✿ Capítulo Tres

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─Entonces, aquí estamos─mencionó Amajiki, observando a su alrededor.

La cafetería a la que Nejire le había citado permitía fumar a las personas que quisieran, ya que tenían un espacio especial abierto al aire libre para que el humo no molestase a los demás comensales, y claro estaba que Tamaki sentía envidia de esos ingratos que podían fumar a toda hora y sin que nadie se los prohibiera.

─Amajiki─le llamó ella la atención, acomodándose sobre su asiento─. Primero que nada, gracias por venir.

─No hay de qué─le contestó el azabache con una leve sonrisa, bastante convincente.

─Segundo... bueno... ─Nejire lucía algo nerviosa, sin saber por dónde empezar─. Yo y Mirio llevamos tres años de relación, aunque claro que ya estás enterado...

─Ya sé que llevan mucho tiempo, desde que se graduaron de preparatoria─corroboró Tamaki suavizando su tono de voz, haciendo de cuenta que no sentía esa sofocante presión en el pecho.

─Claro, sí!─exclamó la peliazul, moviendo sus manos de un lado a otro─. Es que, no es algo fácil de decir, porque... es un paso muy importante que quiero dar.

─...Un paso muy importante?─Tamaki no lo vio venir, tampoco estaba preparado para ello. Su corazón se aceleró segundos antes de escuchar lo inevitable.

─Quiero contraer matrimonio con Mirio... quiero casarme con él─finalizó Nejire, roja hasta las orejas.

Su corazón se rompió en mil pedazos luego de oír aquellas palabras.

El shock por la noticia le duró por al menos un minuto, mirando con los ojos muy abiertos a Nejire. Tamaki reaccionó cuando éstos quisieron empezar a arderle, con un llanto avecinándose.

─Amajiki?─habló Hadou nuevamente, extrañada ante su tardía reacción.

─Wow... esto... ─Tamaki volvió en sí, tragando pesado para deshacer el nudo en su garganta. No podía flaquear y echarse a llorar enfrente de su amiga, sino acabaría levantando sospechas en ella─. No me esperaba esto, la verdad... es muy repentino...

─Por eso no podía esperar!─Nejire sí que estaba al borde de las lágrimas, conteniéndose casi a cuestas.

─Y Mirio... aceptó? o aún no se lo has dicho?─quiso saber el azabache con algo de impaciencia, aunque ahora es cuando venía la peor parte.

─Por eso te cité también, Amajiki─Nejire le tomó ambas manos con suavidad, con esa gentil expresión en su rostro─. Necesito que me ayudes con esto, por favor. No sé cómo reaccionará Mirio al respecto, y la única persona que puede averiguarlo eres tú; debes insinuarle lo del matrimonio para saber qué piensa y...

─Incentivarlo a que quiera casarse contigo? o mejor dicho... convencerlo de que lo haga?─completó Tamaki al final, soltándose lentamente de las manos ajenas. Por supuesto que no le agradaba todo esto, mucho menos lo aceptaba, mas él no era nadie para arruinarle la felicidad a sus dos amigos... no lo merecían tampoco.

─Bueno, no del todo... tiene que decidirlo por sí mismo, que él... realmente lo desee─le corrigió ella, todavía ruborizada.

─Ah, entiendo... ─era una misión imposible. Tamaki convenciendo a Mirio de que se case con Nejire? debería pisotear sus propios sentimientos si quería lograrlo, ya que él mismo tenía que verse cien por ciento convencido primero.

─Sé que tal vez sea un poco egoísta de mi parte pedírtelo, pero...

─Lo haré─le interrumpió Amajiki, con una extraña determinación en su mirar─. Déjamelo a mí, estoy seguro de que lo convenceré!

─Muchas gracias!─exclamó ella realmente agradecida, sin saber el caos que se estaba generando detrás de ese rostro amable y feliz que Tamaki dejaba ver.

Se le daba realmente bien el papel de actor.




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Al llegar la noche, Tamaki no lo siguió dudando más. Prendió su celular, llegó a la letra "K" en sus contactos y marcó; ya no había ningún atisbo en su interior de aquella promesa que hizo. Tendría que ser fuerte para llevar a cabo lo que Nejire le pidió, y lo único que podría hacer que lo fuera estaba al alcance de sus manos.

Hola?─respondió una voz de repente, y Tamaki no podía estar más feliz con ello.

─...No puedo creer que aún después de tanto, sigas conservando el mismo número─le dijo el azabache, reprimiendo la emoción.

Espera un segundo... tú eres...?─aquella voz se oía atónita, como también melancólica─. Tamaki, eres tú?! no puede ser! en serio eres tú?!

─Claro que soy yo! no puedes haber osado olvidarme, Kirishima!─le contestó Amajiki con reproche, fingiendo sentirse molesto; hace mucho que no escuchaba esa voz tan masculina, o así lo catalogaba uno de sus "mejores" amigos.

Es que me sorprendió que me llamaras, después de mucho tiempo!─exclamó Kirishima, escuchándose contento y sorprendido─. Aunque igual debo preguntar... por qué me llamas? digo, tampoco es que me moleste, ya sabes...

─Bueno, pensé en recuperar el pasado─le dijo Tamaki como si nada, mirando hacia algún punto inexacto de la habitación─. No te gustaría recordar viejos tiempos? porque yo en serio los echo de menos.

Tienes suerte de que todavía tenga ese tipo de cosas a mi alcance─le respondió Kirishima, mas su voz cobró un tono serio, casi sombrío─. Estás completamente seguro de querer volver? no quiero que te metas ni me metas a mí en problemas.

─Eso no sucederá, he cambiado mucho desde aquellos tiempos─le aseguró Tamaki─. Además, no lo haría si no lo estuviera, sabes que puedes confiar en mí como yo confío en ti.

Hubo un breve silencio tras esto último, como si Kirishima lo estuviese meditando a fondo... muy a fondo.

Está bien, confiaré en ti. Te daré la dirección de un bar en donde podemos reunirnos─luego de facilitarle dicha información, Kirishima prosiguió─ pues bien, allí te estaré esperando. Ojalá logres reconocerme.

La llamada finalizó y Amajiki se llevó lo más importante consigo, para luego dejar todo bien cerrado y dirigirse al dichoso bar.

El azabache mentiría si dijera que no le emocionaba regresar a esos días en donde se sentía realmente en casa.

Young Blood | MiriTamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora