Francesca
La culpa siempre me pesa hasta que me desato con tal de estar en paz conmigo misma. Luego de lo que pasó con Víctor para mi fortuna no volví a frecuentarlo. Conforme pasaron los días quedé intranquila, esperando que llegara con algún tipo de represalia por lo que pasó pero nada, no dio señales; al parecer el mensaje de que no me volviera a tratar le quedó claro. Por esa parte estuve medio en calma porque quedaba otro asunto; Gerald.
Creí que con eso de mi peso de conciencia explotaría cuanto antes para decirle sobre mi desliz, nunca antes me he guardado nada que me atormente, pero lo extraño fue que aquel asunto me lo quedé. Después de varios días de discordias con mi futuro esposo, fue a visitarme de sorpresa a mi oficina solo para hablar de los planes de boda. Lo traté con normalidad solo que el recuerdo de Víctor no me abandonó. Durante su visita no dejé de pensar en ese encuentro que despertó en un sin fin de sensaciones desconocidas, peor cuando Gerald pretendía darme un beso el cual correspondía a duras penas. Más de una vez me llamó la atención pues estaba muy distraída y no era para menos si rememorar de la cercanía de ese hombre austero no abandonaba mi mente. Y no podía, por mucho que buscaba el modo de decirle la verdad no la hallé debido al comportamiento que tomó Gerald después; ante mi distracción se comportó hostil, diciéndome que cuando estuviera mejor concretáramos una cena la cual propuse este mismo día con tal de aliviar el ambiente entre los dos que de por sí cada vez se volvía más denso, al punto que estar juntos era solo para saber si la boda seguía en pie.
Resolví invitarlo a mi casa, cosa que trató tomar a bien debido a que no le agradaba la idea de estar con Spencer, mi hijo, pero le insistí, además de que le recordé que debía llevar una buena relación con él pues de todos modos compartiría mi vida con ambos, así como debía compartirla con los hijos que él tenía.
Por eso me encuentro aquí, en la cocina, preparando la cena para esta cita que espero resulte en algo bueno porque en realidad me está agotando esta situación con Gerald, el tener que limitarnos a las discordias y no ser felices como antes cuando nos conocimos. Terminando de preparar la comida apago el fogón y me dispongo a llevar la vajilla al comedor para tener todo listo. Reviso el reloj; ya queda poco para que llegue.
Mientras preparo la mesa, escucho unos pasos que descienden a todo trote de las escaleras. Mirando por el acceso que comunica el comedor con el pasillo que lleva a la entrada principal de la casa, se asoma un chico alto, cuyo cabello cobrizo está desordenado. Viste de sudadera, lleva una mochila al hombro; esto me agrada. Dando un suspiro, luego de acomodar el último plato, poso las manos sobre mis caderas, optando una postura de autoridad cuando mi hijo hace acto de presencia. Su expresión me lo dice todo; no quiere estar presente cuando Gerald llegue.
—No irás a ningún lado a esta hora —reprendo apenas cruza el umbral, deteniendo sus pasos. Spencer frunce el ceño enseguida, siendo su rígida postura la que me indica que no quiere reñir conmigo.
—Sabes que no me agrada ese tipo y lo último que quiero es compartir mesa con él —aclara, haciendo que me cruce de brazos, como un modo de detener mi inconformismo. Notando mi expresión rueda los ojos y suelta un resoplo; no cambiará de opinión—. Mamá, ahorrémonos discusiones de la cuales no me vas a convencer. Iré con unos amigos a pasar el rato, prometo no volver tarde...
—Solo te pido por una vez que te lleves bien con él y lo que haces es irte —le reprendo, controlándome para no subir el tono de voz.
Duramos varios segundos en una batalla de miradas a la espera de quién se rinde primero y como siempre soy yo la que se doblega. No me gusta obligar a nadie a hacer algo que no quiere, mucho menos a mi hijo pues aunque sea hostil con Gerald, sé que es un gran chico que quiere lo mejor para mí; por eso fue que aceptó el que me comprometiera con el hombre que según él, oculta más de un secreto, ya que lo que quiere es que sea feliz así no esté conforme con la persona con la que pretendo casarme.
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Cuestión de Tiempo [Cuestiones II] ©
RomanceCOMPLETA | CONTENIDO +18 | 2ª parte de la trilogía "Cuestiones" | Varias vidas ligadas por un mismo apellido donde descubrirán más de una verdad Una relación a prueba que hará a dos familias colisionar Un conflicto que unirá a dos individuos que no...