Torrance
Esto es demasiado.
Me levanto del asiento, mandándome las manos a la cabeza. ¿Mamá pidió abortar a un inocente? No lo creo, ella no es así, me es imposible imaginarla pidiéndole eso justo a la madre de Ethan. Camino tambaleante por la sala, mi respiración es profusa, tanto que me sofoca, siento el rostro arder y el estómago tan revuelto que creo voy a vomitar.
Ethan se cruza en mi campo de visión, apenas si me molesto a verlo. Me giro para evadirlo pero me toma de los brazos, me atrae con sutileza, pegándome a su pecho, abrazándome firme, no se atreve a soltarme.
—Torr, cálmate, respira —me pide en un susurro. Su cálido aliento se cuela por mi oído, serenándome otra vez; acato lo que dice. Cierro los ojos, doy respiros profundos, concentrándome en el paso del aire por mis pulmones.
—No puedo creer que mamá hiciera eso —musito en voz quebradiza, pasando mis manos por atrás de sus hombros para aferrarme a él.
No dice nada, en parte creo comprender, quién quiere opinar ante algo así, aunque siendo Ethan, estoy segura que se guarda todo el enfado. Duramos un rato así hasta que apoyo mis manos sobre su pecho para apartarlo. Me siento mal, responsable por eso que hizo mi madre; cuando me ve a los ojos, bajo la cabeza avergonzada, cerrando los párpados para retener las lágrimas.
—Lo siento —me disculpo, acongojada, abrazándome a mi misma. No puedo creer que un bebé por mi culpa no naciera.
Ethan acuna mi rostro, forzándome con cuidado a elevar el rostro.
—Torr, mírame —pide en tono exigente, el que usa cada que quiere hacer que sus palabras sean tomadas en serio. Lo hago, como puedo. Su expresión es dura—. No es tu culpa, ella bien lo dijo. —Ladea la cabeza hacia un costado en dirección a la laptop que reposa sobre la mesa—. Los hijos no tienen la culpa de los errores de sus padres y tú no tienes la culpa de nada.
Reparo con cautela en esos orbes grises que están oscurecidos esta vez, la rigidez en su expresión continúa pero apenas cruzamos miradas se relaja un poco sin dejar de ser severo.
—No puedes cargarte culpas que no son tuyas. —Acaricia con sus pulgares mis pómulos, limpiando las lágrimas que hasta ese momento me doy cuenta que vuelvo a derramar. Su mirada es atenta, viaja de uno de mis ojos a otro—. Terminemos de ver el vídeo, creo que te ayudará para que dejes ese peso de conciencia.
Llenando mi interior tanto de aire como de serenidad, asiento con dificultad ya que sostiene firme mi rostro. Ethan me libera, me toma de la mano, de nuevo estamos en el sofá ante la laptop. El vídeo continúa y espero acabe pronto.
En la imagen mi madre llora, de a pocos pero sabe controlar su ímpetu, tanto que solo las lágrimas reflejan el cómo se siente pues su rostro se mantiene severo.
—Creo que a este punto debes estar pensando lo peor de mí y lo merezco. Pero, Torrance, no quiero que por mis errores sientas culpa de ello. Pensé que de ese modo te daría todo, que no te faltaría nada, que al menos tendrías a Víctor a tu lado viéndolo no como tu padre, pero si como lo más cercano a uno. —Agacha la mirada; continúa con su confesión, sin ver a la cámara, algo que agradezco pues no sé por qué no puedo verla a los ojos después de lo que hizo. No quiero enojarme con ella, pero me cuesta aceptar sus motivos—. Erin no soportó tal petición, le dijo a Víctor la verdad de lo que le pedí y eso terminó por anular todo lazo que teníamos. Él me juró odio en ese momento y lo acepté, no me enojé con Erin, con nadie, asumí mi error y las consecuencias de ello, más que nada porque tú estabas en camino. Con eso comprobé, no sólo que Víctor al fin de cuentas estaba dispuesto a olvidarme, ambos querían ese hijo y eso ella lo notó.
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Cuestión de Tiempo [Cuestiones II] ©
RomanceCOMPLETA | CONTENIDO +18 | 2ª parte de la trilogía "Cuestiones" | Varias vidas ligadas por un mismo apellido donde descubrirán más de una verdad Una relación a prueba que hará a dos familias colisionar Un conflicto que unirá a dos individuos que no...