1. A un día

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Torrance

A un día de marcharme de esta ciudad, a un día de volver a donde hace un año juraba, no quería regresar. Comparo todo lo que ha pasado y sigo creyéndome alguien contradictorio, que su palabra no vale pues aunque diga «no voy a hacerlo», al final termino metiendo cabeza, pies, manos, cuerpo entero a eso que prometí ni ver ni tocar.

Pero hay motivos para hacerlo.

Durante mi estadía en Londres al principio me costó salir de casa de Cinthya, la cual comparte con Dominic, pero después, casi todo el tiempo, me la pasé recorriendo las elegantes calles, sorprendida por la cordialidad de la gente y la majestuosidad de sus edificaciones, en especial las que le dan un aire de antigüedad a esta histórica ciudad. Cuando llegué me dio algo de tiempo adaptarme, Doom me recibió más que con los brazos abiertos, sorprendiéndome con una fiesta para celebrar mi cumpleaños atrasado, llevándome a contarle lo que hice el día en que si fue mi aniversario.

Me avergonzó en cierto modo revelarle que estaba con Ethan porque siempre le juré que no volvería a sucumbir ante él; como digo, soy muy contradictoria. Pero, me sorprendió su reacción, no se mostró feliz sino enojado, como típico hermano celoso, hasta lo llamó, diciendo que si me lastimaba pagaría un buen ingeniero para que le haga unas piernas mecánicas para patearle las bolas. Eso me causó gracia, pero a la vez preocupación porque no he tenido experiencia con relaciones de pareja, en cambio Ethan si, además de que ha tenido tantas novias que he perdido la cuenta. Y, ¿si se aburre de mí? Son cosas que a veces me hacen temer el quererlo más de lo que ya lo quiero.

Por otro lado, está corta relación a distancia que tuve con Ethan me hizo extrañarlo tanto que los días se me hacían largos cuando esperaba que fuera de noche para hablar con él por videollamada, cosa que no hacíamos todos los días pero que cuando se podía, duraba horas hablando hasta que alguno de los dos caía rendido, más que nada él pues me ha contado que la movida en la firma ha sido exhaustiva en lo corrido del mes.

Lo más difícil fue las festividades, llegué iniciando diciembre por lo que me tocó comprar abrigos por la helada. Las calles, todo estaba adornado por la época, luces, guirnaldas, árboles y hasta coros de villancicos, cosas que me recordaban a mamá. No culpo a los fanáticos por estas fiestas, pero para mi cierta desgracia, Cinthya era amante de esta época, lo cual me ponía más triste porque me la recordaba. Johanna igual le gustaba diciembre cocinaba sin fin de platillos y adornada la casa de pies a cabeza, invitando a sus amigos de la constructora y de las sucursales de las tiendas de ropa que dirigía, mujeres y hombres que en su mayoría eran empleados. A veces hacía una pequeña reunión previa a navidad, invitando a varios de ellos para agradecerles por su desempeño en la empresa, dándoles detalles como ropa o comida, ella era un amor y por eso cada que recordaba me echaba a llorar por largas horas en la habitación de huéspedes u oculta en el cuarto de ropas, el más apartado donde no pudieran oír mis berridos. Fue hasta que me descubrió Cinthya, como a los primeros días, que alivió toda esa ausencia y tristeza, enseñándome a cocinar.

Por mamá sabía un par de cosas. No era una experta como Johanna, pero gracias al adiestramiento de mi futura cuñada, aprendí un poco más sobre el tema. También me enseñó a coser, cosa a la que me negaba pues pensaba que solo las abuelas hacen eso, pero ella lo convertía en una tarea tan atrayente que hice el intento, no fue lo mejor pero así encontraba un modo para distraerme. Cada día hacíamos cosas juntas y poco a poco nos hicimos más cercanas. Era lo que me hacía falta, una verdadera amiga con quien expresarme, cosa que solo obtuve con chicos. No digo que tener amigos sea malo, es más, los prefiero un poco más que las mujeres pues con ellos puedo ser libre de expresarme sin que me juzguen, sin embargo a veces hace falta oír la opinión femenina, que una chica te dé consejos sobre cómo ser más femenina, hasta comprenden más las aflicciones.

Cuestión de Tiempo [Cuestiones II] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora