15. Todo sea para llevar una buena relación

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Francesca

Desastrosa, así fue la cena que planeé con Gerald por largo tiempo, discusiones por donde mire, sobre todo por los planes de los que él me excluye, decisiones que también me competen, como a dónde nos mudaremos pues tengo un hijo que aún no se acostumbra a que pronto tendrá un padrastro. Es lo difícil de esto, el que Spencer no acepte a mi prometido y éste igual le riña pues no se llevan del todo bien desde el primer momento, y eso que Gerald hizo todo lo posible para ganárselo. Ese es otro punto que me preocupa, no quiero que por mi relación, mi hijo se vea afectado.

Para sumarle más a mi estrés, está el asunto con Víctor Bathory; ya casi es medio día y la verdad no estoy de humor para recibirlo, sin embargo no puedo hacer nada cuando se trata de mi jefe.

Mi celular timbra, justo cuando apago la computadora, ya me estaba preparando con antelación para este momento, solo me falta guardar algunas cosas en mi bolso para marcharme a esta cita de negocios. Reviso el remitente el cual es un número desconocido, aunque no temo afirmar a quién pertenezca. Pronto contesto.

—Buenos días, ¿con quién tengo el gusto?

—Buenos días, Francesca, habla con Víctor Bathory, aviso que la estoy esperando frente al edificio para ir al lugar pactado, espero tenga lo que le pedí.

Debería decir que es atrevido de su parte el que tome mi teléfono pero siendo él, no me extraña que lo tenga, me han dicho que tiende a comportarse como detective cuando quiere averiguar la vida de alguien que le compete.

—De acuerdo, señor Bathory —respondo, siendo lo más formal posible; conforme con esa respuesta cuelgo.

Agarro mis cosas, me despido de mi secretaria diciéndole que si no llego después de las dos cancele mis citas, luego de ello voy al ascensor; entre la ansiedad y la intranquilidad de estar con ese sujeto, arribo al primer piso. Armándome de entereza, salgo de las instalaciones, encontrando un coche frente al edificio donde un hombre que, apenas me ve, abre la puerta trasera del auto, dándome a entender que espera por mí.

Sin vacilar, dedicándole una media sonrisa a modo de saludo a quien creo es el chofer, entro al auto, con cautela. La puerta se cierra; quedo confinada en ese espacio con Víctor Bathory a mi izquierda quien apenas me ve de reojo; tiene los brazos relajados sobre su regazo, viendo hacia la ventanilla, luce ajeno y calmado a como estuvo ayer, tal vez estaba igual que yo, estresado por algo más. Se endereza en su asiento luego de que el chofer entra al coche para me encararme, conectando sus profundos ojos mieles con los míos.

—Buenos días, Francesca ¿Tiene lo que le pedí? —pregunta, manteniéndose inexpresivo, no noto demanda en su petición.

—Sí, señor —respondo de igual modo. Le extiendo el folio para que lo tome; se acomoda erguido en su asiento.

—Pancer, llévanos a donde siempre —enuncia, mientras ojea el contenido en la carpeta. El auto se pone en marcha, siendo el silencio lo que nos acompaña.

No me siento incómoda ya que ahora no tengo ese par de ojos encima, indagándome hasta el alma; Víctor se concentra leyendo los documentos sobre su regazo, sacando unos anteojos del bolsillo interno de su chaleco para ponérselos; sin evitarlo, lo detallo.

Su perfil es definido, de rasgos muy varoniles, su mandíbula enmarcada por una ligera barba que mantiene estilizada, su nariz recta le da un toque más distinguido a su rostro, pero lo que atrae más es el color de sus ojos, siendo hasta en cierto modo cálidos, siendo las ligeras canas que se asoman a los costados de su cabello el toque para darle más madurez a su semblante del que ya posee. Lo admito, es un hombre apuesto, más cuando su porte y altura le dan presencia, volviéndolo de por sí más intimidante. No me pasa desapercibido las veces en que llega a la constructora, no sólo causa silencio por donde pasa, sino que atrae miradas femeninas, siendo la comidilla de muchas luego de que se va, hasta de mi secretaria quien entre curiosa y tímida me dice lo misterioso y atractivo que le resulta.

Cuestión de Tiempo [Cuestiones II] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora