✿ 44: Recuerdos del pasado | Parte III

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Aquella noche Tamaki no pudo dormir, dando vueltas de un lado a otro en la cama, con el silencio de su entorno poniéndole los pelos de punta. Finalmente terminó en posición fetal, cerrando sus ojos con fuerza.

Poco a poco comenzó a recobrar sus sentidos, con los efectos de la droga diluyéndose en su organismo. Recordaba todo una y otra vez, apenándose en demasía por ese golpe soltado; con ello supo que había explotado, sin poder lidiar más con la situación y con las miles de palabras con las que ambos salieron heridos.

Y definitivamente Amajiki tomó todo el peso de la culpa sobre sus hombros. Refugiarse en sustancias peligrosas había sido su única vía de escape, y hasta quizás sí estuviese siendo un cobarde.

Pero se hallaba asustado. Con su silencio iba a ahorrarse un rechazo que le mataría más rápido que cualquier droga existente, y Tamaki prefería continuar así, pese a que todo se estuviera viniendo abajo.

Con el paso de los minutos tuvo la vaga sensación de una potente mirada a sus espaldas, y algo dudoso miró por encima de su hombro, encontrándose con una grata sorpresa.

Qué parte de "no entres" fue la que no entendiste?─Tamaki se incorporó en la cama, cruzando los brazos sobre su pecho; intentó sonar disgustado, sin conseguirlo del todo.

Lo sé, pero no podía dormir─Mirio dejó ver una sonrisa de disculpa, y tras adentrarse en la habitación, se sentó a los pies de la cama─. Y por lo que veo tú tampoco.

Tamaki rodó los ojos, pareciendo fastidiado, cuando lo cierto era que estaba nervioso y con sus manos temblando. Tenía al rubio lo bastante cerca, y lo suficiente como para dudar de sus propias acciones.

Únicamente sabía que acercarse y besarle estaba mal.

Todavía... te duele?─le preguntó el azabache, haciendo alusión al golpe.

Sí, pero no tanto como antes─Mirio rio quedito, dirigiendo su mirada hacia su mejor amigo después─. Nadie que te viera pensaría que golpeas de esa forma.

Aún hay mucho que desconoces de mí, sabes?─Tamaki desvió la vista, apretando la tela que cubría uno de sus brazos.

Dudo que sea peor de lo que descubrí hoy─Togata se lamentaba en silencio por ser un pésimo amigo, sin poder evitar a tiempo que el otro llegara a esto─. Escucha, Tamaki... yo...

No, quédate ahí─le detuvo éste, tras ver que iba a intentar disminuir la distancia que por su propio bien debía mantener─. Es más cómodo si te quedas ahí.

Entonces era en serio eso de que no querías tenerme cerca... ─masculló Mirio. Por un lado le dolía todo esto, sobre todo que el azabache le estuviera alejando, mientras que por el otro le exasperaba no saber la razón de que haya comenzado a drogarse.

Sabía que no le daría una respuesta si se lo preguntaba directamente. En silencio, Tamaki es consciente de la posible pregunta que el rubio quiere hacerle, y si respondía, Kirishima terminaría siendo muy mal visto ante sus ojos.

Quién le mandaba a Tamaki a tener un amor desastrosamente unilateral?

Oye, Tamaki... ─habló Mirio luego de estar por unos minutos en silencio; había llegado al punto en el que temía hacer cualquier pregunta que pudiera desencadenar otra discusión─. Todavía... me sigues considerando tu mejor amigo?

Amajiki percibió una incomodidad instalándose en su pecho gracias a esa interrogante; si el rubio supiera que hacía tiempo ya no le veía de ese modo...

Young Blood | MiriTamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora