder pero hemos tenido tanto sexo en los tres días que llevamos juntos que tengo miedo de que piense que es lo único que me gusta de ella.
— No uses perfumes, tu aroma natural es perfecto, incluso cuando me caías mal me dejabas tonto cuando te acercabas.
— Nunca te caí mal, solo me deseabas demasiado y no lo querías aceptar — la arrogancia en su voz me excita incluso más que su cuerpo desnudo —. Igual a cómo me deseas justo ahora...
Sí, soy muy evidente, lo sé. Pero no me juzguen, esta hermosa y sexy chica es mi novia, estoy emocionado con eso.
— También me encantaría comerte entero aquí en este sucio estacionamiento, pero mañana es tu primer partido y no quisiera perjudicarte.
Ella tiene razón, tener sexo reduce bastante tu resistencia física, no debería hacerlo antes de un partido pero de verdad la deseo mucho.
— Peeeero, si ganan mañana, te dejaré elegir el premio — muerde su labio inferior y pasa la sudadera por su cabeza.
— ¿Y si perdemos? — cuestiono sin despegar mis ojos de ella.
— Entonces te dejaré elegir tu premio consuelo.
Suelto una risita y bajamos del auto. Soy un idiota por creer que ella pensará que solo me interesa el sexo.
Nos amamos, ambos lo sabemos, pero también nos deseamos mucho y esa es una combinación asombrosa.
La sudadera le queda muy grande, y eso que es una de las que me queda más justas. Pero de todas formas apenas llega a pasar un poco su trasero, y el hecho de saber que no tiene nada debajo me pone muy imaginativo.
Se ve hermosa usando mi ropa, aún no me creo que sea mi novia, hace años no tengo una novia y soy una persona completamente diferente desde la última vez que lo hice. La mayoría del tiempo no sé cómo actuar, pero ayuda mucho el hecho de que ella no está esperando nada de mí, es igual de fácil que antes estar a su lado o incluso más porque ahora no tengo que contener mis ganas de tocarla todo el tiempo.
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Aroma a felicidad
Teen FictionDespués de varios fracasos amorosos y familiares, Lucas siente que la felicidad solo existe en el imaginario de las personas. Perder su tiempo intentando alcanzar algo que nunca llega ya no le parece una buena idea, así que se resigna a transitar es...