✿ Capítulo Veinte

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Tamaki fue el primero en despertar, notando que la habitación continuaba estando a oscuras. Lentamente volteó a ver hacia el otro lado de la cama, percatándose de que nada de lo que sucedió hace unas horas había sido un sueño.

Mirio yacía a su lado durmiendo, aunque ya no le tenía atrapado entre sus brazos; seguramente le había soltado mientras dormía, aunque era mejor así. Evitando cualquier pensamiento acusador hacia sí mismo, el azabache se levantó, abandonando la calidez de las sábanas y dirigiéndose hacia el baño.

Intentó no hacer demasiado ruido con la regadera, para luego fundirse en el agua tibia de ésta y quitarse un poco de culpa del cuerpo; cerró sus ojos con fuerza cuando el agua invadió su rostro, recordando de pasada los besos, caricias y el momento en el que fue uno solo con el rubio.

Se sentía algo mal por no lamentarlo, ya que las sensaciones en su interior habían sido gratas, reales y entregadas con ese cariño único y especial proveniente de Togata; le había encantado la forma en que le hizo sentir, recalcándole mediante sus acciones que era solamente suyo, y que nunca debía olvidarlo.

Amajiki rio, sabiendo la enorme mentira que pertenecer a Mirio significaba. Cuando terminó de ducharse, se asomó por la puerta a verificar si éste último seguía durmiendo, y al ser así, de puntillas fue al armario a recoger algo de ropa; regresó al baño, dejando la puerta semi-abierta para no hacer ningún ruido, vistiéndose rápidamente.

Una vez listo, rebuscó en la zona oculta del armario la caja de cervezas que antes había escondido, para llevársela consigo de la habitación. Dejó a su "mejor amigo" allí, solo, ya que no quería estar a su lado cuando despertara.

No se molestó en secar su cabello, dejándolo como estaba. Sacó una cerveza de la caja, dejando el resto en el refrigerador, sabiendo que el rubio no hurgaría allí. Tomó el celular junto a sus llaves y la billetera, abandonando el apartamento en silencio, distinguiendo que el cielo poco a poco adquiría un color claro, gracias a la llegada del amanecer. Para su suerte no hacía demasiado frío, y caminó por entre las calles, viendo que algunos autos comenzaban a circular por la zona.

Caminó durante unos minutos, con los recuerdos de lo ocurrido hace unas horas repitiéndose una y otra vez en su cabeza. Sus sentimientos habían sido descubiertos sin necesidad de palabras, y Mirio sabía que él no accedería a entregarse de la forma en que lo hizo así porque sí.

No era tan ingenuo como para no darse cuenta de la razón por sí solo.

Y ahora qué? por el momento Tamaki no quería verle, aunque... qué sucedería con su amistad después de lo que hicieron? qué pasaría con Nejire?

Mirio continuaría con ella luego de engañarla? le diría lo que pasó? sin duda los dos la perderían para siempre después de que se enterara.

─No hay forma de revertir el tiempo... ─Amajiki destapó la cerveza, dando el primer y largo sorbo─. Todo se acaba de ir a la mierda... y por nuestra culpa.




 y por nuestra culpa

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Young Blood | MiriTamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora