ALEGRA
Dos días, eso nos duró la reconciliación. Algo me está queriendo decir el destino, por algo pasan las cosas.
"Si el amor aprieta no es tu talla" dice mi mamá siempre, y es verdad. Nos han metido en la cabeza la idea de que si no duele no es amor, pero no es así. El amor no duele, el amor se siente bien, el amor te hace feliz.
Sé que mi accionar con Lucas es bastante cuestionable, teniendo en cuenta que aunque lo que hizo fue una pendejada y traicionó mi confianza solo lo hizo para ponerme a salvo a mí y a su hermana, tal vez estoy siendo poco empática y un tanto dramática.
Pero ese no es el punto, el punto no es que se ponga en riesgo, sería hipócrita cuando yo también lo hice. El punto es que sé que lo disfrutó, el punto es que sé que lo volverá a hacer, con la excusa que sea, encontrará la forma de volver a hacerlo porque así funciona esto.
No quiero eso, no otra vez, no quiero irme a dormir cada noche pensando en que tal vez muera mientras duermo.
Igual lo haré, igual me preocuparé, pero tal vez si tomo distancia de él esto pase pronto. No puede ser tan difícil olvidarlo, hace solo un mes que lo conozco, nadie puede llegar tan profundo en tan poco tiempo.
— ¿Duele? — pregunta Félix poniendo una venda sobre la mano que acabo de quemarme con el horno.
— Hay cosas que duelen más... — murmuro en respuesta, aunque sí duele.
Félix se ríe, me molesté con él por no llamarme en cuanto supo lo que Lucas iba a hacer, pero luego entendí que no tiene por qué estar en medio.
— Se me hace raro verte haciendo dramas, tú no eres así — termina el vendaje y deja un beso suave sobre él.
— Gracias — murmuro dándole una media sonrisa —. Nunca más haré galletas.
— No culpes a las galletas, eres tú qué andas cargada de energía negativa — toma una galleta del plato que hay en la mesa y la sopla porque aún está caliente.
— Acaban de romperme el corazón ¿Se supone que debo ser positiva? — mi tono irónico lo divierte, yo no le veo el chiste.
— Alegra, tú le rompiste el corazón a él.
— ¡Claro que no! Se lo rompió solito cuando tomó la decisión de meterse en ese mundo, él sabía que yo no lo perdonaría y de todas formas lo hizo porque le valgo mierda.
Las lágrimas me pican en los ojos al pensar en eso, pensar en que me enamoré como una idiota y él no.
— Lucas te quiere — asegura Félix, al que nunca esperé ver defendiendo a su primo.
— Si lo vas a defender vete — sentencio poniéndome de pie y caminando a la cocina por el jugo de naranja que preparé antes de quemarme.
— Te amo, soy tu mejor amigo y te digo la verdad.
Suspiro rodando los ojos e intento desviar el tema porque esto me duele.
— ¿Que pasa con Valeria entonces? — su sonrisa se desvanece en un segundo.
— Me dijo que si no dejo de fastidiarla le pedirá a Nate que me golpee — abro grandes mis ojos en sorpresa y espero un momento antes de decir algo.
Sé que Valeria trae su mochila muy cargada, sé que su historia de vida es triste y que los traumas no la dejan ver la realidad como a todos los demás, pero si algo le pasa a Félix por su culpa no me quedaré tranquila observando. Me vale mierda todo, con Félix no se mete nadie.
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Aroma a felicidad
Teen FictionDespués de varios fracasos amorosos y familiares, Lucas siente que la felicidad solo existe en el imaginario de las personas. Perder su tiempo intentando alcanzar algo que nunca llega ya no le parece una buena idea, así que se resigna a transitar es...