Silver Snake | YoonSeok/Sope || BOOK 1#

45. Hablar por no Llorar

Las vacaciones terminaron y debían volver a clase. Debido a que la custodia en el tiempo que le queda a Yoongi de menor de edad sigue en cuestión lo dejaron ir allí, pues sería evitar que pierda el año, el ritmo y así también llegan a una resolución. Así mismo entró en cuestión que demonios hacia Jimin con los Min. La deuda que sus padres tenían lo afectaría únicamente a los diecisiete años, no siendo un niño.

En definitiva, hay un enorme enredo que tardaría en resolverse, quizá no lo suficiente para seguir vigente una vez terminen el año. Namjoon y Jin se van a graduar. Es un poco triste amargarles el momento.

Yoongi trata de estar bien. Francamente lo intenta a pesar de que por lo general se hunde en pensamientos negativos, tirando lo humorísticamente negro y la depresión real. Momentos prácticos quedan totalmente fuera de discusión, pues sigue sin poder articular bien las palabras, Jimin lo ayuda en la medida de lo posible cuando se trata de tareas que exigen, estudiar para los TIMO's. El Omega ya no se da abasto.

El problema es que se trata del único al que Yoongi no reacciona de manera agresiva.

Ni negativa para su propia salud.

Hoseok no encuentra forma de tener proximidad al Omega que empeora a cada oportunidad en que orbita su alrededor. Desconoce lo que motive esa reacción, lo entristece y siente que Yoongi está triste. Los dolores musculares persisten, pero son soportables.

La lejanía a su Omega no ayuda. Están lastimándose mutuamente ¿Por qué? Yoongi lo hace a propósito, no tiene sentido, pero hay tanta culpa en él que es imposible comprender del todo que pasa por su cabeza. Incluso para Jin es complicado.

Eso sin mencionar que todos en Hogwarts saben que son Obscurials.

Como si ya no fuese suficiente con el trato normal que recibían.

—Si le das a la cabeza saldrá.

—Tiene una puntería horrible ¿Cómo crees que va a darle a la cabeza?

—Es una maldita pierna de pollo. Es imposible que falle.

— ¡Abraxas Thatcher piensa lanzar comida! —Apunta Jin, evitando que ocurra y levantado de su asiento.

— ¡Cinco puntos menos a Slytherin! —Dice Hwasa y E'Dawn se encoge en su asiento, suspirando y preparando un largo, muy largo discurso para regañar a los imbéciles que están en su casa.

No comprende a que viene tanto alboroto ¿Qué no acostumbran y parlotean las criaturas oscuras? Ahí tienen una y espera que se maten por tanto tentar la suerte. Yoongi apenas toca la comida y está más delgado en consecuencia.

—Yoongi... Tienes que comer.

—No tú lo haces. —Bufa, con el gesto aún más enfurruñado por el mal orden. Al menos ahora es más coherente.

—No tengo apetito ahora, pero tú no has comido casi nada en todo el día. Come un poco. —Pide en voz baja. Yoongi e levanta de su lugar, dispuesto a salir del gran salón e ir a su habitación en la sala común de Slytherin.

La cabeza le duele y los músculos se le tensan sin razón. De camino a la salida tropezó consecuencia de alguien que le puso el pie. Con torpeza se levanta, solo para casi caer de cara nuevamente por los movimientos descoordinados. La Ravenclaw se ríe discreta al verlo.

—Ya no eres tan orgulloso y magnificente ¿Eh? Debiste haberte muerto. —Dice con voz queda y apenas evidente.

Todo Ravenclaw se junta en sí mismo para evitar aquel escalofriante espectro que estuvo a poco de formarse. Yoongi se levanta, sacude su ropa y manos, girando el cuello para tronarlo como necesita. Es horrible mantenerlo. Antes parecía fácil. Al escuchar murmullos golpea la mesa.

— ¡CALLENSE! ¡CALLENSE POR UNA...! —Su reclamo lo cortó, sabiendo que lo diría mal y por ello es muy posible que se rieran de él. Cosa que no necesita ahora.

El silencio reina de manera inminente. Restriega sus ojos y con marcha presurosa sale del gran salón. Hoseok hace lo mismo, siguiéndolo al suponer perfectamente donde estaría. Aun cuando tuvo que subir muchísimas escaleras, finalmente llegó a la torre de astronomía. Yoongi está abrazándose las piernas, sentado en el piso mientras ve el cielo nublado de Escocia.

—De aquí vete. —Murmura hundiendo la cara entre sus rodillas. Hoseok toma asiento a su lado.

—Nop. No tiene sentido seguir apartados cuando es obvio que nos está enfermando. Lo hace sobre todo que, en lugar de hablar con todo esto, te pongas a llorar a solas en tu habitación. —Yoongi aprieta sus brazos, alza un poco la cabeza, quedando desde la nariz a plena vista.

Hoseok se fija en los ojos de Yoongi. Lo que sin duda alguna resalta a más no poder.

—Desde que tengo magia...—Pausa para que salga bien y no con orden alterado—. Quise reprimirla. Lo hice tanto como pude... Porque no quería darles el gusto—Por alguna razón, esto suena más genuino a la primera explicación que le dio con respecto a descubrir su esencia mágica—. De ser... Ellos. Un mago oscuro... Sin... Escrúpulos. Un día reventó y... Jimin evitó que sucediera... Él lo entendió, porque él también era uno.

—Te reprimías por no ser como tus padres ¿Qué tiene eso de malo? Eras un niño. Creíste que era la mejor solución y no tenías más formas de sobrevivir tú mismo. Para mi eres increíble por haber soportado tanto todo este tiempo. —Afirma pasando un brazo por los hombros de Yoongi, este se gira a mirarlo.

Su mirada le produce escalofríos tremendos.

—Te asusta... ¿Verdad? —Increpa, Hoseok no responde—. Intento hacerlos... Verde... No sale otro que... Este color... ¿Sabes qué es? —Niega con la cabeza—. La maldición asesina.

Hoseok recuesta la cabeza en la de Yoongi, cerrando los ojos y dando un profundo suspiro. Jin ya había dicho algo al respecto. Yoongi no es capaz de creer que realmente hizo tal maldición. Aun cuando la realizó con la varita de su madre –la cual rompió después sin querer-, fue tan fuerte.

Tuvo tantas ganas de asesinar a su papá.

Tantas ganas de impedir que la única persona que realmente lo había cuidado desde el inicio sufriera daño por culpa suya.

Salió.

De golpe, como una bala. Un impulso disparado y el rayo verde impacto contra el mayor.

El color es imposible de olvidar, tan gravado en su retina que ni siquiera siendo un morpho es capaz de variar el tono. Se queda estancado en ese verde asesino que todos interpretan con el mismo temor: El verde de la muerte. Unos ojos malditos que brotan debido al pánico y necesidad de autoprotección.

—Me da miedo—Admite—. Son tenebrosos, también hacen sentir que pronto moriré... Sería una muerte linda ver tus ojos. Llegan a ser cálidos, al menos podrían serlo si no los llenas tanto de lágrimas. Para de llorar. Pasó. Ahora eres libre, no de la mejor manera, pero lo eres y debes empezar a ver esta vez no debes lidiar esto solo o con ayuda de Jimin, sino mía. Soy tu Alpha, déjame ayudarte.

—Te vas a apagar. Eso no es justo.

—O tal vez te haga brillar a ti ¿No lo has pensado? Déjate sanar, con lentitud, sin dejar de avanzar.

Estuvieron un rato más ahí, con Yoongi hablando pausado, pero cualquier cosa mejor que llorar asustado en su habitación, sin poder respirar o ver por la hinchazón de su rostro; así como arruinando el sueño de Hoseok que la pasa en vela consecuencia del vínculo.

Tranquilos, llenos de platica y sin importar el toque de queda bajaron a alas horas que les apeteció a sus respectivas salas comunes, con un pequeño gramo de paz.